Yuri despertó en medio de la noche, con el sonido de su ringtone de llamada en los oídos. Tanteó en la mesa de luz, en búsqueda de sus anteojos, y se liberó del abrazo asesino de Victor, quien notó que se movía y lo aferró por la cintura.
-Yuriii, vuelve a la cama- lo llamó con voz somnolienta
-Espera un segundo
El japonés tomó su celular y descubrió al causante de su despertar; su padre. Extrañado, lo atendió.
-¿Papá?
-Yuri, ¿estabas durmiendo? Lo siento- la voz de su padre sonaba terriblemente ronca
- No te preocupes, papá. ¿Qué sucedió?
¿Por qué su padre lo llamaba a las 4 de la mañana desde Fukuoka, cuando tendría que estar durmiendo con su madre en medio de sus vacaciones? Un mal presentimiento lo agitó por dentro y buscó la mano de Victor para cerciorarse de que estaba allí. El ruso recibió sus dedos temblorosos y lo abrazó por los hombros en silencio.
-Yuri, tu madre... Hoy en la tarde, tuvo un infarto mientras dormíamos la siesta y la llevamos al hospital. Intentaron todo, pero... Ella falleció- informó su padre, con la voz temblorosa
Fue como si le hubiesen disparado directo al corazón y sin aviso. Los ojos de Yuri se llenaron de lágrimas y la mano que sostenía el teléfono comenzó a temblarle como gelatina, mientras las primeras gotas reventaban contra su regazo. Victor, quien aún no entendía nada, lo abrazó con mucha más fuerza.
-Lo siento, papá- sollozó el moreno, apretando la mano de su pareja- De verdad
-No te preocupes; yo estoy bien- repuso su padre con un leve espasmo de llanto- En unos días volveremos a Hasetsu con Mari-chan. Cuídate, ¿sí? Te amo
-Yo también te amo, papá
Yuri cortó la llamada y sin poder hablar, se volvió hacia Victor, quien lo miraba con preocupación.
-Mi madre...- logró balbucear
Eso fue suficiente para el ruso, quien de inmediato lo atrajo a sus brazos y lo estrechó con fuerza. Yuri lloraba, lloraba sin consuelo contra su pecho.
-Te amo, te amo, te amo- susurraba Victor en su oído
Y por pequeño que eso fuese, de alguna manera lograba hacerlo sentir mejor.
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Aquella mañana, Yuri se despertó muy temprano. Victor dormía despatarrado entre las sábanas, y aquello logró sacarle una sonrisa. Ojeroso y con una cara terrible, el japonés salió de su hogar y se dirigió a un lugar muy especial para él: la casa de la playa. Una casucha deplorable y destruida que había sido la protagonista de todas las aventuras de su madre y él cuando era solo un niño. A medida que se acercaba, empezó a correr. Los recuerdos lo inundaban y la arena se le metía en los pies.
Abrió la puerta y descubrió todos aquellos vestigios: juguetes rotos, dibujos en la madera, la ventana con la "cortina mágica" abierta... Sus manos volvieron a recorrerlos una vez más, y su dolorosa mente trajo las memorias de Hiroko.
Su madre cocinándole, viéndolo admirar a Victor, aconsejándolo, llevándolo a la escuela, alentando por él en las primeras competencias de patinaje. Allí estaba ella, llorando cuando le dio las noticias de Viichan, apoyándolo, con dos tazones de katsudon en la mano; aceptando su relación con Victor y sonriéndole a la luz del atardecer, los dos sentados en la arena frente a la "cortina mágica", de niño y de adulto.
Y ni siquiera había podido decirle adiós a una de las mujeres que le había dado más cosas que nadie. Su último abrazo le dolía entre los recuerdos.
"-Cuídate, Yuri. Y no hagas locuras con Victor- lo reprendió su madre, abrazándolo
-¡Mamá! Solo te vas unos días, no me abraces tanto
- Solo por las dudas; nunca sabes cuándo puedes necesitar el abrazo de tu madre- rió Hiroko, alborotándole el pelo- Te amo, hijo"
Yuri sonrió en medio de las lágrimas, agachado en el medio de la cabaña.
-Perdóname, mamá- susurró- Yo también te amo
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Cuando volvió a su casa, ya era la hora del almuerzo. Victor estaba cocinando, pero al verlo llegar, se abalanzó sobre él y lo abrazó sin explicaciones. Ambos se dejaron caer en el sillón. El ruso hizo que se sentara sobre sus piernas y le besó el hombro.
-¿Cómo estás?- dijo, con tono suave
-Vicchan...- susurró Yuri, con voz queda- Si yo... llorara por varios días... no te reirías de mí, ¿verdad?
La pregunta lo tomó desprevenido, pero segundos después, el hombre sonrió levemente.
-Claro que no, ¿qué clase de novio sería si hiciera eso?
"Te amo, hijo"
Unas ligeras lágrimas rodaron por sus mejillas. Los brazos de Victor lo aferraron con calidez contra él, mientras Yuri enrollaba sus piernas.
-Llora todo lo que quieras- dijo el ruso, con tono dulce- No voy a reírme de ti
Y sin poder aguantarlo más, las lágrimas se derramaron por sus ojos. El japonés apoyó la cabeza contra el hombro de Victor, quien lo abrazó aún más fuerte.
-Vicchan...- sollozó, con la voz quebrada
-Chsssst- susurró- Estoy aquí, contigo. No estás solo, Yuri
Las lágrimas del moreno empapaban de a poco la camisa del ruso, pero a él no parecía importarle. Yuri cruzó las manos por detrás del cuello de Victor y se apretó contra su pecho, sollozando. Su cuerpo era cálido y sus brazos lo envolvían por completo; haciéndolo sentir protegido
- Te amo, Yuri- musitó Victor en su oído- Te amo mucho
"No estás solo" "Estoy aquí, contigo" "Te amo mucho" Frases tan pequeñas y diarias, pero que, en la boca de Victor; en ese momento eran su único consuelo. ¿Por qué...? ¿Por qué él siempre sabía cómo sanarlo?
¡Hola a todos! Les traigo drama (?) pero les prometo que el próximo capítulo, "Una fecha especial" va a ser un poco más alegre, ¡porque es el cumpleaños de Yuri! Según la cuenta oficial de Twitter, nuestro Yuri cumple el 29 de Noviembre y tengo pensado sacar el capítulo ese día (además, el 28 rindo unos parciales de la escuela) Espero que no lloren mucho, y esperen hasta el martes.
Lily
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Yuri, el príncipe caprichoso [Yuri!! on Ice]
FanfictionTerminó el Grand Prix Final y Yuri, tras una deliciosa actuación de "Love in the dark" (su programa especial para el evento) se coronó con la victoria, echando por tierra a todos con un puntaje excelente. Sus sentimientos por Victor son muy grandes...