Capítulo 27

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Tener clases a primera hora era lo peor, pero Lexa había preferido ese horario porque no le impedía con su trabajo en el gimnasio, el cual era en la tarde. Al menos los fines de semanas eran completamente suyos, ni siquiera los sábados trabajaba.

Ese día era el cuarto día desde que había visto a Clarke y no podía dejar de pensar en que estaba haciendo mal. No podía pensar en ella mientras tenía a Costia. Era injusto. La chica le daba todo: cariño, atención, risas... en resumen, buenos ratos. ¿Por qué tenía que venir a joderlo todo?

Resopló esperando a que el portón de su universidad se abriera y dejara pasar a varios alumnos que habían llegado más temprano de lo usual. Lexa era una de ellas, casi ni había podido pegar un ojo en la noche.

 Lexa era una de ellas, casi ni había podido pegar un ojo en la noche

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Costia no llegaría sino hasta dentro de media hora, como solía hacer. Casi siempre llegaba justo para las clases. Lexa solía divertirse viendo como llegaba exhausta antes de entrar para que el profesor no la declarara como ausente.

El poco tiempo que llevaban juntas había sido esplendido. Hacían lo que cualquier pareja haría; ir tomadas de la mano, comer helado cada tanto, ver películas entre besos, estudiar juntas... nada de lo que quejarse. Prácticamente ni habían discutido. Usualmente, cuando a Lexa le fastidiaba algo, Costia ya estaba arreglándolo y ni le daba chance de molestarse. A veces pensaba que la chica tenía miedo de perderla y eso le preocupaba porque no creía haberle dados motivos para eso. Puede que no tuviera relaciones pasadas de la cual apoyarse, obviando la furtiva con Clarke, pero dudaba que fuera mala novia... Hasta ahora, que sus pensamientos eran dedicados a otra mujer en vez de a ella.

Frunció ligeramente el ceño mientras caminaba por su universidad con calma. ¿Costia siempre habría pensado en que podía dejarla por alguien más? No. No podía ser eso, simplemente porque Costia jamás le había fallado para que Lexa lo hiciera.

Pero hela ahí, recordando a cada minuto el momento que compartió con Clarke en la piscina de su edificio

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Pero hela ahí, recordando a cada minuto el momento que compartió con Clarke en la piscina de su edificio. Es que era tan jodido, su corazón se aceleraba de solo pensarla y toda ella se revolucionaba, sintiendo más que simples mariposas cuando la veía, llegaba a pensar que dentro de ella había un zoológico entero y cada animal había bebido un red bull. No era fácil. Ya no se sentía bien y bonito como antes. Ahora era intimidante y malo debido a que estaba con Costia.

Ángel | La amiga de mi hermana (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora