Harry Potter, viviendo tras la guerra.

La reunión familiar

- Luna, te noté desconcentrada el día de hoy, como si estuvieras en otro lado. - ¿De verdad Nev? Lo siento, es solo que estaba pensando en algo.

Luna y Neville cenaban en la casa de la chica. Por un par de días el señor Scamander estaba investigando unas especies por esa zona del país y la joven rubia había ofrecido su nueva y renovada casa como lugar para hospedarse. El señor Lovegood se encontraba fuera de casa, según la nota que le había enviado a su hija semanas atrás, debía viajar África para lograr un articulo sobre una extraña criatura del mundo muggle que los magos no terminaban de entender, así que la casa de Luna Lovegood, ubicada a treinta metros justo en frente de la sede editorial del Quisquilloso y lugar donde vive su padre, era un pequeño campamento de investigación en el que el laboratorio de la casa y todas sus demás habitaciones menos la "sala de menesteres" del ultimo piso, estaban siendo utilizadas por Scamander y sus dos asistentes para hospedarse y para la investigación.

- ¿Sera posible que me cuentes que es lo que te tiene tan distraída? No es normal que actúes de esa forma en la investigación - Neville Longbottom intentaba averiguar cual era el motivo por el cual una de sus mejores amigas y compañera de trabajo había estado con la mirada perdida y poco concentrada durante el día, ella no solía ser de esa manera en el trabajo, normalmente actuaba de forma apasionada y dedicada, haciendo que quien la conoció en el colegio se preguntara que le había pasado a la lunática, loca y distraída bruja rubia que caminaba por los pasillos de Hogwarts. - No te preocupes Nev, es solo que estaba pensando en una invitación que me hicieron para tomar el te y cenar dentro de una semana que tenemos libre, la forma en que me dejaron la nota y como conocía las fechas en que estaremos libres me desconcierta, solo el señor Scamander, Gin, Herms, papá y tu las conocen - Luna miraba a su amigo que la miraba sin entender de que hablaba - se que Gin no pudo ser quien me dejara la nota, Hermione me respondió una carta diciéndome que no sabia de que le hablaba, papá no esta en el país, el señor Scamander estoy segura que no se pondría en eso - Luna tenia su expresión mas seria pero a la vez serena, esa que solo colocaba cuando planeaban cosas con el ED durante el colegio - no me quedan opciones.

- ¿No me consideras una opción? - No Nev, la nota era una carta en forma de corazón que dejaron hace dos días sobre mi cama aquí en casa, estaba escrita de una forma muy romántica y tu eres mi mejor amigo y el novio de Hannah, por eso no creo que seas tu - Neville miraba perplejo a su compañera, ahora también se preguntaba quien podría ser el remitente de la nota - se que tampoco son los muchachos, lo primero que se me ocurrió es que sea una broma y como te dije no es nada, mejor salgamos a disfrutar de la brisa un rato que mañana debemos estar en el lago para seguir recolectando algas para el señor Scamander.

- Buenos días Hermione. - Hola Astoria, buenos días. - La directora de la división para la revisión de las leyes sobre el trato de las criaturas y seres mágicos y su asistente se sonreían mutuamente cuando se encontraron como era la costumbre directamente en la oficina que ambas compartían, y a la que llegaban directamente usando la red flu, Astoria Greengrass y Hermione Granger acostumbraban a llegar siempre un poco mas temprano al trabajo, la pareja de castañas parecía una sola persona, eran responsables, dedicadas e inteligentes, aprovechaban los minutos que tenían demás para entregar a los cinco empleados que tenían a su cargo las acciones del día y para cuadrar su agenda.

Para Hermione, ese día no era un día como cualquier otro, debía recibir la confirmación de su aceptación en el instituto leyes mágicas de Francia, la mas prestigiosa academia de este tipo en Europa, a la joven bruja le habían ofrecido un cupo para estudiar por dos años en dicha academia con el privilegio de asistir unicamente tres días a la semana y presentarse a los exámenes, era una oferta especial a la que muy pocos tenían acceso y a la que sin estar aspirando le habían nominado. Unas semanas, atrás había consultado sobre dicha oferta con los dos seres mas importantes de su vida, su novio Ron y su mejor amigo y hermano Harry Potter, ella sabia que lo que le dijeran sus chicos era determinante para tomar la decisión. Afortunadamente ellos le habían apoyado y como era de esperarse, le habían animado a tomar el curso, incluso Harry le solucionó el problema principal que tenia que era el de un lugar donde pasar los días en París. Kingsley Shacklebolt el ministro de magia había aprobado sin dudar el permiso especial que tanto Hermione como Astoria necesitaban para que la heroína del mundo mágico tomara el curso. Astoria debía desplazarse algunos días junto con su jefe y amiga para trabajar desde París cuando fuera necesario, tal y como la misma Astoria le había propuesto.