Dos pelinegros platicaban bajo la sombra de un frondoso árbol de cerezo.
Ahora ya podremos comunicarnos todos los días. Yo ya estoy registrado y lo mejor es que con este celular podemos ver nuestro rostro, decía Gokú sonriendo mientras le enseñaba a su amada como se usaba el celular que le había llevado.
¡Gracias¡ aunque no será lo mismo que tenerte aquí conmigo, al menos oiré tu voz y te veré por este equipo, decía la pelinegra con tristeza.
No estés triste, mis día libre vendré a verte, el único problema es el domingo, de seguro tu padre te llevara a ver a Vegueta así solo nos veremos un solo día a la semana, decía con tristeza Gokú.
Gokú aquí nos encontraremos ese día, así sea un solo día yo siempre te estaré esperando aquí, dijo Milk.
Yo vendré, a verte, a si sea por una hora debido a que el viaje es largo yo vendré a verte ese día dijo Gokú besando a la pelinegra dulcemente.
Luego de algunos minutos, los pelinegros se separaron, al ver el cielo nublarse, Gokú dijo: La hora de irme llego ¡cuídate mucho mi niña bella¡ nos estamos viendo.
Gokú salio del castillo aprovechando la distracción de los vigilantes que recibían algunos carruajes. El joven de cabello alborotado camino en medio de la lluvia. Luego de un par de horas de camino y con la ropa completamente húmeda llego al pueblo, donde tomo el bus que lo llevaría de regreso a la capital.
Horas después: "Por la noche"
Hijo estás con fiebre, decía un anciano mientras le colocaba unas telas húmedas en la frente del joven de cabello alborotado que tosía por momentos, mientras estaba recostado en la cama que antes perteneció a Vegueta.
Es que llovió cuando volvía, dijo Gokú sonriendo.
Hijo, ¿tanto la amas?, dijo el anciano preocupado al ver al joven arder en fiebre.
Más que a mi vida misma abuelo, yo no podría vivir sin ella, decía Gokú.
Voy a llamar a Mai, para que me traigas unas medicinas, decía el anciano.
Minutos después:
Toc toc toc
El anciano fue a abrir la puerta encontrándose con una preocupada Mai.
Traje las medicinas padrino, decía la jovencita entrando junto al anciano a la habitación donde estaba Gokú.
La joven se acerco y toco la frente de Gokú con su mano, tienes temperatura muy alta, dijo la jovencita sirviendo un vaso de agua de una pequeña jarra que había sobre una mesita de noche dentro de la habitación.
Toma, dijo la joven entregándole el vaso y un par de pastillas, con esto la fiebre cederá. Pero tendrás que tomártelas de nuevo dentro de 6 horas así me dijo el médico, decía Mai.
¡Gracias¡ dijo Gokú sonriendo a pesar de lo mal que se sentía.
Que bello es y tiene una sonrisa tan hermosa, pensaba Mai mirando embelesada al joven de cabello alborotado.
Será mejor que descanses hijo, dijo el anciano haciendo que Mai reaccionara.
¡Eh¡ si es lo mejor, dijo Mai saliendo junto a su padrino de la habitación.
Capital Este: "Castillo"
La familia real cenaba en compañía del resto de sus familiares.
¿Qué será de Gokú?, dijo con tristeza Dieciocho.
No lo sé hermanita, ojala y la este pasando bien, pero mejor ni lo menciones, ya vez que el tío prohibió mencionar su nombre para darle gusto a Vegueta decía en voz baja Diecisiete.
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"Cambiando el destino"
DiversosGokú y Vegueta nacieron el mismo día, en la misma sala de hospital, uno hijo de un hombre trabajador de pueblo, el otro hijo de un rey, pero un error al momento de su nacimiento hará que uno viva el destino del otro, esto incluye ser el prometido...