Capítulo 33

14K 935 504
                                    

- Lo siento, Costia.

- ¡No, no puedes decirme esa mierda ahora! –Volvió a estallar la rubia de ojos filosos. Lexa nunca la había visto así, pero claro, Lexa nunca la había visto cuando alguien rompía con ella-. ¡¿Por qué?! Aunque sea eso deberías decirme. Dímelo, Lexa. ¡Dime!

- Es... Siento que las cosas no funcionan –en parte, era cierto-. Por lo menos no de mi parte y tú te mereces muchísimo más.

- Mírame a los ojos y dime que es solo eso –se le acercó tanto que casi chocaron, pero la castaña no se echó para atrás.

-          Mírame a los ojos y dime que es solo eso –se le acercó tanto que casi chocaron, pero la castaña no se echó para atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Debía hacer eso. Joder, claro que tenía.

Su relación con Costia no llevaría a ninguna parte mientras estuviera enamorada de otra persona. Y Lexa dudaba que ese amor fuera a irse prontamente, todo lo contrario, sentía que perduraría en ella bastante tiempo.

- Lo siento –repitió mirando alternativamente sus ojos.

- ¡Responde, joder! ¡No puedes hacerme esto! –Comenzó a caminar de un lado a otra y de repente se quedó quieta, como si algo hiciera clic en su mente-. ¿Te estás tirando a otra? ¿Es eso?

- Costia, no...

- Si es eso, podríamos hablarlo. No es tan grave, igual no creo en esa mierda de la fidelidad.

- Cos...

- ¡Puedo con eso! No jodas esto por esa estupidez. Seguiremos adelante e intentaremos solucionarlo. Punto.

- Costi...

- ¡Dije que punto! ¡No hablaremos más de esto! No existió esta conversación. No dañaras nuestra relación solo por un estúpido desliz.

- ¡Basta, Costia! –Vociferó ya cansada de que la chica siempre le interrumpiera-. Lo nuestro se está arruinando y es por mí, solo por mí, ¿bien?

- ¿No hay otra?

Lexa apretó la mandíbula, pero sin apartar la mirada dijo la verdad:

- Sí. Y no te puedo hacer eso, no es justo. Prefiero que dejemos las cosas hasta aquí antes de seguir arruinándolo.

- ¡Maldita seas, Lexa! –Se tiró encima de ella y Lexa tuvo que retenerla por los brazos, asustándose al ver a Costia de esa manera, golpeándole el pecho con fuerza-. ¡No me puedes hacer esto! ¡No puedes!

La castaña la empujó un poco solo para separarla.

Nunca había visto a Costia ni a nadie de ese modo, con una desesperada furia que aclamaba ser escuchada. Esa rubia frente a ella no era la Costia que conoció meses atrás.

- Lo siento, Cos.

Y la bofetada que Costia le dio jamás en su puta vida se la habría esperado. Toda culpa se fue y Lexa la miró con filo, la sangre hirviéndole apenas la mano de la chica impactó contra su mejilla dejándole un fuerte ardor.

Ángel | La amiga de mi hermana (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora