Capítulo 13

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¡Un desastre! La peor luna de miel de todas estaba solamente comenzando, después de que se aclararan las cosas con la prensa no calma la atmósfera ni siquiera solo un poco.

Los problemas iban en aumento, por lo que marcharse y hablar a unos cuantos abogados para que arreglaran este desastre no era una mala opción.

—Tu padre hablo, se enteró absolutamente de todo, pero no te preocupes él entendió todo—, su sonrisa no me convencía en lo absoluto.

—Más te vale que se entere ahora y no después con las falsas noticias que están a punto de volar.

El piloto hablo a nuestro cuarto para avisar que el avión estaba disponible cuando nosotros quisiéramos.

—Alista tus maletas que es hora —me observe en el espejo para ver que todo estuviera en orden, mi maleta ya estaba esperando en la entrada del cuarto―, ¿hiciste las reservaciones del otro hotel?

—Sí, no te preocupes que no soy tonto además que sé que te mueres por saber adónde iremos —su tono de misterio me causo por un momento gracia.

—No hay que consultar a un adivino para saber que será Alemania. —la forma en que empieza a rascarse la cabeza me da el acceso a saber que tengo toda la razón.

Está apunto de decir algo más, pero un toque en la puerta nos distrae.

—Un momento... —me observo en el espejo y voy abrir la puerta—, ¿sí?

Mi vista cae hacia un rostro que por mucho que digan que es hermoso, hay algo en el que no me lo parece y ni siquiera me asombra aunque en lo personal casi nada me asombra.

—Omar Borkan, ¿Qué crees que haces aquí? —Sin dejarlo hablar, volví a atacar—, por lo que se dé muy buena fuente es que deberías de estar en estos momentos cuidando a tú pequeño retoño.

—De eso vengo hablar, sé que ni a tu familia les gustaría un escándalo mucho menos a la mía por lo que vengo a proponer un acuerdo. —lo observe despectiva por un momento aunque supe que por un lado tenía razón, mi familia era prestigiada, no creerían nada de lo que dicen pero acabo de formar fuera de ella la mía por lo que daríamos mal de que hablar como pareja.

—Bien, espéranos en el bar del hotel —estoy por cerrar la puerta cuando él la detiene.

―Los esperare en el lobby, los quiero invitar a cenar ―mi respuesta fue dada con un asentamiento de cabeza y cerré.

—¿Quién era? —mi marido apareció con sus maletas.

—Antes de irnos tenemos que ir con alguien a cenar.

—¿Quien?

•••

Un denso silencio estaba presente a nuestro alrededor, hasta las moscas lo sentían.

—¿Hablaras? —mi hombre hablo con cierta molestia, sé que no solo está molesto por cenar con Omar, sino que también conmigo porque lo arrastre hacia aquí.

―Jaén, primeramente te debo una disculpa por todo lo que dije, sé que eres una persona muy respetable en tu mundo Jen...

―Señorita Morris o Jaén para ti, ten respeto es una mujer casada y no tienes derecho de hacerle diminutivos además de que ella los odia ¿Verdad Jaén? ―me mira, muy seguro de que diré que él está en lo correcto.

―¡Oh, por favor! No exageres Donaban ―decido voltearle la jugada, claro que odio los diminutivos pero ver rabiar a Donaban es muy entretenido―, jamás e odiado los diminutivos puedes continuar Omar y perdona mi impertinente esposo ―Las mejillas de Donaban se sonrojan al decir eso sobre él.

―Gracias por la aclaración, bueno iré al grano, he hablado con los reporteros dando un gratificante soborno para que nada de esto saliera de aquí, mi esposa esta delicada de salud y no creo que esto le venga en gracia, además de que le prometí que no volvería a jugar con sus sentimientos, soy un hombre de palabra pero a veces la tentación puede conmigo aunque solo sea por cosas que salen de mi boca yo sé que también estoy engañando a mi esposa con la mirada y el habla.

Lo miro muy bien y pueda que este diciendo la verdad, además de que pienso que Donaban exagero: ―Estas perdonado talvez mi marido solo exagero un poco...

―Él no exagera, eres una persona casada y tu marido estaba enfrente de mi así que vuelvo a pedir disculpas por faltar el respeto porque yo aria algo mucho peor si mi esposa hubiera estado en tu lugar, por eso propongo que viajen conmigo a mi hogar en son de paz.

―Acepto también tus disculpas pero me temo que será para otra canción ―dice Donaban tomando de la copa de su vino, mi molestia es muy grande al ver que me interrumpe―, nuestro vuelo saldrá en unas horas, ya el piloto arreglo todo ―dice esto último mirándome molesto.

―Vamos, él se quiere disculpar con nosotros invitándonos a su casa que de seguro ha de quedar en uno de esos puntos turísticos donde podamos explorar, en cambio tú me quieres llevar a Rusia en mi luna de miel para congelarme del frio y en cerrarme en una habitación de hotel, solo te importa tus interés ―Hacerse la víctima en este momento funcionaba, aunque ya sabemos que Donaban en realidad siempre es la víctima, pobre bobo.

―Pero si siempre vas a Rusia como puedes decir eso, lo disfrutaras ―es mejor que cuides tus palabras Donaban

―¿Ves? Tú mismo lo has dicho, siempre voy a Rusia y tu también ¿Por qué no cambiar de destino y explorar?

Finjo unas cuantas lágrimas, gracias a mis clases de actuación puedo hacer todo esto más realista, la mirada de Omar me dice que está muy apenado, por lo que luego dirige su mirada a mi marido enfadado

―Con mucho respeto señor Donaban, creo que ella se merece la luna de miel que merece, no solo piense en sus necesidades, si me disculpan me retiro, sé que un marido lleva las riendas del matrimonio pero de vez en cuando hay que darle el gusto a ellas ―dice lo último y se marcha de nuestra vista.

Si supiera quien llevas las riendas en este matrimonio su ego de hombre estaría completamente decepcionado junto a mi marido

―¡Vamos a casa! ―dice conteniendo su exclamación en bajo.

Deja una propina en la mesa y se levanta dejándome a mí atrás, sé que él nunca dejaría que su reputación de hombre ejemplar se arruine por lo que estoy casi al cien por cien segura que iremos a la casa de vacaciones de Omar en la India.

Dos horas después Donaban le indica al piloto que partiremos mañana temprano a nuestro próximo destino, la India.

Se acuesta en la cama con su pijama habitual observándome enojado mientras quito el maquillaje y mis accesorios de mi cuerpo, estoy con un pequeño camisón de seda rosa ese que cuando lo vio entre mis cosas en la maleta dijo que sería su favorito.

Me acerco poniéndome sobre sus piernas, toco su pelo peinándolo hacia atrás hasta terminar dándole un pequeño masaje en su cuello, el cierra los ojos y en ese momento sé que lo tengo con las defensas bajas.

―No te enfades al menos deje creer a Omar que tu llevabas las riendas ―le doy un beso fugas y el me mira enojado pero luego cambia a una demasiado maliciosa para mi gusto.

―Te enseñare quien es el que manda en realidad las riendas aquí ―él me da la vuelta quedando yo abajo él arriba y  empieza a tacar con besos seguidos de los míos envolviéndonos en una noche apasionante.

¡Feliz Navidad y año nuevo retrasados! Admito que tenía la mitad de este capítulo escrito porque me dije: No haré esperar muchos a mis lectores, pero luego vinieron las fiestas y era de estar ocupada continuamente, lamento eso.

Gracias por leer y comentar, les traigo el adelanto que en el próximo capítulo viene narrado por Donaban como capítulo especial de fin de año y navidad.

De nuevo, gracias por siempre leer ¡se les ama!

FrívolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora