Capítulo 9

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CAPÍTULO 9
FOBIAS Y RESFRIADOS

Dos semanas habían pasado desde que JBK International Corp había entrado en una demanda contra una guardería gubernamental y que la fría CEO había tenido un viaje de emergencia a Londres, en ese tiempo las cosas entre Stephanie y Jessica se habían mantenido tranquilas. La CEO dejaba ir a su asistente a una hora justa para que llegara temprano a casa, incluso había empezado a darle la mitad del día los fines de semana para que pasara las tardes con su hijo, acciones que habían sorprendido a la secretaria empresarial y a la asistente de esta.

No era normal que el demonio Jung fuera amable.

Sin embargo, para Jessica, sus acciones eran de lo más correctas y lógicas; Stephanie era madre soltera, era lógico que pasara tiempo con su hijo, además que un trabajo tan demandante como lo era ser asistente del CEO de una importante compañía era sumamente estresante y agotador. Así que Jessica había decidido ser justa con su asistente, por otra parte, Stephanie había resultado ser eficiente y muy buena en su puesto, por lo que quería mantenerla a su lado por más tiempo.

Era la única asistente que se había acoplado a ella.

Aunque también el incesante recuerdo del fantasma de su pasado había influido en que fuera un poco más suave con la chica, no podía ir en contra de las enseñanzas que aquella mujer le había dado.

—Hoy luces fuera de ti, Jess —Irene le habló dulcemente mientras la CEO seguía con la mirada en el filete frente a ella—, ¿está todo bien?

Jessica levantó la mirada para ver a su prima, esta lucía tan hermosa con el elegante traje color beige, pero era su rostro en el que la vista de todos se enfocaba; Irene era toda una belleza en todo sentido de la palabra, así que era normal que las personas se perdieran durante segundos admirando aquel rostro de diosa.

—Luces muy bella con ese traje de Loui Vuitton —dijo ignorando su pregunta—, ¿acaso es nuevo?

Los ojos de la vice-presidenta brillaron divertidos ante la pregunta.

—Por supuesto, puedes agradecerte a ti misma por mi nuevo guardarropa —le contestó con una deslumbrante sonrisa—. Fue un hermoso sábado de compras con Seulgi, espero que no haya dejado vacía tu tarjeta.

La mayor apretó los cubiertos molesta por la mención de la novia de su prima, seguía pensando que Seulgi Kang no era la persona adecuada para Irene y le fastidiaba saber que pese a su descontento con la escritora su prima había continuado con la relación.

—Puedes estar tranquila con eso, mi tarjeta sólo bajó un poco, no fue una cantidad para preocuparse —habló con calma restándole importancia al asunto y tratando de que no arruinara su desayuno—. Me alegra saber que con eso he obtenido tu perdón y he pagado el pequeño viaje.

Irene rio negando, sabía que a Jessica le había fastidiado que nombrara a Seulgi.

—El viaje era lo de menos. En cuanto a lo otro... Tenías mi perdón desde el momento en que dijiste que me veo mejor sin mis gafas —la acaramelada abrió ligeramente la boca sorprendida deteniendo el camino del tenedor—. Sabes que eres mi punto débil, Jessica, no debería sorprenderte.

Aquello era algo que ambas sabían muy bien; para Irene la única persona que podía debilitarla con una simple mirada era Jessica Jung, mientras que para Jessica su gran talón de Aquiles era Irene Bae. Ambas mujeres compartían una historia tan profunda que las había hecho unidas, incluso confiaban ciegamente entre ellas, razón por la cual eran un equipo perfecto.

—Y tú eres el mío, Irene, por eso no me gusta saber que te has molestado conmigo.

La menor sonrió dulcemente ante la declaración de la fría mujer, aquel era el lado que sólo ella era capaz de ver.

Recordatorio: una secretaria para mi prima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora