- Hola preciosa ¿Como estas? - O Nev, ¿por que no me avisaste que vendrías? - Neville acaba de entrar al caldero chorreante y sin que Hannah lo notara había aprovechado que ésta estaba fuera del mostrador para tomarla por la cintura y abrazarla, la emocionada chica al ver y escuchar a su novio había saltado a sus brazos.
- El señor Scamander nos ha dado estas dos semanas libres, así que pasaremos juntos las fiestas. ¿A que hora sales? - Pues Nev, como no sabía que venias, tenia algo programado con unas amigas pero si quieres puedo cancelar - No nena, no, mejor aprovecho y voy donde Harry, hace días no hablamos. - La pareja se despidió, Neville había quedado de pasar mas tarde por el apartamento de su novia para pasar la noche, Augusta Longbottom ya estaba acostumbrada y muy en su interior contenta y satisfecha de que su nieto pasara las noches con su novia y estuviera haciendo su vida. Neville había visitado a su abuela justo después de salir de la casa de Luna, le había dicho que pasarían las fiestas junto a Hannah y que después debía regresar al trabajo.
El timbre sonó en la vieja y honorable mansión de la familia Black que ahora era conocida como la casa Potter, aquel otrora lúgubre lugar ahora era una hermosa y enorme casa, colorida al mejor estilo del viejo Londres, su interior había pasado de tener cuadros de sus antiguos propietarios y paredes en tonos oscuros a tener un solo cuadro de un familiar en el centro de la sala y demás, cuadros mágicos y muggles con paisajes o figuras extrañas, definitivamente se notaba la mano, el gusto y el estilo que solo Ginny Weasley y Hermione Granger habrían podido darle a ese sito. La puerta se abrió y en el fondo se pudo observar a Kreacher saludando. - Buenas tardes joven Longbottom en que puede Kreacher ayudarle. - Los modales del elfo eran impecables e irreconocibles para alguien que le hubiese conocido con anterioridad. - Hola Kreacher, ¿podrías por favor decirle a Harry o a Ginny si pueden atenderme? - Por supuesto, pase a la sala y en un momento regreso.
Mientras el elfo desaparecía en busca de sus amos, Neville ingresaba a la casa que ya tanto conocía, saludó el cuadro de Sirius y se sentó en el enorme sofá - ¡Neville! Que sorpresa - Hola Ginny, wou estas radiante y hermosa ¿Como estas? - el tímido Neville Longbottom ahora era un hombre apuesto y mas abierto, al menos con sus amigos - Gracias Nev, yo estoy muy bien ¿y ese milagro? - Todos se sorprender de verme por estos días - Neville le contó a Ginny sobre su días libres y siguieron conversando un rato, a los dos amigos se les olvidó por completo la noción del tiempo, no fue sino hasta cuando escucharon que en la cocina sonaba la chimenea que notaron que había pasado al menos aun hora. - Se pasó el tiempo como por arte de magia. ¿Quien está usando la chimenea? - Debe de ser Hermione o los muchachos por que no estoy esperando a nadie y esta mañana estuve donde mamá y papá vino para el almuerzo - Tal y como la pelirroja había pensado, su mejor amiga y cuñada entraba en ese mismo instante a la sala abriendo de lleno las puertas que daban a la cocina y el comedor de la casa. - ¡Neville! Que gusto verte. - La castaña apenas vio a su amigo se abalanzó a abrazarle y saludarle. Era costumbre que Hermione pasara siempre por Grimmauld Place al salir del trabajo, pasaba un par de horas junto con Ginny y los muchachos y después caminaba hasta su casa a tan solo un par de cuadras o usaba la red flu. Desafortunadamente para ella, en estos días lluviosos no podía usar los métodos mágicos para llegar a su casa pues su prima Linda, había decidido estudiar en una universidad de Londres y su tía, Jane Granger le había ofrecido una habitación para que se quedara durante algún tiempo. Así que Hermione debía ser cuidadosa en extremo con lo que decía o hacia, incluso el quisquilloso y el profeta llegaban ahora a la oficina y no a su casa como acostumbraba.
Después de que la castaña llegara, aparecieron Ron y Harry en la cocina, normalmente los dos chicos salían un poco después que Hermione de la oficina. Al igual que las chicas, los recién llegados saludaron con sorpresa a su amigo y empezaron a conversar en la sala. Aun era temprano, el reloj no marcaba las seis de la tarde, las risas inundaban a Grimmauld place y como siempre el cuadro de Sirus Black desde el centro de la sala al lado de las escaleras disfrutaba y sonreía por este hecho. - ¿Que es eso? - los cinco jóvenes magos se levantaron y empezaron a buscar el origen del aquel extraño ruido. - ¡Miren! - Neville fue quien vio de que se trataba y señalando con su dedo hacia una de las ventanas mostró la razón del ruido - es una lechuza - Ginny se apresuró a abrir la ventana y dejar entrar al ave, en su pata llevaba un sobre, lo tomó y la lechuza se marchó de inmediato. Ginny no necesitó abrir el sobre para saber quien era el remitente, esa caligrafiá era inconfundible. - Toma Hermione es para ti - Le paso el sobre a su mejor amiga que un poco sorprendida recibió - Es de Hagrid, me pregunto que sera - Al igual que Ginny, para Hermione o cualquiera de los muchachos era fácil identificar la caligrafiá del como ellos le decían, el mago más valiente que jamás han conocido, su amigo y protector, Hagrid, el semigigante guardián de las llaves de Hogwarts y profesor de cuidado de las criaturas mágicas, la razón por la cual una vez al mes visitaban su antiguo colegio solo para tomar el te en su cabaña.- Dice que tiene algo que me pertenece, algo que había perdido desde los días de la guerra y que ahora debe devolverme que si puedo pasar ahora mismo. ¿Extraño verdad? - Si un poco pero ¿cuando no es así con Hagrid? - tienes razón Harry, bueno dice que nos espera en media hora en cabeza de puerco y que vayamos abrigados.,>,>
ESTÁS LEYENDO
Harry Potter, viviendo tras la guerra.
FanfictionDesde mis once años, cosa que paso hace bastante tiempo, he sido lector y aficionado de las historias de Harry Potter escritas por nuestra querida, J.K. Rowling y así como asistí durante una década fielmente al cine y me moleste con algunas adaptaci...