- Nuestras fuentes me han informado que a la profesora McGonagall se la ha ocurrido una extraña alternativa para cubrir las vacantes en su cuerpo de profesores. Según me dijeron, le ha propuesto a Harry Potter que paralelo a la culminación de sus estudios, enseñe Defensa contra las Artes Oscuras a los estudiantes de primero y segundo año, que su inseparable amiga Hermione Granger sea la profesora de Transformaciones, y Ron Weasley enseñe a volar a los estudiantes de primero y segundo. Debemos evitar que ellos acepten o buscar la forma de declarar eso ilegal si no queremos que nuestros planes se caigan - Le decía Anton Franz al ahora director del departamento de Cooperación Mágica Internacional.
- Dejame analizar la situación, estamos de acuerdo que si esos mocosos aceptan la propuesta, no podríamos cumplir con el plan a la perfección y perderíamos el apoyo de Dolohov y Yaxley. Desafortunadamente la autonomía que goza el director de Hogwarts le permite decidir a criterio propio quienes son los magos o brujas idóneos para enseñar a los estudiantes. - decía Cornelius Fudge quien a pesar de haber sido ministro de magia por 6 años y haber sido retirado del cargo, cuando le toco aceptar que Voldemort había regresado dándole la razón a Dumbledore, y su estudiante estrella Harry Potter, había aceptado la deshonra de ser rebajado primero a ser el asesor y comunicador de prensa del ministro Scrimgeour y ahora después de que regresaba de un supuesto exilio y ligeramente cambiado físicamente a dirigir un departamento del que no se sentía digno.
- Creo que la mejor alternativa que tenemos es ofrecerle otras opciones mas tentadores a Potter y sus amigos para que no acepten la propuesta de esa vieja bruja - le decía Fudge a un atento Franz quien lo miraba con una expresión similar con la que le miraba Percy Weasley a Barty Crouch hace algunos años.
El recién nombrado director de la oficina de aurores John Dawlish acababa de recibir un memo donde le solicitaban una reunión con Cornelius Fudge, un mago en el que casi no confiaba después de todo lo que había vivido con el en el pasado, pero al que termino accediendo recibir, era mejor tenerlo de amigo y vigilado tal y como le había dicho el ministro Shacklebolt.
Una hora mas tarde Fudge entraba al cuartel general de aurores donde Dawlish ya lo esperaba expectante. - Buenas tardes Fudge, ¿a que se debe el honor de su visita? - Se me ha ocurrido una idea para no solo mejorar este departamento sino para congraciarnos con un joven mago al que todo el mundo mágico le debe la paz en la que nos encontramos ahora - dijo Fudge al empezar a tomar asiento.
Pasada una hora Cornelius Fudge le había explicado y mas que eso, le había vendido la idea a John Dawlish, de que la mejor adquisición que podría tener ese departamento y el mismo ministerio eran Harry Potter y Ron Weasley y que si el, como director de dicho departamento hablaba con el ministro y con el director de la escuela de aurores, ambos estarían de acuerdo en que el par de chicos no necesitaban terminar los estudios reglamentarios, y mucho menos, hacer los dos años de la academia de auror pues tenían mucha más experiencia y coraje que la mayoría de los que ahora conformaban ese cuerpo.
- Ya le he comentado de esta idea al director del departamento de educación mágica y aunque es nuevo y no conoce de primera mano la historia de Potter, con lo que sabe sobre los sucesos de los últimos años dice estar completamente de acuerdo y además. El mismo se encargaría de hablar con la directora del colegio y de hacer el tramite correspondiente para que se les otorgue el grado a los jóvenes. - terminó de decir Fudge - Solo falta que usted se encargue de decirle al ministro para que el acepte si es que estas de acuerdo. Se que el aprecia mucho a Potter y no se negara
Al día siguiente, Dawlish aun incrédulo le comentaba a su gran amigo el ministro Kignsley a quien aun le debía que lo hubiera mantenido en el cargo después de haber acatado las ordenes de quienes le habían precedido en el cargo aunque no fueran las decisiones correctas, sobre la gran idea que se le habría ocurrido a Fudge y que el compartía rotundamente. - Creo que debo admitir que no se me habría pasado por la cabeza semejante idea y no me parece del todo descabellada - decía el ministro. - Tengo que consultarlo con la profesora McGonagall para saber su opinión y con Llywelyn Gryffydd director de la academia para trazar un plan de entrenamiento rápido con las cosas más importantes y relevantes que deben saber para ser buenos aurores.
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Harry Potter, viviendo tras la guerra.
FanfictionDesde mis once años, cosa que paso hace bastante tiempo, he sido lector y aficionado de las historias de Harry Potter escritas por nuestra querida, J.K. Rowling y así como asistí durante una década fielmente al cine y me moleste con algunas adaptaci...