Capítulo 20: Tío Yurio

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                                                                         2 AÑOS DESPUÉS 


- ¡USTEDES DOS! ¡LOS DETESTO!

La voz de un adolescente de 18 años rompió la música clásica que sonaba en la pista de hielo de Hasetsu. Yuri Katsuki, contando con 26 jóvenes años, se volvió, haciendo volar su cabello largo hasta los hombros; y sonrió a la visita. 

- Buenas tardes, Yurio- saludó 

El ruso bufó y lo miró con el ceño fruncido. Podría tener 18 años, pero seguía siendo el mismo rubio quejoso del Grand Prix. Victor Nikiforov apareció desde el vestuario de la pista, riendo. 

- Creía escuchar tu dulce voz, Yurio- dijo, un poco irónico 

- ¡Cállate!- reclamó el rubio- Te has convertido en un viejo de 29 años, Victor. Creí que morirías antes a causa de alguna locura de tu esposo 

Yuri ignoró el comentario olímpicamente y rió. 

- ¿Y bien?- gruñó Yurio, con las manos en la cadera- ¿Me van a decir la razón por la cual me hicieron dejar el circuito cuando estamos tan cerca del Grand Prix? 

- Claro que sí- repuso Victor y se giró al vestuario- ¡Hiroko! ¡Adivina quien vino!

Un gritito emocionado de niña surgió desde las puertas y fue como si una avalancha arribara la pista. Empinada en unos patines negros, una niña de aproximadamente 12 años se asomó con una sonrisa emocionada. Tenía largo cabello castaño claro y ojos verdes. Hiroko Nikiforov corrió hasta la figura alta de Yurio y lo observó con actitud de admiración. 

- ¡Yurio Plisetsky!- exclamó la niña- ¡Qué hermoso eres! ¿Papá, puedo patinar con él? 

- Eso debes preguntárselo a él- repuso Victor 

- ¿Quién es ella?- inquirió Yurio, algo incómodo ante la silueta de Hiroko, quien lo rodeaba entre grititos de fangirl 

- Nuestra hija- explicó Yuri- La adoptamos hace un año y medio, unos meses después de la boda de mi hermana. Era muy solitaria cuando estaba en el orfanato, así que decidimos quedarnos con ella. Y queremos que tú... bueno, seas su padrino, Yurio 

Las mejillas del rubio tomaron un ligero tono rojizo, y desvió la mirada. 

- ¿Yo?- repuso- ¿Katsudon, seguro que lo pensaste bien? Pudiste haber elegido a Yuko-san, a tu hermana o hasta a tu amigo, Nishegori... 

- Nishigori- corrigió el japonés- Yurio, lo pensamos con Victor, y queremos que tú seas el padrino de Hiroko. Ah, y Otabek, por supuesto 

Yurio se ruborizó dos veces más y con una sonrisa enorme, cosa muy inusual en él, tomó el teléfono y llamó a su entonces pareja, Otabek Altin. 

- ¿Ota?- exclamó- Escucha, tenemos una propuesta de parte de Victor y el katsudon... 

Yuri y Victor se miraron, riendo. El ruso lo abrazó por los hombros, observando a Yurio hablando por teléfono con el kazajo entre sonrisas de emoción. 

- ¿Crees que lo harán bien?- preguntó Victor 

- Por supuesto que sí- replicó el moreno, sacudiendo una mano- Yurio y Otabek son geniales. Además, Hiroko es una excelente niña

"Hiroko Katsuki, como su abuela" 

Aquel pensamiento lo hizo sonreír. Yurio colgó la llamada con un adiós en ruso y se volvió. 

- ¡Aceptó!- anunció- De acuerdo, katsudon. Ota y yo seremos los padrinos

Victor sonrió. 

- ¡Hiroko!- llamó 

Yuri, el príncipe caprichoso [Yuri!! on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora