10. Moan my name

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No sabía que mierda estaba circulando por mis venas pero se sentía incluso mejor que la marihuana.

Observé como Jason abrió el paquete de un condón y reí al ver que era fosforescente, ¿En qué momento lo había tomado?

Reí aún más alto y McCann me siguió, no podía detener el impulso, era como una necesidad.

Se colocó el condón y apretó su miembro contra mi abdomen, era una imagen jodidamente caliente.

Mi cuerpo comenzó a arder aún más, necesitaba sentirlo dentro de mí de una jodida ves o me pondría a llorar, el mínimo roce me hacía gemir como si mi vida dependiera de ello y cada parte de mi cuerpo estaba extremadamente sensible.

Jason comenzó a rozar su miembro contra mi entrada y gemí, me estaba torturando.

-¿Qué quieres pequeña?-Susurró mientras dejaba un camino de besos por mi cuello.

-A ti.-Apenas articulé.

Con un dedo rozó mi barbilla y comenzó a bajarlo por mi garganta y mis clavículas, por cada lugar que pasaba dejaba una sensación de cosquilleo y ardor, como si sus dedos quemaran de una manera deliciosa. Siguió bajando su toque rodeando mis pechos, haciendo pequeños círculos en mis pezones y continuando por mi abdomen, mientras que sus besos continuaban por mis clavículas.

Sentía mi entrepierna gotear y la necesidad de ser atendida me hacía intentar juntar las piernas, pero Jason se encontraba entre ellas, sin mencionar que estaba atada y mis esfuerzos solo hacían tensar las cuerdas provocando más dolor.

Llegó a mi parte baja y recorrió mi pelvis de una forma tranquila y torturadora, desde el lado derecho comenzaba lentamente, cuando llegaba al centro bajaba un poco hasta casi llegar... y subía de nuevo.

-¡Joder!-Grité mientras algunas lagrimas rodaban por mis mejillas, ni siquiera tenía sensación de dolor, me hacía llorar la frustración extrema que me provocaba la situación.

-Quiero que gimas mi nombre.-Me susurró y sentí mis piernas flaquear al escuchar su voz grave y rasposa, estaba segura que él estaba sufriendo tanto como yo.

-¡Jason!-Gemí al sentir como se frotaba de nuevo contra mi entrepierna, aunque unos instantes después se separó de nuevo.

-Mi nombre completo, grita a quien perteneces.-Comenzó a introducir dos dedos dentro de mí y las lágrimas aumentaron, necesitaba más, jamás había sentido una sensación tan frustrante.

-¡Soy de Jason! ¡Jason McCann!-Grité con el último aliento que me quedaba y un gruñido desgarrador abandonó la garganta de Jason cuando se hundió completamente dentro de mí.

Lo sentía invadirme como completamente, algunas lagrimas seguían rodando por mis mejillas y sentía como si estuviera flotando sobre un mar de fuego, jamás había tenido una sensación si quiera parecida, era un poco de dolor, ardor, placer y cosas indescriptibles.

Se quedo dentro de mí sin moverse por lo que me pareció una eternidad, necesitaba más así que empujé mis caderas contra él.

-Jamás vuelvas a interrumpirme.-Salió de mí y me penetro de nuevo de una manera brusca. Se acercó a mi cuello y dio una gran mordida la cual me hizo gritar.-Jamás vuelvas a mentirme.-Repitió la acción y ahora agregó una mordida en mi abdomen al salir.-Y no intentes escapar.-Repitió el movimiento pero ahora no se detuvo.

Entraba y salía de mí brusca y rápidamente, sentía una rara combinación de placer, dolor y también un poco de enojo, todos mis sentimientos estaban a flor de piel.

-¡Joder!-Grité cuando mordió ahora cerca de mis clavículas.

Parecía haber estado horas teniendo sexo con McCann, aunque bien pudieron haber sido minutos o segundos, había perdido la noción del tiempo, comencé a sentir un hormigueo que recorría desde mi nuca hasta mis pies, estaba a punto de correrme.

Jason aumentó el ritmo de las embestidas, me estremecí al escuchar el crujido de la cama y percatarme que ahora estábamos desnivelados.

Me olvide de todo cuando mi vista se tornó borrosa, mi estómago se contrajo y exploté en el más maravilloso orgasmo que jamás había experimentado, ni siquiera pude gritar ya que me había quedado casi sin voz.

Jason continuó las embestidas unos segundos más y gruñó como si de una fiera se tratase.

Salió de mi cuerpo y se dirigió al baño, mientras que yo intentaba recuperar la compostura pero no lo logré, caí en un profundo sueño.

Desperté y gemí al sentir mi cuerpo doler, comencé a temblar involuntariamente al sentir el frío calando hasta mis huesos, estaba tirada en el piso, totalmente desnuda y a mi lado había una cama con las patas traseras rotas. Recordé todo lo que había sucedido la noche anterior y me sonrojé al instante.

¿Habíamos roto una jodida cama al follar? Vaya logro.

Intenté levantarme pero cada movimiento que hacía me provocaba dolor, además de que mi cabeza se sentía 10 veces más pesada y mi boca estaba seca, unos minutos después logre levantarme y caminé hacia el baño, abrí la regadera y agradecí mentalmente que hubiera agua caliente, la entibié un poco y contuve las lágrimas al sumergirme en ella y sentir el ardor en cada parte lastimada de mi piel.

Comencé a pasar el jabón con cuidado y enjuague muy bien las heridas que tenía en las muñecas por haber estado atada, la piel de esa zona parecía estar quemada, igual que en los tobillos.

Cerré los ojos e intenté respirar y tranquilizarme.

-¿Te di permiso de ducharte?-Me estremecí al escuchar su voz, abrí los ojos de golpe e instintivamente cubrí mi cuerpo con mis manos.-No hay nada que no haya visto ya.-Sonrío burlonamente y pasó la lengua por sus labios mientras que con su pulgar trazaba su barbilla.

-¿Qué quieres de mí?-Pregunté a la vez que agachaba la mirada.

-De ti nada, no eres más que una niñata que sirve como saco de semen.-Sonrío en mi dirección.

Asqueroso.

-Quiero dinero, como todos, dinero que tu padre está reuniendo para que regreses viva y entera junto a él.-Comenzó a desvestirse y entro a la ducha.

Me hice a un lado y quedé junto a la pared.

-No entiendo cómo es que está dispuesto a pagar cinco millones de dólares por tí.-Tomó un poco de shampoo y lo colocó en su cabello.-Cuando tú misma te ofreciste a mí gratis, no vales mucho.

Sus palabras me herían porque tenía razón, me fui a meter a la boca del lobo, yo me metí en esto y arrastre conmigo a mi mejor amiga.

-Melissa, ¿Dónde está?-Me atreví a preguntar.

-Tu amiguita está bien, es el saco de semen de Mike y dice que es buena, debería probarla.-La ira recorrió mi cuerpo y apreté los puños.-Aunque creo que todos deberíamos probarla.

Impulsivamente me acerqué a darle una bofetada pero me detuvo y me acorraló contra la pared. Su aliento olía a menta, las gotas de agua recorrían su cabello y rostro, mientras que nuestros cuerpos desnudos estaban pegados completamente.

-No se te ocurra levantarme la mano.-Susurró apretando la mandíbula.-O te mataré y me importara una mierda el dinero de tu padre.-Me jaló del cabello y me aventó fuera de la ducha.-Ahora espérame afuera con las piernas abiertas, tengo ganas de follar.

Tomé una toalla y me dirigí a la habitación de nuevo, jamás me había sentido tan humillada.

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QUE INTENSO TODOOO ahr Y se viene peor 😈 30 likes y 15 comentarios para el siguiente 💕 ¡Gracias por leer!

Or nah ➳ Jason McCann || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora