Mi admirador secreto ||Niall Horan||.

#09. «Noche rara».

Capitulo nueve.

Instantaneamente cerré mis ojos. Traté de alejarme pero el no lo hacía, colocó sus manos en mi cintura y me sostenía fuerte. Me apegó más a la pared profundiando el beso. Hasta que por fín pude separarme de él.

—Espera, espera —lo alejé. —¿Que fue eso? ¿Por qué lo hiciste?

—Oh, porque no te callabas. Y al parecer te gusto, no te detuviste —se metió en el papel de víctima.

—¿De qué hablas? Fue el peor beso de mi vida —crucé mis brazos. —Además los dos sabemos que tú me besaste a mí.

El solo soltó una risa y tomó mi mano.

—¿Quieres otro? —preguntó levantando una ceja.

Rodé los ojos y saqué mi mano. Caminé y entré de nuevo al salón, mi único punto ahora era encontrar a Eri y Sam.

Las dos estaban cuchicheando cosas. Las tomé a las dos del brazo y las llevé al baño. 

Me aseguré que no hubiera nadie que escuchara y por fin solté: 

—Tengo que contarles algo —suspiré nerviosa. 

—Ay, niña ¿Qué pudo pasar en estos minu...? —Eri sonrió con Sam. 

—Niall me besó —las interrumpí. —Estabamos discutiendo, comenzó a encerrarme y segundos después me besó. ¡Me besó!

—¡Oh mi dios! ¡Hacen tan linda pareja! —Sam sonrió. —Espera, ¿Estás segura que fue solo un beso? Tus labios estan hinchados. 

—¿Es verdad? —bajé del lavatorio y me miré. Mi dios. Tenían razón.  —Dios santo y ave María, ¿por qué esto a mí? 

—Ya basta de tanto drama... Cúentanos, ¿Cómo besa? —rieron.

Me encogí de hombros.

—¡¿Acaso eso importa?! —me queje. —Ese idiota fue mi primer beso. Además tiene novia, ¿Si se entera?

—Ella no se enterara. E incluso el no la ama, aunque por la hinchazón de tus labios debió meterte la lengua hasta los talones —Eri sonrió y Sam rió con ella. 

—Basta, solo me hacen poner más nerviosa —estaba sonrojada, al extremo. —Lo pero aquí es que le seguí el beso porque me encantó. Eso esta mal, muy mal.

—Por supuesto que no —Eri me miró seria. —Admitelo, te puede gustar Niall... como sea, tenemos que seguir tratando de coquetear con el chico de los tragos.

Ellas salieron del baño. Grandes amigas, eh. Salí detrás de ellas. Pasamos la mayoría de la noche bailando nosotras tres. Mamá y Yaser estaban con sus parejas amigas, y los chicos baboseándose por las chicas. Derek estaba con las García, o eso me contó Sam. 

Dando las cuatro, estabamos algo extrovertidas. Eri y yo habíamos coquetando perfectamente con el barman, y logramos algunos tragos. 

Estaba un poco agitada y mareada, pero me sentía excelente. No podía evitar reír de todo. 

Estabamos en el auto, regresando a casa. Mamá o alguien estaba conduciendo y yo estaba sentada sobre alguien, para que pudieramos entrar todos. 

—___, mañana hableremos bien sobre esto —el tono de mamá sonaba cerca de mí. 

—Está bien, mami. Te amo, eres la mejor —me apoyé en sus brazos cruzados y besé su mejilla. —Wau, tiene brazos fuertes. Dime cúal es tu gimnasio, debería ir.

Volvía carcajear. Subí las escaleras sin mis zapatos, chocandome un poco con la pared y con las chicas. 

Saqué mi vestido y me coloqué a mi manera mi camiseta para dormir. Me eché a mi cama y luego me dormí.

No recuerdo más.