Pierre sólo corrió lejos de allí.
Buscó ayuda pero sólo encontró a ese hombre al cual maldeció años atrás.
—Pierre Valentin, ¿Qué haces aquí?—preguntó el barbudo.
—Necesito ayuda.
—¿Para qué?
—Estabamos en la zona sur con mi hermana y unos lobos atacaron a una persona.
—Pierre, tu hermana ya murió...—Pierre lo interrumpió.
—¡Jamas hablamos de mi hermana!—se quejó.
—Dijiste te hermana, además el puente de la zona sur ya no existe, no habitan lobos en esa zona.
Eso mismo temió Pierre.
—¡No estoy loco! En serio hay un puente colgando, hay lobos allí—insistió.
—Pierre, quedate aquí un rato, llamaré a tu psicóloga.
—¡No estoy loco! Estoy diciendo la verdad, hay una niña en peligro—gritó Pierre.
—¿Cúal es el número de tu psicóloga?—preguntó el anciano.
—¡No tengo ninguna psicóloga!—gritó harto.
—Pues entonces te quedarás aquí hasta que alguien te venga a retirar.—levantó el tono de voz.
—Tengo derecho a una llamada—recordó él.
—El teléfono esta roto y mi celular no tiene batería. Te quedarás aquí hasta que tu novia venga a buscarte.
—¡Francesca no es mi novia!—gritó Pierre.
—Quién mierda sea.
El hombre encerró a Pierre en una celda y el castaño sólo pensaba en la niña.
Ese maldito hombre lo trataba de loco, habían pasado años, ¿le seguía teniendo rencor?
Era ridículo.
Luego de dos horas, llegó Francesca.
Pierre no entendió por qué, ni cómo había llegado ahí,
la verdad. Pero agradeció inmensamente que allá llegado.Habló con el policía terco y sacó a Pierre, ambos se fueron caminando.
—Francesca, ¿por qué
viniste?—preguntó Pierre.—Por nada.
Pierre suspiró.
—¿Por qué estabas allí?—preguntó ella.
—Por nada.
Ambos rieron y volvieron a casa tranquilamente.
Pierre llegó y se lanzó en la cama, no va a abrir los ojos en toda la noche.
Francesca continuó viendo su serie con los cereales en la mano.
Mientras tanto, Morgan y Dustin caminaban hasta la casa de los Hood.
Eran las siete de la tarde, el abuelo y Franco de seguro ya no estaban. Robbin debería estar en su cuarto escuchando música.
—Creo que puedo entrar por la ventana—suspiró Dustin.
El muchacho la observó.
—Gracias de vuelta, aún no sé tu nombre...
Ella alzó los hombros, restándole importancia.
—¿Tú sabes el mio?—preguntó él curiosamente.
Ella asintió.
—Qué duermas bien—se despidió él y se trepó por las viejas paredes color regaliz hasta su ventana.
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Sweet Autumn
RomanceSweet Autumn es un vecindario donde (por condición climática) siempre es otoño. Es un paraíso hecho realidad, paisajes anaranjados, pequeñas placeres cotidianos como tomar café en frente a la estufa o dormir con las sábanas hasta la nariz. Un lugar...