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Yacemos desnudos juntos entre las mantas más incómodas del mundo. Aún así, estar con Harold hace que olvide lo mucho que pican las mantas sobre mi piel. Podemos escuchar a los hombres que caminan por la cubierta del barco, nuestras respiraciones agitadas y nuestros corazones desbocados. Afortunadamente, nadie ha venido a molestarnos y la oveja sigue durmiendo en su rincón. No llego a comprender cómo es que no se ha dado cuenta de nada de lo que pasaba. No es como si nos hubiésemos contenido mucho. 

Suspiro, siento que voy a romper este fantástico momento. 

-Harold -comienzo-, tengo que decirte algo. 

Harold levanta la cabeza y se apoya en un codo para mirarme a los ojos. 

-Creo que me pasa algo... -titubeo. 

Harold se sienta con la espalda erguida en un rápido movimiento. 

-¿Qué te pasa? ¿Estás enferma? ¿Estás herida? Yo no te he visto ninguna herida. -Habla tan rápido que casi no pillo lo que dice. Es como si estuviese hablando en su idioma. 

-Para, para, para -le pido mientras me levanto, con una sonrisa en la cara. 

Las mantas caen de encima de mí pero mi pelo cubre mis pechos tan bien que casi parece una camiseta. Ahora que lo pienso, parezco un poco exótica. 

-¿Entonces? -pregunta con ansiedad-. No me mantengas en vilo, por favor. 

-Es más difícil de lo que parece, y podría estar equivocada -le aseguro-. No quiero que te pongas todo... positivo y después acabes decepcionado. 

-Por favor -espeta mientras me sujeta por los hombros. Clava su mirada en la mía y me mira con intensidad-. Sea lo que sea, le haremos frente. Juntos, mi viajera del tiempo. 

-En realidad, ahora soy más como... una inmigrante del tiempo, dado que no puedo viajar nunca más -tercio. 

Harold gruñe y dirige la mirada al techo. 

-Eres una mujer muy terca. 

-Gracias -murmuro con inocencia. 

Harold suelta una risita mientras masajea mis hombros con sus dedos. Suspiro. 

-Creo, cabe la posibilidad, es probable, es factible, es presumible, es viable, es previsible... que esté embarazada -suelto por fin, después de un montón de sinónimos. 

Harold frunce el ceño. 

-¿Embarazada? ¿Es una enfermedad del futuro? 

Me llevo una mano a la mejilla y suspiro. 

-¿Recuerdas cuando Skip estuvo en casa? -trato de aclarar-. Él dijo que estaban esperando un bebé. 

-¡Por el martillo de Thor! -salta Harold-. ¿Me estás diciendo que hay un bebé en tu interior? 

-Gracias por ser tan gráfico, Harold -suelto-. Pero me alegro de saber que sabes sumar dos y dos. 

-Ahora no entiendo lo que dices -confiesa mientras se pasa una mano por el pelo.

Los dos necesitamos un baño, y rápido. Lamentablemente me temo que vamos a tener que esperar hasta que volvamos a Averia, y eso son muchos días en el mar. Para cuando llegue, la gente se apartará de mi camino debido al mal olor. 

Nota mental: nunca volver a tener sexo en el barco si no estoy segura de que voy a disponer de un baño después. 

-¿En serio vamos a tener un bebé? ¿Mi bebé? -pregunta Harold sin poder controlarse. 

Pocas veces he visto sus ojos brillar con tanta intensidad y nunca he visto su cara iluminarse como si tuviese un sol por cerebro. 

Me inclino hacia delante y le tapo la boca con mi mano. 

-Sí, y todo el barco se enterará de la noticia antes de que podamos vestirnos -le advierto-. Además, te he dicho que que es posible que esté embarazada, no hay forma de que lo sepa con seguridad hasta que no se me empiece a notar. 

-Gracias a Freyja -susurra cuando retiro la mano de su boca. Se detiene unos segundos y toma mis manos entre las suyas-. Tenemos que casarnos. 

Tiro de mis manos fuera de las suyas. 

-¿Así es como me pides que me case contigo? -le pregunto indignada-. ¡Jesús, suponía que te lo currarías un poco más! ¿Para esto me he tragado todas esas películas románticas con Katia? 

La expresión de Harold vuelve a ponerse en modo confuso. Suspiro con frustración mientras mis ojos se llenan de lágrimas. 

-¿Así es como me lo pides? -vuelvo a preguntar-. Ni siquiera me lo estás pidiendo. 

-¿Cómo quieres que te lo pida? No hay otra opción -dice frustrado-. ¿No quieres casarte conmigo? 

Lo pienso durante un segundo. ¿Quiero casarme con Harold? Tengo dieciocho, si yo fuera yo en mi tiempo, nunca me casaría a esta edad. Pero ahora que estoy atrapada aquí... no sé cuanto tiempo más voy a vivir. 

-Pues claro que sí, idiota -digo mientras me inclino hacia adelante y paso mis brazos por detrás de su cuello. 

-¿Quieres que lo celebremos? -pregunta mientras me agarra por la cintura y me arrastra hasta su regazo. 

-Harold -espeto de broma-. ¿Otra vez? ¿No has tenido ya suficiente? 

-¿Tú sí? -pregunta con arrepentimiento. 

-¡Por supuesto que no! -respondo-. Ya me conoces, nunca tengo suficiente. 

-Eres una mujer insaciable -bromea mientras se acuesta conmigo encima. 

-Sólo de ti -respondo con una media sonrisa. 



LA HIJA DEL TIEMPO (ERA DE VIKINGOS) TERMINADA y CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora