Track 04.

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–Track 4–

Higher Ground – RHCP

I'm so darn glad He let me try it again,
'Cause my last time on earth I lived a whole world of sin.
I'm so glad that I know more than I knew then.
Gonna keep on tryin' till I reach the highest ground.

~*~*~*~

*Marcus*

Are you ready?— exclamó Rex.

—Eso no tienes porqué preguntarlo— dije bromista, así nos llevábamos aunque estuviéramos en horas de trabajo.

—Recuerdan las instrucciones, ¿verdad?— indagó Victor, quien piloteaba el avión; —deben tener mucho cuidado.

—No te preocupes cariño, sabemos cuidarnos solos— Rex se acercó a él desde su espalda, rodeó su cuello con los brazos y posó la barbilla sobre su hombro derecho; —Vic, ¿nos ayudarás con la mudanza?

—Claro que sí— contestó sonriente.

Rex, o mejor dicho Samuel Jones, era mi mejor amigo, siempre había estado a mi lado, aún cuando perdí a mis padres mientras trabajan para aquella agencia; agencia de la cual ahora él, Victor y yo formábamos parte.

Cuando alguien estaba por encima del poder del gobierno a veces la autoridad lo dejaba pasar para no meterse en problemas, pero cuando ese alguien llegaba a representar un peligro mayor involucrándose en el ámbito internacional tenía que desaparecer, y nosotros hacíamos ese trabajo; muy poca gente sabía de la existencia de ese departamento.

El blanco de esta noche era John Smitth; quien en los últimos meses había estado haciendo negocios en el extranjero, además de que frecuentemente se le había visto con Amanda, a ella se le relacionaba con varios robos en nuestro país, al menos esa era toda la información que obteníamos del departamento, y bien sabíamos que, aunque preguntáramos, eso era clasificado.

Por ello, ahora nos encontrábamos muy cerca del lugar donde Amanda daba una fiesta, en Moscú.

—Entonces yo me adelanto, y si no te apuras te voy a ganar— exclamó Rex, me sonrió y se colocó un casco oscuro, uno similar al de los motociclistas que no dejaba ver su rostro; luego abrió una compuerta del avión y se dejó caer al oscuro vacío.

—¡Rex espérame!— Tuve que gritar, ya que por las corrientes de aire era difícil poder ser escuchado.

—¡Date prisa! ¡Sino, sabes que se llevará todo el crédito!— Bromeó Victor; me coloqué el casco y yo también salté.

Ya me había acostumbrado a sentir mi cuerpo de esa manera, ligero y frágil; si algo fallaba nada impediría que se deshiciera al impactarse contra el suelo.

Busqué con la mirada a Rex, no estaba muy lejos; tenía separados los brazos y piernas, por esa posición de sus extremidades ofrecía resistencia al aire y su caída era más lenta, sonreí para mí mismo, aunque él siempre dijera que me iba a ganar y estuviera en constante competencia, me esperaba y cuidaba, por ello lo quería como a un hermano, además de que nuestra agencia me había dado su apellido, en realidad, en la vida cotidiana, nos hacíamos pasar por hermanos y no nos resultaba difícil.

Abrió su paracaídas negro y segundos después yo hice lo mismo; maniobramos y descendimos sobre el techo de una construcción alta y vieja.

Con señas, Rex me indicó que lo siguiera, le obedecí y nos escabullimos hasta el otro extremo, a unos metros de la mansión donde era la fiesta. Rex sacó una ballesta de la mochila que llevaba en la espalda, apuntó y lanzó una flecha atada a un hilo de metal; con nuestro arnés nos deslizamos para poder llegar al techo de donde se encontraba nuestro blanco.

Misión. (Espionaje, 01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora