Capítulo 13

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Morgan corrió desesperada hasta el lugar anterior. No dejaría que ese chico muriera.

No voy a mentir, la chica se desmayaba del miedo... Pero Dustin estaba herido y ella lo había visto todo.

El instinto la inundó y no la dejó pensar... Sólo lo hizo y no tenía explicación alguna.

¿¡Quién mierda se atreve a hacer esto!?
Pensaba ella.

Llegó al muelle y corrió colina arriba hasta el nogal donde Dustin había estado minutos atrás.

Ella lo visualizó y ahogó un grito. Miró a su alrededor.

No estaba Pierre, no habían lobos, ni personas, ni ninguna estúpida cosa con la cual podía defenderse si algo llegaba a lastimarla.

Morgan se agachó hasta Dustin y vio su brazo que seguía sangrando a montones.

Ella lo abrazó para sentir su corazón latir, aunque no oyó nada lo cargó hasta el muelle.

Su respiración se volvía cada vez más agitada y eso la inquietaba.
Tomó del suelo el arco y la flecha. Entonces lo vio.

Dustin había sido atacado por un lobo que ahora yacía sin vida en las hojas secas con una flecha clavada en el pecho.

Con toda la fuerza que poseía, sacó la flecha y el corazón del lobo quedó incrustado intensamente en la flecha. Tanto que hasta lo sobrepasaba.

Morgan gritó, el corazón latía.

Tomó las demás flechas con las lágrimas amenazándola a salir y volvió con Dustin.

Lavó (con lágrimas en las mejillas) el brazo del muchacho con el agua del lago.

¿Dónde está Pierre?

Pensaba ella con insistencia.

El brazo había dejado de sangrar en abundacia, ahora se lograba ver los agujeros de donde salía la sangre. El lobo estuvo a punto de matarlo...

Morgan resolvió en cubrir la herida con algúna tela. Ella no se atrevía a sacarse nada puesto que sólo tenía una remera y un pantalón. Por lo que le sacó la remera rasgada a Dustin y se la ató al brazo, cesando la sangre por unos instantes.

Así ya no sangraría tanto.

Morgan recostó la cabeza del muchacho en el borde del muelle y ahí comenzó a lavarle la cara... Quizás así despertaría.

Morgan observó con detenimiento al chico.

Era demasiado lindo para ella. Tenía un muy buen cuerpo y un hermoso cabello sedoso color miel como el de Pierre.
No era muy alto, pero aún así era perfecto para ella.

Su pecho estaba bronceado y se veía de lo más tentador así.

Morgan se lavó la cara unas cuantas veces para dejar de llorar al menos tres segundos.

Dustin abrió los ojos lentamente, miró el cielo y luego a su alrededor.
Se sobresaltó al ver a Morgan pero se sobresaltó aún más en verse sin remera.

Entendió cuando vio su brazo vendado.

—¿Tú me salvaste?—preguntó con la voz ronca.

Ella asintió ya limpia pero con los ojos rojos, demostrando lo evidente.

—¿Por qué llorabas?—Dustin se levantó y se acercó a ella.

Él odiaba ver mujeres llorar, siempre pensaba que lloraban por algo que él había hecho, se sentía culpable... En otras palabras.

Ella lo miró, a pesar de que ya no salían lágrimas de sus ojos, estos estaban hinchados

—¿Tenías miedo de que me pasara algo?—preguntó él con la voz endulzada, recordando que la chica era muda.

Ella asintió avergonzada.

—Me salvaste la vida—rió él tratando de reanimar el clima, ella sonrió.

Se miraron por unos segundos hasta que un gruñido los interrumpió.

Un lobo rugía frente a ellos.
Los dos quedaron paralizados.

Ella reaccionó, tomó el arco y apuntó.

—No sabes tirar—susurró él demasiado alto para ser un susurro.

Ella no hizo caso.

Morgan se posicionó enfrente al lobo, cubriendo a Dustin por completo, con movimientos lentos preparó él tiro. Sólo se oía las respiraciones de todos. El lobo dio un paso y gruñó.

Nadie se movió, Morgan presintió que el lobo se movería... Lo sentía y lo sabía. El lobo saltó sobre ellos.

Sin embargo, ella disparó y la flecha se enterró en la frente. Todo tomó la velocidad normal, y no la tensión que ralentizaba el ambiente.

De entre los arboles saltó otro lobo y el la empujó lejos aunque no lo hiciera con la mejor delicadeza.  El animal y Dustin tenían una lucha a muerte, ambos se tambaleaban en el borde del muelle.

Dustin lograba esquivar bastante movimientos de la bestia, zafaba bastante bien para resumir.

Morgan estaba hecha nervios, no respiraba, no veía, no escuchaba, se sentía a punto de colapsar.

—¡El arco! ¡Por favor!—gritó Dustin sin aliento.

Ella reaccionó, tomó el arco con la flecha y apuntó con dificultad.

¡No se quedaban quietos!

La niña disparó aterrada.
La flecha se incrusto en el pata del lobo, este cayó rendido al agua. Al no poder nadar con la pata sangrando se ahogó silenciosamente, dejando un largo de sangre.

Dustin respiró agitado, su rostro expresaba terror. A duras penas se arrastró hasta Morgan y la abrazó de tal manera que la tiró al suelo.

Ella se aferró a él sin poder hablar, todo había sido demasiado intenso.

Morgan sentía el corazón de Dustin latir desefrenadamente.

Sintió como lágrimas caían de sus ojos y un líquido pegajoso le estaba mojando el pecho.

Ella se alejó de él y lo entendió.

Su pecho estaba todo rasguñado, no salía mucha sangre pero de todas formas él sentía que iba a morir.

—Morgan, me salvaste la vida dos veces en el día—sollozó él.

Ella no soportó más y lo abrazó con fuerza, los quedaron aferrados llorando en silencio.

Hubo un momento en el que ninguno vio un futuro... Creyeron que iban a morir y ahora apenas respiraban.

Cuando sus respiraciones se calmaron, ella acariciaba el cabello castaño de Dustin con dulzura.

Ella continuaba en shock, no se le había pasado...

Él se separó un momento y la vio paralizada.

—Ya pasó, todo está bien—intentó consolarla.

Ella negó casi sin moverse, miró el pecho desnudo del muchacho y el comprendió.

—Sólo me está ardiendo, no es para tanto...—sonrió el restándole importancia.

Ella sonrió, refregandoselas.

Ambos se levantaron del suelo y caminaron hasta la civilización. Ninguno expresaba palabra.

Dustin pensaba la manera de colarse en su casa sin ser descubierto. Estaba muerto...

Morgan pensaba en Pierre. ¿Qué había estado haciendo?, ¿en serio no se atrevió a volver por ella?, ¿acaso no era ella importante para él?

—Gracias—susurró él.

Dustin estampó un sonoro beso en la mejilla sonrojada de Morgan.

















Sweet AutumnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora