Yuri, el príncipe caprichoso [Yuri!! on Ice]

Capítulo 10: Festejos desmedidos

Ya había pasado una semana desde la muerte de Hiroko Katsuki, y Yuri ya se hallaba mucho mejor. Los eventos funerarios habían resultado menos tristes gracias a Victor, quien en ningún momento dejó de abrazarlo con fuerza; aunque estuvo muy pegajoso la mayoría del tiempo. Sin embargo, sabía que sería aún peor en pocos días: era su cumpleaños. Yuri cumpliría 24 años, y era la sexta vez en su vida que no tendría a su madre junto a él; salvo que esa vez era la definitiva.

La mañana del 29 de Noviembre despertó temprano, intentando evitar cualquier contacto con Victor o su familia antes del mediodía; pero fue misión fallida apenas bajó a la sala. Allí, escondidos en un recoveco detrás del sofá, asomaban el peinado punk de Mari, la calvicie incipiente de su padre y el trasero de Victor. Aquello hizo sonrojar y sonreír al mismo tiempo.

-Saben, podré tener la apariencia de un niño adolescente, pero conviví 23 años con sus malas habilidades para ocultarse, papá y Mari-neechan- dijo Yuri, con cara de póquer pero escondiendo una sonrisita- Y también tú, Vicchan. Reconocería tu trasero en cualquier parte

-¡Ese es mi esposo!- exclamó Victor, saliendo de detrás del sofá con una sonrisa

-¡Feliz cumpleaños, Yuri!- gritaron Mari y su padre al mismo tiempo

Su hermana se acercó sonriente, y le dio un fuerte abrazo que casi le trituró las costillas. Su padre, más calmado pero no menos cariñoso, le palmeó suavemente la cabeza (como cuando era niño) y le entregó un paquete cuadrado.

-Felicidades por tus 24 años, Yuri- dijo con tono suave

El japonés le sonrió. Su padre era un hombre muy fuerte. Él había estado en el momento que le comunicaron que su madre había muerto, lo mismo que Mari. Él había visto como enterraban el cuerpo de la persona que les había dado a sus hijos y un amor inmenso. Él lo había llamado a las 4 de la madrugada, intentando mantener la compostura. Desenvolvió el paquete y descubrió algo muy conocido para él: sus primeros patines, los que usaba de niño; esos negros con los cuales había trazado las primeras coreografías en la pista de hielo.

-Gracias, papá- repuso Yuri, sonriéndole

Finalmente, el moreno se volvió hacia Victor, quien le sonreía de una manera tan tierna que le puso la piel de gallina en automático. El ruso le tendió la mano, y aunque avergonzado, Yuri la tomó y lo siguió por las calles de Hasetsu hasta llegar a la playa, al mismo lugar donde le había propuesto ser su novio por primera vez y él lo había rechazado. Recordando eso, las mejillas le ardieron de vergüenza. Victor se giró y le sonrió, torciendo la cabeza hacia la derecha.

-Estuve pensando esto mucho tiempo... y... quería estar seguro de que quieres hacerlo- comenzó, tanteando sus bolsillos- Pero primero debes responderme 3 preguntas. La primera: ¿aunque te hayas retirado, patinarías conmigo de nuevo?

-Sí, además, amo patinar contigo- respondió Yuri

-Segunda pregunta: ¿vas a dejar de hacerte ideas ilusas con conversaciones ajenas y vas a escucharme cuando te diga la verdad?

-S-sí- bufó el japonés

-Y la última y la más importante, Yuri Katsuki. ¿Me amas?

El moreno se sorprendió momentáneamente, pero sonrió levemente.

-Por supuesto que sí- aseguró

-Entonces...

El corazón de Yuri pareció detenerse un segundo cuando Victor se agachó y sacó una cajita de su bolsillo, abriéndola. Tenía un anillo.

-Yuri Katsuki, amor de mi vida... ¿quieres casarte conmigo?

Por un segundo, el japonés no abrió la boca. Pero luego, enormes lágrimas descendieron por sus ojos y comenzó a sollozar a todo pulmón, cubriéndose la cara con las manos. El ruso le tomó la mano, preocupado.

-Yuri...

-Sí...

-¿Eh?

El moreno lo miró a los ojos, llorando y con las mejillas sonrojadas; y sonrió abiertamente.

-Sí, quiero casarme contigo, Victor Nikiforov- respondió

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Fue uno de los días más felices de mi vida. El solo ver ese anillo en el dedo anular de Yuri mientras reía en compañía de su padre y Mari-san me hacía feliz. De vez en cuando me atrapaba mirándolo, y aunque fruncía el ceño, segundos después me sonreía, con esa mirada perfecta. Demonios, realmente lo amo.

¿Adivinen quién tuvo la mala idea de beber algo de alcohol de las botellas de la mesa?

Sinceramente, debería avisarle a Yuri que me pongo borracho con muy poco.

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Victor se había pasado de copas y el encargado de cuidar de él fue su prometido, quien trabajosamente lo llevó hasta la cama, lo cubrió con unas mantas (hacía frío aquella noche) y no pudo reprimir el impulso de dejarle un suave beso en los labios. Sonriente, Yuri observó el anillo en su dedo anular mientras se recostaba junto al ruso, quien roncaba a pata suelta entre las sábanas. De improviso, se giró en medio de su sueño y lo abrazó por la cintura con fuerza.

-¡Vicchan!- llamó Yuri con suavidad- ¿Puedes esperar un segundo? Aún no me he puesto el pijama...

- Mmmm- refunfuñó Victor, aferrándolo con más fuerza- Quédate así por hoy. No te levantes otra vez; quiero dormir contigo...

Yuri se sonrojó y sonrió ligeramente.

-Tú ganas- bufó

El ruso rió entre sueños y volvió a quedarse dormido, envolviéndolo en un abrazo asesino. A pesar de que a veces fuera un poco infantil, se emborrachara fácil, no supiera cocinar bien un onigiri, no supiera esconderse detrás de un sofá... Yuri lo quería. Demasiado. Sonriendo y algo ruborizado, le devolvió el abrazo y se quedó dormido.

Al menos, en ese festejo por sus 24 años su padre no le había mostrado fotos suyas de pequeño a nadie.

Les traigo amor y felicidad, porque en el capítulo anterior casi los hago llorarse un río de lágrimas. Los amo, los quiero muchísimo. 

Y lo más importante de hoy, 29 de Noviembre recién iniciando... 

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, YURI, BEBÉ HERMOSO! 24 años cumple, ¿se dan cuenta? En lo personal le tengo un enorme afecto a Yuri porque me representa desde lo humano, y en sí este anime me dio un impulso que estaba necesitando. Yuri, vida, aunque seas solo un personaje; te quiero demasiado. Gracias, te amo. Y feliz cumpleaños ❤