Una mano se aprieta contra mi boca con fuerza y me tira hacia lo que supongo que es el cuerpo de alguien muy grande. Alguien que huele a sudor fuerte.
Me retuerzo salvajemente para escabullirme. Este no es Harold, él no huele así.
- ¿Explorando el bosque, pequeña?- susurra la voz del hombre en mi oído.
Aparto la cabeza hacia el otro lado. Y suelto un grito contra su mano.
- Shhh...- musita-. No queremos que alertes a nadie. Nunca te he visto por aquí, pequeña. ¿Te has perdido?- Suelta una risa entre dientes-. ¡Vaya, qué pena!
Uno de los brazos del hombre se separa de mi cuerpo y lo escucho tirar de la tela de mi nuevo vestido hacia arriba. Aunque estoy asustada y tremendamente confundida, logro aprovechar el momento y abrir la boca para moderle su sucia mano con todas mis fuerzas.
- ¡Pequeña idiota!- me insulta el hombre mientras suelta todos sus agarres para atender su dolorida mano.
Echo a correr sin pensarmelo dos veces.
- ¡Ven aquí, pequeña idiota!- grita el hombre cuando se da cuenta de que estoy huyendo.
Todo pasa demasiado rapido y, unos segundos después, caigo de boca al suelo. Entre el aturdimiento el hombre logra colocarse encima de mí.
- ¡Ayuda!- grito a todo pulmón-. ¡Ayuda!
Mi asaltante trata de inmovilizarme pero yo soy capaz de sacar fuerzas de donde sea por la desesperación.
Entre tanto movimiento mi mano choca contra algo frío. Observo el mango de su espada sobresalir por el lado de su cintura.
¡Vamos, Sophia! ¡Demuestra de qué te han servido todos estos años de clases de esgrima y competiciones! ¡Demuestra lo que significan todas esas medallas y copas que muestras en la estantería de tu habitación!
Si bien todos sabemos que la esgrima solo tiene que ver con la lucha en esencia, no es como si estuviera preparada al cien por cien para lugar con una espada de verdad.
Deslizo la espada fuera de su sitio, pero bien sabemos que mi atacante no se va a quedar esperando a que ataque por lo que ya ha hecho sus propios avances levantando mi vestido hasta la mitad de mis muslos.
Ni de coña voy a ser violada en el siglo VIII.
La espada es larga y pesada por lo que es muy difícil que la maneje mientras estoy tumbada en la fría tierra mientras un hombre trata de violarme. Aún así, soy capaz de manejarla con la suficiente soltura como para clavarle la punta en la garganta.
Mi asaltante suelta un grito de horror y se lleva las manos a su sangrante cuello. Su sangre cae a chorros por mi vestido rosa claro. Se aparta de mí y se levanta tambaleante. Me pongo de lado y me levanto del suelo sobre mis rodillas. Lo que no contaba era con encontrarme al hombre apuntándome con un cuchillo al darme la vuelta.
¿Me lo va a lanzar?
Abro los ojos de par en par mientras mis instintos más primarios de supervivencia se apoderan de mí y blando la espada en alto antes de hacer que corte el aire frente a mí. Unos segundos después se escucha el sonido de la cabeza del hombre golpeando la humedad tierra.
Cuerpo por un lado, cabeza por otro.
- ¿Kaysa?- Giro sobre mis talones para encontrarme a Harold corriendo hacia mí-. ¿Qué ha pasado?- pregunta sorprendido mientras sus ojos se mueven por toda la escena a gran velocidad-. ¿Estás bien?
Una vez que se me ha pasado todo el subidón de adrenalina, los sentimientos vuelven a imponerse a mis instintos.
Tiro la espada, que chorrea sangre, a un lado y me lanzo hacia Harold para abrazarlo.
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LA HIJA DEL TIEMPO (ERA DE VIKINGOS) TERMINADA y CORRIGIENDO
Ficção Adolescente1ª PARTE DE LA SAGA "LAS HIJAS DEL TIEMPO" (CADA LIBRO ES INDEPENDIENTE) Sophia, de dieciocho años, está a tan solo unos meses de ir a la universidad. Aunque unos sucesos, que incluyen una tarrina de helado, hacen que termine en el siglo VIII. Un...