Or nah ➳ Jason McCann || +18

Just a gift

¡ADVERTENCIA!

Esto no tiene que ver con la historia "Or nah", es solo un one shoot sumamente sucio y pervertido que les escribí como regalo de navidad/Año Nuevo, si lo quieren leer adelante, si no, igual esta bien 💖 ¡Disfruten!

||

Llegué a la oficina corriendo, como siempre y pasé mi credencial por la pequeña máquina que detectaba tu llegada, cinco minutos tarde, genial.

Me senté en el pequeño escritorio con la frente un poco sudorosa y agradecí mentalmente no tener que usar tacones, probablemente llegaría aún más tarde y terminaría con un pie roto.

Encendí mi computadora y tomé mi cabello en una coleta alta, para quitar un poco el calor.

Comencé a llenar los informes que Jake, mi jefe, me había pedido... facturaciones, estados de cuenta, nóminas, miles de cosas que seguramente consumirían mi día.

Pasaron un par de horas, saludaba a unas cuantas personas y de vez en cuando me levantaba un poco para estirar las piernas... y ¿Por qué no? Observar a el jefe de mi jefe, el guapísimo señor Bieber, quien, probablemente me doblaba la edad pero no me importaba una mierda, era caliente como el infierno y observarlo a través de su oficina de paredes transparentes era un manjar, cuando se inclinaba para tomar algo o cuando solo escribía en su computadora... sus músculos se tensaban y su ceño fruncido me hacían imaginarlo esforzándose, mientras follamos por la noche en su precioso auto lujoso...

Mis pensamientos fueron interrumpidos al observar su mirada dirigiéndose a mi y una ligera sonrisa iluminando su rostro, yo inconscientemente me estaba mordiendo el labio y al ser descubierta me había puesto roja como el infierno... mierda. Me senté rápidamente y el corazón me llegó a la cabeza, no sabía si llorar o gritar.

Lo nuestro, sonaría cliché pero era imposible, él era el dueño de la empresa si es que así lo podía denominar, controlaba todo y ahí, estaba incluida yo.

Observé la hora y agradecí que la hora del almuerzo hubiera llegado, tomé mi teléfono, dinero y salí prácticamente corriendo fingiendo una sonrisa a mis compañeros quienes parecían extrañados de mi actitud.

La comida china me ayudó a olvidarme un poco de la bochornosa escena, una vez que me había tranquilizado y había divagado en cualquier cosa con mi móvil durante casi una hora, decidí regresar y sonreí al observar que la oficina de Justin estaba desocupada y me senté tranquila en mi escritorio, aunque la tranquilidad no duró mucho.

-Miller, dice el señor Bieber que te espera en Palacio, cinco minutos.-Dijo Jake, con cara de preocupación.

-¿Me van a correr? Maldita sea.-Gruñi.-Prefiero que lo hagas tu Jake, sería una vergüenza que Bieber sea quien me de la noticia.

-Hermosa, es más probable que me corran a mí que a ti, tranquila.-Me sonrío y asentí un poco más tranquila.

Seguro me dirá que deje de verlo porque lo incómodo, que soy una pervertida o qué me demandará por acoso sexual... puta vida, ¿Las miradas cuentan como acoso sexual? Porque jamás he hablado si quiera con él... buena una vez, pero... deja de divagar, céntrate.

Entré a "Palacio", como denominábamos a la única sala de juntas que tenía puertas y paredes que no fueran transparentes, respire y espere por lo que sentí una eternidad, aunque según el reloj solo habían sido diez minutos.

La puerta se abrió y él entró, sin mirarme, tan solo caminó y se sentó frente a mí, me obligué a observarlo a los ojos y mientras subía mi mirada noté su pulcro traje en color gris, camisa blanca y corbata del mismo color del traje, las manos comenzaron a sudarme y tragué en seco.