Capítulo 8: Prohibición dulce

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Yuri, gracias a que Victor lo había utilizado de conejillo de Indias durante tres días (lo hizo probarse todos y cada uno de sus trajes, aunque él no tuvo ningún problema con eso; excepto al momento de las fotos) tenía demasiadas cosas para hacer en la casa. Sus padres estaban de vacaciones desde hace dos días, y él y los empleados que ayudaban al mantenimiento de las aguas termales debían encargarse de mantener todo acorde para los huéspedes. 

Mientras terminaba de colgar los trapos con los que había limpiado los vidrios del onsen, Yuri sintió la voz de dos empleadas. No les prestó atención hasta que lo nombraron y seguidamente a Victor, y digamos que no es muy sencillo evitar una conversación ajena cuando tú y tu novio son el tema de la misma. Ocultándose en un rincón, asomó la cabeza ligeramente y las observó. 

- ... sabes que Victor es un hombre muy serio y responsable...- decía una de ellas- Y me dijeron que él no puede soportar a las personas caprichosas. Por eso nunca le dice al mocoso que lo ama con sinceridad. Siempre que lo hace no lo está mirando o no le sonríe... 

- Katsuki es demasiado caprichoso con él- replicó la pelirroja, riendo- Y por eso Victor no puede con él. Debe estar con él por lástima. Es un hombre demasiado sexy, que desperdicio... 

- Vamos, tenemos que terminar el último cuadro de los baños

Las dos se alejaron, conversando. Sin embargo, detrás dejaron a un japonés escondido en el rincón, quien se quitó los anteojos y se secó las lágrimas que le rodaban por las mejillas. Una sonrisa de dolor se reflejó en su rostro mientras terminaba de colgar los trapos y se alejaba del lugar conteniendo el resto del llanto. 

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- ¡Que aproveche!- exclamó Victor, hincando los dientes en el sushi que había preparado esa noche 

En la mesa habían dos grandes platos de sushi, torta de frutillas (regalo de Yuko) y algunos snacks caseros preparados por el mismo Victor. Sin embargo, los palillos de Yuri estaban intactos y sus brazos cruzados sobre el pecho. Empeñado en demostrarle a su pareja que él no era ningún niño caprichoso, se propuso no probar bocado de la cena que le había pedido. El estómago le reclamaba, pero lograba engañarlo con tragos de agua. 

- Sabes, Yuri- dijo Victor, después de unos minutos- serás buen patinador pero aún no has aprendido a disimular. ¿Por qué no estás comiendo? Tú querías comer esto hoy 

Los labios del moreno se crisparon y fue incapaz de responder. Era una razón tan infantil, tan estúpida... 

- Yuri... 

"Me dijeron que él no puede soportar a las personas caprichosas. Por eso nunca le dice al mocoso que lo ama con sinceridad" 

No pudo contenerlo más. Las lágrimas brotaron de sus ojos sin que pudiera evitarlo y las dejó caer sobre su regazo, sin mirar hacia el frente. 

- ¿Yuri?- se sobresaltó Victor- ¿Estás bien? ¿Fue algo que dije? 

- Victor... ¿tú me amas? 

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Aquella pregunta me tomó desprevenido. No entendía absolutamente nada, pero era suficiente con verlo llorar para que se me partiera el corazón al medio. Me acerqué a él, pero no me miró. Su mirada continuaba fija en sus piernas, mientras las lágrimas rompían contra sus pantalones. 

¿Qué habría escuchado y de boca de quién?

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Yuri se limpió la cara con las manos y decidió confesarlo todo. 

- ¿Tú crees que soy un niño caprichoso y estás conmigo por lástima?- sollozó 

Victor se quedó atónito unos instantes, y seguidamente se pellizcó el puente de la nariz con los dedos. 

- Ay, por Dios, Yuri; por supuesto que no- replicó- Nunca estaría con alguien por lástima. Y no me molestan tus caprichos. Es más, los considero una forma más de conocer tu verdadera personalidad al estar enamorado 

- Victor, mírame, por favor 

Las manos del japonés, aunque temblorosas, sujetaron la cabeza del ruso y sus empañados ojos oscuros se clavaron en la mirada transparente de su pareja. 

- No muevas la cabeza, ni desvíes la mirada, ni nada- dijo- Mirándome a los ojos, dime que me amas 

Unas cuantas lágrimas más cayeron de sus ojos hacia su regazo, mientras Victor se acercaba tanto a él que podía contarle las pestañas. Estaba muy serio. 

- Te amo- repuso- Amo tus caprichos. Amo tus respuestas infantiles. Amo todo de ti, Yuri Katsuki 

Las mejillas del moreno se sonrojaron tan de repente que Victor no pudo evitar una carcajada. Sonriendo, sus manos acariciaron las mejillas empapadas de Yuri, posando su frente sobre la del japonés. 

- Yuri- repitió- Te amo 

Sus labios se posaron sobre los de su pareja, besándolo con suavidad. Yuri ni siquiera oponía resistencia, aferrándose a sus hombros con los dedos. El ruso se separó de él y su boca se posó una y otra vez sobre los labios del moreno, dejando sobre ellos besos cortos. Yuri estaba totalmente ruborizado. 

- Te amo- musitó Victor una última vez

Yuri infló las mejillas, avergonzado, y eso provocó tal ternura en el ruso que volvió a besarlo aunque trató de evitarlo. 

Esa y muchas veces más. 



Se preguntaran que es esta maratón de capítulos (decidí ponerle así) Mañana voy a estar todo el día en un evento caritativo con un grupo de mi escuela, así que no voy a poder tocar la computadora hasta el domingo. Por eso les regalo esto así no sufren por mí (?) ¡Los quiero!

Lily 

Lily 

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Yuri, el príncipe caprichoso [Yuri!! on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora