Yuri, el príncipe caprichoso [Yuri!! on Ice]

Capítulo 7: Stay close to me

Luego de aquella situación con Victor, Yuri ya no sentía tanto pánico con respecto a las caricias del ruso. Cada tanto volvía a intentarlo, y conseguía muy de a poco que el japonés se soltara de forma casi imperceptible y dejara que lo acariciara, que metiera los dedos debajo de su remera o que le diera algunos besos en el cuello. Para Victor aquellas pequeñeces valían oro, ya que sabía lo difícil que era para alguien con el complejo de Yuri dejar que lo tocaran de aquella forma.

Sin embargo, las cosas cambiarían un poco.

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Aquella mañana, me desperté un poco más tarde que de costumbre. Yuri y yo habíamos tenido una mala noche, ya que Maccachin estaba un poco enfermo (había comido demasiado) y lo tuvimos que llevar a la veterinaria en el medio de la noche. Aún lo estaban revisando, pero se hallaba fuera de peligro. Sin embargo, cual fue mi sorpresa al despertar cuando vi que la cama de Yuri estaba tendida y él no se hallaba en la casa. Tuve una ligera intuición de donde podía estar y me cercioré de ello tras ver que sus patines no estaban atados por los cordones del perchero. 

Yuri suele ponerse muy nervioso con todo lo que concierne a Maccachin, ya que él tuvo la terrible desgracia con Viichan. Caminé hasta la pista y entré en silencio. Yuko aún no aparecía en esas horas, pero siempre le dejaba la llave a Yuri porque sabía que podría necesitarlo a pesar de ya haberse retirado. Tras cruzar la puerta de entrada y apenas entreabrir la que daba a la pista de hielo, pude verlo. 

Estaba patinando "Love in the dark" de nuevo, sin el traje que utilizó en la final de ese día, con ropa de entrenamiento normal. Pero en su rostro habían tantas emociones mezcladas que difícilmente pude decir algo. En sus ojos había cansancio, temor, preocupación, amor, ansiedad, recuerdos. Estaba tan metido en el papel que ni siquiera notó mi llegada. Yuri era el príncipe, era los recuerdos, era el dolor; era esa pieza de piano hecha carne. Los bombos y los platillos reventaron en los parlantes, y Yuri clavó los últimos dos saltos de la coreografía, un lutz y un flip cuádruple, seguidos; quedando de pie y con las manos sobre el pecho, recuperando el aliento. 

Demonios. ¿Por qué no podía hablar? No habían palabras en mi boca para expresar ese sentimiento. Ni siquiera verlo interpretar ese programa en la final me había dejado sin aliento. 

- ¿Victor?- llamó Yuri, agitado, mientras se secaba el sudor- ¿Estás bien?

Tuve que sacudir la cabeza para volver a la realidad. 

- Yuri- susurré, casi sin voz 

Y sin pensarlo, corrí hacia él. Él no se opuso, ni siquiera se molestó en correr; solo recibió el beso y me abrazó con suavidad. 

- Yuri, quiero que patinemos juntos- dije 

- ¿Eh?

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Y así fue. Victor y Yuri patinaron juntos "Stay close to me" y sin saberlo, el ruso había cumplido uno de los mayores sueños del japonés. Se entrelazaron, se volvieron a separar, giraron juntos y entre los dos lograron los mejores saltos; para terminar frente contra frente, riendo. Yuri suspiró, sonrojado, y se rascó el cuello. 

- Victor- declaró- Si quieres hacerlo... apresúrate 

- ¿Qué?- se desconcertó el ruso 

- ¡ERES UN IDIOTA, IDIOTA!- gritó Yuri, nervioso y ruborizado como nunca antes- Solo... intenta entenderlo

Pasaron unos segundos hasta que la mente de Victor logró captar el trasfondo de las palabras del moreno. Sonriendo, se acercó hacia él y lo rodeó con los brazos. Yuri desviaba la mirada, avergonzado y queriendo que se lo tragase la tierra, pero el ruso hizo que lo mirara a los ojos. Nunca iba a poder contra su sonrisa. Nunca.

- Sí- musitó Victor con ternura- Ya lo entendí

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No fue como todos decían que era. Fue silencioso, dulce y a la vez gracioso, ya que Victor reía al verlo avergonzado y lo hacía reír a él también. Y en ningún momento había sentido miedo de su tacto. Las manos del ruso lo habían acariciado con tanta suavidad y precaución que olvidó todo lo que sucedía. 

Luego de haberse unido con él por primera vez, Yuri lo entendía. 

Ya no podía escapar de la red de ese marinero. Y el pez, masoquista y enamorado, no deseaba salir de ella. 

Hola a todos, soy Sol, pero pueden decirme MUERTA después del episodio 8 de YOI. Solamente voy a aclarar que mi mente sigue en estado de ¡CABOOM! desde ayer a las seis de la tarde :v Vamos a rezar todos por Maccachin 

Dicho esto, quiero agradecerles por todo su apoyo. Me hicieron muy bien. Los quiero mucho. 

Lily