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Me despierto por el sonido de las gaviotas. El sol se alza en el horizonte e ilumina la cueva de un amarillo suave y el aire huele a la frescura del nuevo día. No sólo oigo a las gaviotas piar mientras sobrevuelan la playa y el mar en busca de comida, también oigo como las suaves olas rompen contra la orilla. 

Me pongo en pie y me asomo al borde de la cueva. Mi ropa sigue todavía tirada en el suelo de cualquier forma. Debí haberme quedado dormida y Harold decidió no despertarme. Todos deben haberse ido ya hacia el interior de Escocia. 

-Oh, tiempo maldito, llévame contigo, allí donde esté mi camino y que nada ni nadie pueda impedirlo. 

Lo repito durante un montón de tiempo como si fuera una oración cualquier dios que esté dispuesto a escuchar mi petición. Incluso al tiempo, si es que puede escuchar algo. Ahora que sé que viajar al pasado es posible, todo lo demás también puede ser real. Necesito que sea real. No puedo quedarme aquí para siempre, moriré muy joven. Demasiado. 

-¡Atrapa a esa pagana, John! -escucho gritar a mi espalda, antes de sentir unos brazos agarrando mi cintura con fuerza y sujetando mis brazos para que no pueda usarlos. 

-¡Soltadme, imbéciles! -grito mientras pataleo. Soy alta, pero incluso estos hombres están logrando levantarme del suelo-. ¡No soy pagana! 

-No mientas, jovencita. Estabas rezando a tus dioses paganos, te hemos oído -gruñe el hombre que está detrás de mí junto a mi oreja. Puedo oler su mal aliento y sentir nauseas. 

-Seguramente iba a hacer algún tipo de ritual desnuda a sus dioses. ¿Por qué sino iría en camisón? -pregunta el que permanece frente a mí. 

-Sí -está de acuerdo el que me mantiene pegada a él-. Ellos hacen ese tipo de cosas. 

-¡No digáis tonterías, sois unos incultos! ¡Y unos gilipollas de mierda hijos de puta! -suelto en chillidos mientras me llevan hasta sus caballos. 

-No nos mientas, pagana. Tus hombres han matado a algunos de nuestros guardias de la aldea. Eres tan impura como ellos. 

Le escupo en la cara. Es lo máximo que puedo hacer de momento, me siento impotente. 

-Asegúrate de amordazarla bien, John. No quiero que esta sucia pagana nos de problemas. Seguro que la señora Manian no tiene ningún problema en educarla para su burdel -opina el hombre del que no conozco su nombre. 

-¡En tus sueño, hijo de puta! -le grito con furia. 

-Estoy seguro de que incluso aunque sea pagana más de uno querrá estar con ella -opina John con una risita. 

-No -niega el otro-. Iremos a la iglesia primero para convertirla, después al burdel. 

Gracias, gilipollas por rebelar vuestro itinerario. 

Me atan las muñecas con una de las cuerdas menos respetuosas con la piel, me amordazan con una de las telas más asquerosas que he olido en mi vida. Después de eso me suben a la parte delantera del caballo. John detrás de mí, con su... cuerpo aplastado contra mi espalda, su olor emanando con la fuerza de un huracán. Tengo el camisón subido hasta los muslos, los pies descalzos y nada más de ropa, aparte de la interior. ¡Menos mal que al menos tengo algo moderno conmigo! 

Mi espada y mis objetos personales han sido abandonados en la cueva. Si hubiese llevado la espada conmigo los habría podido matar y seguir con mi "ritual" de vuelta al futuro. Ahora me tengo que preocupar de estos dos gilipollas que me quieren convertir en prostituta para una tal señora Manian. ¡Sobre mi cadaver! 

-Tienes el pelo más bonito que he visto -susurra John en mi oído mientras guía al caballo por los caminos de tierra-. ¿Alguna vez te lo han dicho? 

LA HIJA DEL TIEMPO (ERA DE VIKINGOS) TERMINADA y CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora