Harry Potter, viviendo tras la guerra.

Regreso a la enfermería

Acababan de salir del despacho del director, cuando...

- ¡HARRY! ¡HARRY DESPIERTA!

- ¡Ron, debemos llevarlo a la enfermería!.

Reaccionó rápido Hermione.

- Locomotor

Bajando rápidamente las escaleras del colegio, llegaron hasta el pasillo de la enfermería, que estaba repleto de amigos y familiares de las personas que habían sufrido lesiones en la batalla.

- ¡Por favor, abran paso!. - Gritaba Ron mientras Hermione transportaba a Harry hacia adentro.

- Señora Pomfrey por favor, es Harry, se acaba de desmayar. - la señora Pomfrey se acercó rápido con varita en mano y comenzó a pasarla por todo el cuerpo de Harry

- Su nivel de magia está muy bajo y tiene agotamiento físico en exceso Dijo al fin.

- Weasley, ayúdame a ponerlo en una cama y ponerle su pijama. ¡Debieron traerlo de inmediato!

Pomona Pomfrey replicó como lo hacía cada que recibía a un paciente.

- Se va a recuperar, ¿verdad?. - Preguntó Hermione con ojos llorosos.

- Por supuesto que si, pero necesitará descanso y una poción. Espero que el profesor Slughorn pueda hacerla antes de que baje mas su nivel mágico.

Todos los Weasley llegaron a la enfermería, seguidos por McGonagall, y Hagrid. Ron terminó de ponerle la pijama a Harry y lo depositaron con cautela en una de las pocas camas de la enfermería que no estaban ocupadas. Lo normal era tener uno o dos pacientes, pero ahora había por lo menos 30 magos y brujas que requerían atención médica. Desde pequeños rasguños y golpes, hasta mordidas de acromántulas y heridas de hechizos que requerían traslado a San Mungo.

Ginny rápidamente se colocó a un lado de Harry y le tomó la mano. La señora Weasley hizo lo mismo del otro lado, esperando una reacción que no llegó hasta unas dos horas después, cuando un agotado profesor Slughorn llegó trotando con una humeante copa de poción revitalizadora y se la introdujo por la boca.

Harry lentamente abrió los ojos, y lo primero que vio fue unos hermosos ojos cafés que lo miraban preocupante

- Gi-Ginny. - balbuceó

La señora Weasley soltó un sollozo y rápidamente lo estrujó en un abrazo maternal Weasley. - Harry, oh Harry no vuelvas a hacerme esto.

- Pero que pasó, ¿por qué estoy en la enfermería?. - Preguntó Harry confundido mirando a todos los Weasley y a Hermione. - ¿Nos atacó alguien saliendo del despacho?. - Preguntó dirigiéndose principalmente a sus dos mejores amigos.

- No, simplemente te desvaneciste frente a nosotros.

Contestó Ron mientras Ginny le pasaba sus lentes.

- La señora Pomfrey dijo que estabas agotado físicamente y tu magia estaba al límite - dijo Hermione un poco mas tranquila - y no la culpo, no habíamos dormido en dos días, además de participar en la batalla.

Harry inmediatamente se sintió incómodo. No quería que le recordaran la batalla, principalmente todos los muertos que hubo. Tonks, Lupin, Colin y Fred. No podía mirar a los Weasley. La muerte de Fred era su culpa, ¿cómo pudo quedarse quieto mientras Rockwood escapaba? Bajó la mirada para no encontrarse con los ojos de George, que también había cambiado su mirada a una mirada vacía. Para su alivio, la señora Pomfrey pidió a todos que desocuparan la enfermería para poder atender a los pacientes. La señora Weasley se ofreció para ayudar, después de todo, haber criado a los gemelos le había dado cierto grado de sanadora. Podía curar golpes rasguños y atender una que otra fractura. La señora Pomfrey no se negó y al contrario se sintió aliviada por la ayuda.