Capítulo 2: Niño del capricho

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Aquella mañana, Yuri abrió los ojos, despertando por su propio aliento que volvía a golpear contra su cara. Una vez que logró desenmarañarse de aquella marea de sábanas que era su cama, y localizó sus anteojos, el alma se le vino a los pies. 

Victor estaba dormido en su cama. 

El japonés se puso tan rojo que parecía un tomate. Allí, en medio de los brazos cruzados de su ex-entrenador y las mantas, su mente solo podía emitir un pensamientos: que ellos... habían...

- ¡AHHHHH!- gritó, más fuerte de lo que quería

- ¿Yuri?- farfulló Victor, incorporándose- ¿Estás bien? ¿Qué sucede?

- Nosotros... no... hicimos nada anoche, ¿verdad?- soltó el moreno, avergonzado 

Victor sonrió levemente, le tomó la mano y depositó un beso corto sobre ella, haciéndolo sonrojar más de lo que estaba.

- Tranquilo. No tengo ninguna prisa. Voy a respetarte el tiempo que necesites- aseguró con tono dulce

Acto seguido, se inclinó hacia él y lo besó. 

- Buenos días- dijo, riendo 

- B-buenos días- tartamudeó Yuri 

Ciertamente, que difícil sería adaptarse a dormir junto a él, a sus besos de buenos días, a sus besos en general... Pero que fácil era dejarse llevar por ello. 

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Aquella mañana, decidieron practicar un poco en la pista. A pesar de que Yuri y Victor ya habían dado por terminadas sus carreras de manera pública, no querían perder su pasión por el patinaje, la cual los había unido. Victor salió unos minutos antes para comprar un par de cosas en el camino, y Yuri se quedó para vestirse. Mientras se ponía el conjunto que utilizaba en los momentos de relajación en el Grand Prix (donde Yurio y él habían logrado llevarse bien) y los recuerdos lo invadían, su memoria retornó a los momentos donde Victor, con gran habilidad; lo peinaba de manera espectacular. 

Y un extraño deseo nació de su interior. 

Yurilogró acomodarse bien el cabello con el gel, dejándolo con un aspecto flamantey llamativo, echado hacia atrás, y enfiló hacia la pista a patinar con Victor, quien lo saludó con un suave beso en los labios

- ¿Nada malo en el camino?- inquirió con dulzura

- N-no, todo está bien- respondió con timidez, aún incapaz de acostumbrarse a aquel contacto

- ¿Qué te parece sí...?

Todo se detuvo en seco en los pensamientos de Yuri. Victor no había mencionado nada acerca de su cabello. Enrojeciendo súbitamente, contuvo la furia y tosió disimuladamente.

- ¿No notas nada nuevo?- dijo, una vez que tuvo su atención

- ¿A qué te refieres?- se desconcertó el ruso

- ¿No lo ves?

- ¿Qué tengo que ver?

El termómetro de Yuri explotó, y Victor, precavido y ruso como era, esquivó una patada voladora antes de que le rompiera la cabeza.

- ¡Te hablo de mi cabello!- reclamó el japonés, con un asomo de mueca llorosa

- ¡Lo siento, lo siento!- exclamó su ex-entrenador levantando las manos- ¡Sí lo noté! ¡Solo que no dije nada! Pero te ves hermoso. De verdad, Yuri

El moreno se ruborizó como un tomate, y se dejó abrazar por los brazos fuertes de Victor, quien sonrió.

- Asegúrate de mirarme bien la próxima vez- farfulló Yuri, molesto

- Lo prometo

Y a pesar de que aún seguía ligeramente ofendido, cuando vio a Victor sonriéndole y sintió su mano acariciando su mejilla; todo aquello se desvaneció.

                                                               *******************

Yuri llegó bien y con energía. Sigue mostrándose nervioso ante mis besos, lo cual me fascina. Es demasiado tierno. Sin embargo, cuando estaba por hacerle una propuesta, lo oí toser.

- ¿No notas nada nuevo?- me dijo, mirándose las uñas

Lo miré de pies a cabeza.

- ¿A qué te refieres?

- ¿No lo ves?

- ¿Qué tengo que ver?

Una simple mueca en su rostro me hizo saber que no tardaría ni medio segundo en golpearme, y me moví rápidamente esquivando su patada.

- ¡Te hablo de mi cabello!- reclamó, lloriqueando

Mierda, era cierto. Estaba guapísimo, ¿cómo no lo noté? Se había peinado tan precioso que me hizo gritar internamente. Intenté calmar las aguas con rapidez.

- ¡Lo siento, lo siento!- exclamé- ¡Sí lo noté! ¡Solo que no dije nada! Pero te ves hermoso. De verdad, Yuri

Una mentira piadosa a tu novio no es pecado mortal. Y menos después de ver la adorable expresión que pintaron sus mejillas ruborizadas y ojos brillantes. Lo abracé y no se apartó ni quejó, aunque continuaba molesto; era evidente.

- Asegúrate de mirarme bien la próxima vez- farfulló

- Lo prometo

Era la primera vez que lo veía así. Tan enojado, tan quejoso... tan caprichoso. Era como una faceta desconocida de él. ¿Sería esa su forma de comportarse al estar enamorado? Sonreí mientras le acariciaba el rostro.

Todavía tenía que descubrirlo.

Tenía a un príncipe caprichoso a mi lado.

Yuri, el príncipe caprichoso [Yuri!! on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora