La mayoría de las veces, el proceso para descubrir tu sexualidad "diferente" a lo que la sociedad considera "normal" puede ser lioso, sobre todo cuando te enamoras de la persona más errónea en la faz de la tierra. Y no me refiero al sexo, eso es sol...
Octavia, con su bolsa de ejercicio echada al hombro, pasaba por un lado del mostrador donde se encontraba Raven, mostrando una enorme sonrisa comparada a la suya que era una pequeña y ladeada. Ambas pensaban en lo mismo, solo que la morena lo demostraba más con su mirada insinuadora.
Intentando no prestarle mucha atención y continuar con su broma, Octavia siguió adelante hasta que un silbido hizo que devolviera la vista, directo a donde Raven la veía con un brazo apoyado al mostrador y su cabeza contra su mano. Se hacía la boba.
- ¿Sí? –La detective se acercó hasta ella como si nada.
- Acaba de suceder algo muy loco, ¿quieres que te lo cuente? –Preguntó creando curiosidad y Octavia se hizo la pensativa.
- A ver, suéltalo.
- Hace un minuto vi a un bombón caminando, ¡justo en frente de mí! –Octavia soltó una carcajada sin poder creerse lo tonta que era Raven-. ¿Sí o no es bastante loco? Estaba aquí de lo más tranquila y boom, veo semejante ricura.
- ¡Raven! –La de ojos grises se ruborizó y le pegó un suave golpe en el brazo-. Voy a entrenar. ¿Salimos hoy?
- No lo sé, el bombón del que te hable me está echando ojitos también.
- No seas tonta.
A Raven le gustaba ver esa sonrisilla en Octavia. Muchísimo. Luego de verla siempre con una dura actitud, de esas que te hacen temer y dar varios pasos en dirección contraria, era bueno saber que detrás de toda esa dura cascara, había una hermosa mujer que le gustaba como nunca nadie lo había hecho.
- Hablo en serio -siguió Raven.
- Pues, entonces, deberías decirle que ya estás tomada.
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La entrenadora rió suavemente, enganchando su mirada a la grisácea de Octavia, quien se apoyaba del mostrador para quedar más cerca de ella. Raven la tentó, mordiéndose los labios y dándole uno de esos repasos con mirada sexy que tan nerviosa ponían a O. En las pocas salidas que llevaban, ya Raven conocía una que otra debilidad de la detective, pero esto no se debía a sus cenas en algún restaurante, sino a sus largas pláticas en las noches, porque más allá de salir, preferían quedarse en una de sus casas y pasar la noche juntas en la cama.
Todavía le sacaba una radiante sonrisa recordar su primera cita y a donde había llevado a Octavia: al parque de diversiones. Si se sintió nerviosa en algún mínimo momento, fue todo erróneamente infundado. Octavia se divirtió tanto ese día que Raven tuvo miedo de que el corazón le explotara al verla reírse tanto y con esos ojos llenos de felicidad absoluta.
Y pensar que casi deja todo eso solo porque O. era hermana de Bellamy Blake...
- Bueno, supongo que tendré que decírselo –Raven se separó un poco y buscó algo en el mostrador. En cuanto Octavia vio de qué se trataba, volvió a carcajearse sin poder evitarlo-. Lo siento, bombón. Estoy tomada.