La mayoría de las veces, el proceso para descubrir tu sexualidad "diferente" a lo que la sociedad considera "normal" puede ser lioso, sobre todo cuando te enamoras de la persona más errónea en la faz de la tierra. Y no me refiero al sexo, eso es sol...
"Todo siempre se ha sentido mal... hasta ahora, cuando lo incorrecto empieza a sentirse tan bien".
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A los seis años, su hermana mayor, Anya, tenía diecisiete, estaba en plena adolescencia y era más rebelde y soberbia que nunca. Se escapaba la mayoría de las noches por la ventana de su cuarto después de cerciorarse que todos dormían, pero Lexa siempre estaba despierta para decirle que estaba mal lo que hacía.
- Esfúmate –le pidió de mala gana mientras ponía un pie fuera de la ventana-. Vamos, chao.
- ¡Anya, papá te descubrirá!
- No si tu no dices nada –dijo ladeando una sonrisa y saltando a las afueras de la casa.
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A sus siete años, Anya parecía haber aplacado sus pretensiones de fugarse como delincuente de su hogar y ya no había necesidad de que Lexa se preocupara de que sus padres la descubrieran y terminaran regañándola a ella por cómplice.
No quería regaños para ella, pero tampoco quería regaños para Anya, así que la cubriría como consideraba que debía hacer una hermana menor y se pasaría el cierre por los labios, ni una palabra saldría de su boca a menos de que fuera para cubrir a Anya, así su hermana fuera odiosa, siempre le dijera pequeños insultos y la tratara como una torpe. Anya era más torpe, solo que eso no se lo diría sin la protección de sus padres porque luego vendría su hermana mayor y le metería el dedo mojado con saliva en la oreja. Odiaba la sensación de un dedo ensalivado en la oreja y Anya lo sabía, esa era su mejor venganza contra Lexa.
Pasado el año de las quince primaveras, Anya con dieciocho años era menos intensa, pero no con decir "menos" significaba que ya no lo era. Seguía siendo rebelde con su estilo propio, pero ahora era menos peligrosa, al menos para la orejita de Lexa.
- No quiero estudiar más –le dijo Lexa con su vocecita de niña pequeña mientras caminaban a casa. Iba jugando a hacer equilibrio sobre el margen de la acera-. No iré más al colegio como tú haces.
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