32. It's time

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Escuché voces y un estridente sonido que emitía pitidos provenientes, seguramente, de la típica máquina que controla tu ritmo cardiaco, era agobiante y hacía que mi cabeza quisiera estallar.

Abrí los ojos lentamente y observé a un grupo de doctores y enfermeras frente a mí, sus ojos se iluminaron cuando se percataron de que había despertado y dejaron de hablar.

Mi cuerpo y mi rostro dolían terriblemente, sentía como si me hubieran usado de saco de boxeo y después me hubieran tirado a un basurero.

-¿Cómo te sientes?-Dijo uno de ellos y lo miré mal, se supone que él debería decirme cómo me encuentro.

-Llamen al señor McCann.-Habló otro y me estremecí.

Ese hijo de puta era el causante de todo lo malo que me estaba pasando.

-He perdido al bebé, ¿Cierto?-Dije con la voz entrecortada mientras los observaba a todos.

Intercambiaron miradas entre ellos y me vieron con lástima, odiaba esa  sensación.

-Díganme algo, ¡Joder!-Grité y tuve que cerrar los ojos un momento ante la sensación de mareo.

Escuché la puerta abrirse y Jason entró luciendo tan intimidante como siempre, aunque ahora unas terribles ojeras cubrían sus ojos y la palidez en su piel lo hacía parecer desolado.

-Salgan.-Dijo y todos se quedaron observándolo, petrificados.

-Señor... Necesita estar en observación, sus órdenes...-Uno de los doctores habló pero fue interrumpido por Jason.

-¡Sé cuáles son las jodidas órdenes, yo las di! ¡Ahora salgan del maldito cuarto!-Gritó y todos abandonaron la habitación de inmediato.

Se quedó parado frente a la cama en que me encontraba e hicimos contacto visual.

Jamás me había sentido tan vacía y sin miedo, cuando había perdido a mi mejor amiga fue un profundo dolor, pero aún tenía la esperanza de regresar con mi familia, después me enteré que ellos tenían algún vínculo que aún no se del todo con la mafia y perdí la confianza en ellos, mi único propósito para seguir era la pequeña personita que vendría al mundo y ahora, el hombre que estaba parado frente a mí, la había matado.

Realmente no sabia como sentirme, era un sentimiento indescriptible, rabia, dolor, tristeza, odio, vacío y cosas que no lograba identificar.

Tantas emociones provocadas por una misma persona, Jason McCann.

-No sé qué decir.-Habló Jason rompiendo el silencio que había inundando la habitación.

-No tienes que decir nada.-Me encogí de hombros, tratando de mostrarme indiferente.

-El bebé... yo no quería... lo sabes, ¿Verdad?-Pasó una mano por su cabello luciendo arrepentido, se acercó a la camilla y me observó.

-No, no lo sé. Eres una mierda de persona Jason, creo que puedo esperar cualquier cosa de ti.-Se quedó parado, en shock, desvío la mirada y apretó los puños.

Me importaba una mierda si se enojaba o me golpeaba, incluso podría matarme, pero la rabia no se quedaría dentro de mí.

-No sé qué clase de enferma obsesión tengas conmigo, pero creo que deberías buscar ayuda psicológica. Yo no te pertenezco, no eres mi dueño, te odio, odio el maldito día que te cruzaste en mi camino, aborrezco cada segundo que he pasado a tu lado.-Las lágrimas recorrieron mis mejillas y él no dijo una sola palabra.-¿Qué día es?-Pregunté.

-Es 15 de Diciembre.-Dijo apenas audible.-Tu cumpleaños.

-El mejor cumpleaños de mi vida.-Siseé sarcásticamente.

Or nah ➳ Jason McCann || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora