La ciudad de Agadir en Marruecos fue nuestra última parada; al desembarcar del avión una fila de personas nos saludaba amablemente para servirnos, mientras que un carro polarizado se acercaba para guiarnos hacia nuestro lujoso hotel.
Agadir es reconocida por ser una ciudad muy ecoturística algo que muchas veces había deseado practicar, de acuerdo a las costumbres del país no llevaba puesta ropa muy ligera así que compre unas cuantas cosas adaptadas al lugar.
―Hace mucho calor aquí ―el marido del año se quejó por quinta vez desde que aterrizamos―, todas las mujeres sueñan con ir a Francia para ver la torre eiffel y tú prefieres morir en este horno. —hablo mientras movía su abanico de un lado a otro.
―¡Ya cállate!, si hubiera deseado ir a Francia hubiera agarrado cualquier avión en cualquier hora del día, escogí este lugar porque nadie quería viajar conmigo pero ahora que estamos casados aproveche la oportunidad ―le guiño un ojo y avanzo hacia el mostrador del lujoso hotel junto al traductor que nos acompaña.
El traductor hace su trabajo de pedir nuestras llaves de habitación, le pido que les diga que preparen aun guía turístico para mostrarnos algunos lugares en la noche y por el resto de la semana.
Donaban y yo nos adelantamos hacia la habitación que como siempre es la presidencial.
―Alista tus cosas que ya vendrá el guía ―digo mientras salgo del cuarto de baños esparciendo crema en mis manos, Donaban esta recostado sobre la cama.
―No pienso salir de aquí por hoy, ve tú. ―cierra sus ojos como comprobando que lo que dice es real, yo agarro mis bolsos y la llave del hotel que es una tarjeta. ―¿iras?
―Claro que sí, tu eres el que no quiere ir pero no por eso significa que yo me tenga que quedar ―esparzo perfume en mi cuello mientras veo como abre los ojos para verme con su entre cejo fruncido —ademas me dijiste "ve tú" —imito muy mal su voz.
―Tú lado es a la par de tú marido, ya no eres una mujer soltera Jaén.
―Estoy casada, pero eso no significa que no pueda divertirme sin ti, no quiero ser tu esclava o sumisa. ―Me marcho del cuarto enfadada con un gran portazo, llamo al ascensor mientras escucho como la puerta de nuestra habitación se abre, a la vez que el ascensor también lo hace, entro rápidamente y marco el primer piso repetidamente para que este cierre rápido.
―Jaén, espera. ―Mi marido corre y logra entrar antes de que la puerta se cierre ―Ni loca creas que iras aun lugar en la noche y lo peor que sola sin mí. ―No digo nada gracias a mi enfado pero internamente sonrió porque al final hizo lo que yo quería.
En el loving del hotel no hay nadie aun, ni el traductor ni el guía, no me gusta la gente irresponsable y tardista, estoy a punto de llamar a otras personas para que se encarguen del trabajo cuando mi traductor llega junto a un hombre de mediana edad
―Lo siento señorita Smith, pero Omar Borkan también se encuentra en el país, así que se complicaron las cosas, él quiere también un guía turístico y Hajar es el único que hay ―apunto al guía quien se miraba frustrado.
―Eso significa que no saldremos, regresemos a la habitación ―Donaban me agarra mi hombro pero rápido me deshago de su agarre.
―¿Quién se cree ese hombre? Ven Donaban, sirve de algo por una vez en tu vida ―Esta vez yo fui quien agarro su mano halándolo hacia donde nos guiaba el traductor.
En el restaurante, sentado de espaldas se encontraba el ladrón de nuestro guía turístico, decidida me acerque hacia él: ―Ujum, disculpe señor podría hablar con usted ― el dio media vuelta por lo que unos ojos tan negros como el carbón me miraron con malicia
―Para ti lo que sea ―Me guiño su ojo, eso no hizo ningún efecto en mí.
—¡Que irrespetuoso! —digo enfadada —mi marido lo pondrá en su lugar ¡Donaban!
—Calmate, mujer. Disculpe por los inconvenientes pero es que esta estresada hemos tenido un largo viaje y ella esta muy necia en salir a bailar esta noche pero resulta que no hay guía...
—Disculpe, señor...
—Donaban.
—Disculpe señor Donaban, pero con todo respeto le diré dos cosas: la primera es que tiene una mujer muy bella y la segunda es que podríamos compartir el guía, yo también quiero bailar un rato con esta hermosa compañía —dijo señalándome, mi boca estaba abierta de el asombro, solo una vez había conocido a alguien tan insolente y pícaro como él.
Solo bastaron segundos para que Donaban diera la vuelta y me jalara hacia fuera del restaurante.
—¿Eso es un sí? —grito desde su mesa el hombre, llamando la atención de todos.
Algo que fue muy mala idea...
•••
—¡Gracias, Donaban! —grite enfadada mientras salia de la estación de policía.
Una lluvia de flashes acapararon nuestro confort en ese momento lo que significa que todo se venia a pique.
—Señorita Smith, ¿Qué le sucedió?
—¿Quienes de ustedes fue a la cárcel? —pregunta tonta.
—¿Que hará si el hombre más guapo del mundo los demanda?
Muchas preguntas a la vez se acumulaban sobre nosotros así que fue un alivio cuando vimos acercarse nuestro carro.
—¿Ese tipo era el hombre más guapo del mundo? —hablo asqueado, en cambio yo, lo miraba enfadada.
—Nuestro primer día, ¿sabes que nos quieren echar? —mi molestia es grande y él lo sabe.
—¡Me importa un pepino! —grita enfadado —por mí, nos iremos hoy mismo, en este lugar no respetan a las mujeres, sí él no te respeto imagínate como te trataran los otros.
—Eso fue por que él es un patán y no es originario de aquí —dije acomodando mi asiento—, tienes que disculparte Donaban.
Él me mira como si estuviera loca pero en realidad no lo estoy, más si lo que viene detrás de este pleito es una demanda de muchos ceros.
—No lo haré, dañaría mi orgullo de hombre. —mira hacia la venta como un infante haciendo una rabieta.
—Si lo harás, yo no pagare esa demanda. —El carro queda en silencio y ninguno de los dos dice nada por lo que yo vuelvo hablar—, hagamos un trato.
Él se mira interesado porque sabe que yo no hago tratos personales al menos que sea un buen motivo.
—Nos iremos de aquí, adonde sea que tú quieras pero tienes que dar una conferencia de prensa temprano mañana, disculpándote por reaccionar tan violento y dando las justificación del acoso sexual que recibió tu esposa departe de ese hombre ¿es un trato? —alce mi mano.
—Es un trato —estrecho la mía—, ahora vamos a dormir.
Gracias por leer, comentar y votar; muchas gracias.
¡Se les ama!
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Frívola
ChickLitLo que viene a continuación pueda que no sea el típico cliché, pero ¿Quién lo sabe? Todo pasará como el destino lo quiera, al menos que el karma lo pague conmigo por mi borde actitud o mis sucios y viles trucos. Yo Jaén, dejare tentar al destino...