18. Back to society

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Abrí los ojos y me estiré, hoy sería un día muy pesado, sería algo así como mi "regreso a la sociedad" después del secuestro.

Mis padres estaban de nuevo en el trabajo como normalmente y yo tenía planeado día de compras, hablar con algunos "amigos" y por la noche ofrecería una fiesta muy exclusiva, todo para demostrar que estaba bien.

Me levanté, tomé una ducha muy larga y me puse unos pantalones de chandal con una playera de tirantes y tacones. Rara combinación pero me quedaba bien.

Tomé mi bolso, teléfono y tarjetas de crédito, estaba lista.

Salí de la habitación y de inmediato Nathaniel se levantó de una silla que estaba a un lado de la puerta y guardó su teléfono, ¿Qué estaría haciendo?

-Buenos días señorita.-Dijo serio.

Lo ignoré, estaba enojada por la forma en que me había rechazado por la madrugada, yo le estaba ofreciendo una forma más divertida de hacer su trabajo y había dicho no, bien, entonces sería con él como acostumbro ser con todos los demás guardaespaldas.

Caminé hacía las escaleras y escuché los pasos de Nathaniel detrás de mí, muy cerca, demasiado para mí gusto. Voltee y lo miré.

-Escucha Nate, no camines detrás de mí, irás dos metros atrás. Solo si te necesito te acercarás. Si me quieren tomar fotos, no vas a intervenir, tampoco quiero que salgas en ellas.-Mordí mi labio por impulso al notar su mirada clavada en mí y gemí, había olvidado que estaba roto, aún dolía.

Bajé las escaleras y lo escuché detrás de mí, ¿Acaso no había entendido?

-¿Acaso no...?-No terminé de hablar cuando me acorraló con ambos brazos contra la pared.

-Escucha...-Respiró cerca de mi mejilla y me estremecí.-Deja de ser una jodida perra conmigo solo porque no te quise follar.-Mordió cerca de mi cuello y sentí como mis muslos se apretaban.-Ahora, me dejarás hacer mi trabajo y estaré a la distancia que se me de la gana de ti, te alejaré de posibles peligros y seré el guardaespaldas que más aguante a tu lado, porque la paga es buena.-Metió la mano dentro de mi pantalón y comenzó a tocarme por encima de las bragas.-¿Te gusta que sea rudo contigo, pequeña?-Me susurró.-Eso te moja.-Mordió el lóbulo de mi oreja y me arquee contra él para tener más contacto, pero se alejó.-Y para terminar, yo no me follo a niñas de papi.

Bajé completamente las escaleras aún con la respiración acelerada y de nuevo, lo escuché detrás de mí.

Me odio por ser una estupida masoquista, Jason y ahora Nate, idiotas posesivos que hacen que se me mojen hasta las ideas.

Me dirigí a la cocina y pedí que me hicieran un omelet con jugo de naranja y café, no le dirigí la mirada a Nate, había herido mi ego, ¿Niña de papi? Lo era, pero él no tenía ningún jodido derecho de decirlo como si fuera algo malo porque no lo era, ¿Cierto?

Comí mientras revisaba los últimos detalles de la fiesta, pedía la comida, bebidas y mandaba algunas especificaciones a los organizadores, además de hablar con mi mejor amiga acerca de que usaríamos esta noche.

Hacía cualquier cosa por mantener mi mente fuera de Nate y Jason, aunque con Nate era imposible ya que lo tenían todo el tiempo a un metro de mí y con Jason... bueno, la poca tranquilidad que tenía no duró demasiado.

Llamada entrante "Número desconocido".

Me estremecí y dudé si contestar o no, estaba mal querer escuchar la voz de un criminal, eso era enfermo y malo en muchos sentidos, pero no podía detener el sentimiento de necesidad en mí, quería escucharlo y me importaba una mierda todo.

-¿Hola?-Contesté.

-Pequeña, escuché que darás una fiesta hoy, ¿Estoy invitado?-Dijo Jason.

Disfruté de su voz, tan ronca y profunda que me hacía querer grabarla y escucharla todo el tiempo.

-No.-Respondí intentando sonar segura.

"Por dios Jason, ven y follame si quieres" Pensé.

-¿Acaso no quieres que follemos en el pasto como aquella vez?-Sentí como si estuviera leyendo mi mente y era jodidamente aterrador.-¿O tal vez en tu cama? Mientras beso tu cuello y comienzo a morder lentamente para después pasar a tus pechos.-Dijo lo último en un susurro y apreté las piernas, maldito moja bragas.-Puedo imaginar cómo estás apretando las piernas.-Soltó una risa ronca.

Parecía saber que mierda estaba pensando, ni siquiera me conocía tan bien pero sabía la forma en que me hacía querer arrancarme la ropa frente a él.

-Basta.-Casi grité y Nate frunció el ceño.

-¿Todo bien señorita?-Preguntó Nate.

-Dile a ese traga penes que se calle o lo mataré cuando vaya por ti.-Gruñó Jason y la piel se me erizó ante su tono, lo decía en serio.

-Uhm si...-Le respondí a Nate y fingí que no estaba a punto de tener un paro cardiaco.

-¿Ya tuvieron sexo? ¿Descubriste que no es tan bueno como yo?-Comenzó a reír.

-¿Quieres que te diga la verdad o que aumente tu ego?-Reí y escuché como bufó.

No, ni siquiera me deja tocarlo porque piensa que una niña de papi no es suficiente para él.

-Te veo pronto, pequeña traga penes.-Dijo por último y colgó.

Ignoré su intento de comentario hiriente y subí a cepillar mis dientes, unos minutos después salimos de la casa y comenzó la tortura proveniente de tener tanta seguridad.

Nate ahora era también mi chofer, además de que cuando salía debía tener a otros dos guardaespaldas más, así que ahora estaba caminando por el centro comercial, con dos tipos detrás de mí y uno adelante, cuidando que un psicópata llamado Jason McCann no me matara.

Lo típico.

Entré a Victoria's Secret y Nate me siguió, los otros dos chicos de los cuáles no sabía sus nombres se quedaron afuera esperando.

-Buenos días señorita, ¿En qué puedo ayudarle?-Saludo amablemente una chica de unos veinticinco años.

-Me gustaría un conjunto de ropa interior de encaje en color rojo.-Sonreí y noté como Nate comenzaba a ponerse nervioso.

-Claro, sígame.-Comenzó a caminar y fui detrás de ella. Me mostró algunos coordinados y los puse frente a mí para apreciar cómo me quedarían.

-¿Cuál te gusta más?-Sonreí en dirección a Nate y no respondió.-Anda, solo es una pregunta, ayúdame.-Hice un puchero y él giró los ojos mientras la empleada soltaba una risita.

-El segundo.-Dijo serio y asentí.

-Me llevo el segundo.-Le sonreír a la chica y se lo llevó junto a la tarjeta de crédito.

-Nate, no seas amargado.-Giré los ojos y caminé detrás de la chica.

Sentí como Nathaniel me sostuvo de la cintura y paré en seco.

-No me provoques Dulce... Estás entrando en terreno peligroso.-Susurró en mi oído y lo ignoré.

Estaba dispuesta a correr el riesgo.

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Or nah ➳ Jason McCann || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora