33.Who are you?

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Intentaba tranquilizar mi respiración y mis nervios mientras observa el camino por el que transitábamos, no había cruzado ni una sola palabra más con Jason y la incertidumbre me consumía.

Al fin sabría cuál era el maldito plan por el cual todo había comenzado, mis preguntas serían respondidas y tendría probablemente más razones para odiar a McCann.

Fruncí el ceño al ver hacia dónde nos dirigíamos, había ido cientos de veces a ese lugar... LAX, el aeropuerto internacional de Los Ángeles.

-¿A dónde vamos?-Le dije a Jason, quién solo me miró y sonrió, tan seguro de sí mismo como siempre.

-Ya verás.-La camioneta entró por un lugar diferente al que acostumbraba normalmente y me di cuenta que no iríamos en vuelo comercial, era la entrada para los vuelos privados.

Jamás me había puesto a pensar en el poder y dinero que Jason tenía, desde el primer momento en que supe que era un traficante me pude imaginar que tendría dinero, muchísimo, pero ahora que había escuchado que trataba con la Bratva y realmente manejaba casi la mitad de drogas que se consumían en Estados Unidos, me sentía más impresionada y aterrada que antes.

¿Quién era realmente Jason McCann?

La camioneta se detuvo y de inmediato Jason bajó, abrió mi puerta y me ayudó a bajar.

-Vaya, ¿De cuándo acá eres un caballero?-Dije elevando una ceja hacia él.

-Te podría sorprender, princesa.-Me tomó de la cintura y comenzamos a caminar hacia el hangar.

Al entrar, me quedé de piedra al observar el impresionante jet que se encontraba frente a nosotros, había viajado un par de veces en vuelos privados, una vez como regalo de cumpleaños 16 y otra con amigos, pero en definitiva éste era más lujoso e impresionante que cualquiera que hubiera visto.

Al subir, noté que era sumamente espacioso y elegante, los sillones eran de piel color marfil así como las paredes, había una pequeña barra de bebidas e incluso dos pequeñas camas al final.

-¿Te gusta?-Dijo Jason mientras me abrazaba por la espalda y me daba pequeños besos en el cuello.

Giré los ojos y quité sus brazos de mi alrededor, lo último que quería era tenerlo cerca, ni siquiera me interesó su reacción al alejarme de él.

-No es diferente a otros.-Me encogí de hombros fingiendo desinterés, claro que me gustaba, era genial, pero no le daría el gusto de decirlo.

Cerró los puños y lo observé desafiante, quería ver si se atrevería a golpearme o a hacer cualquier cosa en mi contra, pero como era de suponerse, tan solo fingió que todo estaba bien.

-Ponte cómoda, tenemos 12 horas de viaje por delante.-Dijo mientras se servía algún tipo de bebida proveniente de una licorera, whisky seguramente.

-¿12 horas? Es muchísimo, jamás he viajado por tanto tiempo, ¿Ya me dirás dónde iremos?-Me senté frente a él y tomé un vaso para servirme lo que sea que estuviera tomando.

-No puedes beber.-Arrancó el vaso de mi mano y lo miré mal.-Iremos a Moscú.

Me quedé en shock, jamás había visitado ningún lugar de Rusia debido a que me daba un poco de miedo. Ahora no tenía opción, ya que apenas reflexione a donde nos dirigíamos, el avión despegó.

Contuve la necesidad de gritar para que me dejaran bajar, no sólo estábamos en camino a Rusia, esto seguramente tenía que ver con la mafia y se tornaba más aterrador cada segundo.

Aproveché que Jason estaba distraído revisando algo en su teléfono y tomé su vaso, le di un gran trago y sentí la relajación al instante, Glenfiddich, mi whisky favorito.

Or nah ➳ Jason McCann || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora