Capítulo 7

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Un tic nervioso se instala en mi ceja derecha, siento como si me pudiera dar un derrame facial por la adrenalina, Tu puedes Jaén, has estado en situaciones peores, como cuando tuviste que saltar de paracaídas...

―¡oh, miren a quien tenemos aquí! ―Papá me saluda con dos besos en cada lado de mis mejillas―, ¿Quién es el muchacho tan guapo que te acompaña?

Este es el momento en el cual recibo toda su desaprobación con su típico gesto de frotarse la cara dos veces con su mano derecha en forma cansada, vamos chica tu puedes.

―Él es Ryan, mi acompañante por esta noche ―no es necesario que diga la palabra novio; pueda que el chico tenga novia y resulta que solo haya estado jugando conmigo en esos momentos será mejor que hable con el antes de que...

―El novio de Jaén ―Hermanos, que sería de nuestra de vida sin esos bellos y entrometidos hermanos―, espero muy pronto la boda ―Y con esa última palabra mi acompañante escupe su vino sobre la camisa blanca de mi viejo.

―No, solo nos hemos visto tres veces, solo somos conocidos ―la cara de Ryan es tan roja como la de un tomate, pueda que a plena vista se mire como un rudo delincuente que te robaría en cuestión de segundos pero resulto ser una cabra asustadiza vestido de lobo―, lo siento señor, ella me invito a esta fiesta como su acompañante, nada más.

―No te preocupes por la mancha, Estela, deberías de no decir impertinencias sin saber si es realidad ―Papá mira con desaprobación a mi hermana mientras se sacude y acomoda discretamente su saco para tapar la mancha, a su vez sé que él está aliviado por la negación de nuestro supuesto noviazgo.

―Un gusto en conocerte Ryan, ¿me permites a mi hija un momento, por favor? ―Sin ninguna palabra más, él se adueña de mi brazo hasta llevarme a la sección de bocadillos―, prefiero mil veces a que mi hermano se quede con todo antes de tener a un yerno como ese, verdaderamente me estas decepcionando hija ―agarra un vaso de wiski para tragárselo de una sola vez―, estas actuando como una adolecente inmadura.

―Bueno, no eres la única persona decepcionada papá, yo también me estoy decepcionando por este estúpido plan sin sentido creado por mí, solo mírame y míralo a él, definitivamente nadie me creería.

Papá alarga una carcajada en voz alta, todos en el salón miran sorprendidos hacia su dirección: ―No vuelvas hacer una locura como esta, se paciente, la empresa estará bien por un rato con tu tío, pueda que haya sido un exagerado al principio pero ahora te aconsejo que busques al hombre indicado pacientemente ―Habla sin importarle su alrededor.

―Cinco años pasan muy rápidos, no creo que haya tiempo para el amor ―Me agarra por los hombros dándome un giro enfrente de la multitud.

―Mira más haya de tus ojos, pueda que el amor esté más cerca de lo que pienses ―observo a mi padre y noto que el mira hacia algo o mejor dicho a alguien en la multitud, sigo su vista hasta chocar con una mirada profundamente azul.

―Ni en un millón de años ―me giro hacia la mesa de los bocadillos y agarro mi tercer vaso de vino en esa noche.

―Harían una pareja perfecta, imagínate, un pequeño niño de ojazos azules y cabello rubio o mejor aún si es una niña castaña con nariz respingona y ojitos verdes.

―Pienso en adoptar ―él me mira enfadado, no le veo lo malo en lo que dije pero sé que en este mundo prefieren lo "tradicional" un niño es una gran responsabilidad y no me siento preparada, aun no.

―Debe ser de sangre, después ya es tu decisión si adoptas o no ―me deja sola en la mesa de bocadillos y bebidas.

Miro mi alrededor, Estela habla abiertamente con Ryan por lo que prefiero no acercarme, me siento totalmente aburrida rodeada con gente doble cara como yo, me he cansado de esta fachada de chica buena, desde que llegue no he podido salirme de las suyas, ni podre.

FrívolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora