Harry Potter, viviendo tras la guerra.

Apariciones, reconciliación y visitas inesperadas

A la mañana siguiente, la señora Weasley fue la primera que se levantó, y cuando fue a despertar a su hija para que le ayudara con el desayuno, vio la cama de Ginny tendida como el día anterior y dio un grito que despertó a toda la Madriguera.

- ¡GINNY! ¡Se han llevado a mi pequeña! - Dijo fuera de sí la señora Weasley. - ¡ARTHUR! Nuestra pequeña, no está en su cama.

El señor Weasley llegó rápido al cuarto de Ginny y comenzó a calmar a la señora Weasley.

- Molly, tranquila. Ginny está bien, mírala ahí viene bajando las escaleras.- Dijo el señor Weasley apuntándola mientras bajaba corriendo, seguida de cerca por Harry, Ron y Hermione.

- Pero, ¿Por qué no estabas en tu cama jovencita? - Preguntó aún asustada la señora Weasley.

- Molly, nuestros bebés están creciendo.- Dijo el señor Weasley apuntando a Ginny y a Ron. - Y nuestros hijos adoptivos también - Dijo apuntando a Hermione y a Harry.

Harry se sonrojó al escuchar decir al señor Weasley que era su hijo adoptivo. Sentía que las lágrimas querían salir, pero las contuvo. - Señor Weasley - Dijo Harry. - ¿Podríamos seguir esta conversación en la cocina por favor? Hay algo que quisiera decirles a ustedes dos, y a Ron.

- Por supuesto hijo, bajemos. - De nuevo la palabra hijo. Nadie le había dicho así. Por supuesto sus padres lo habían hecho, pero eso fue hace casi diecisiete años, el no lo recordaba.

Llegando a la cocina, todos se sentaron y Harry comenzó. - Señores Weasley, como ustedes vieron ayer, amo a su hija de tal manera, que moriría por ella. Para mi no hay mujer mas perfecta que ella. - Dijo Harry. - No es que no seas bonita Hermione, pero los Potter creo que tenemos debilidad por las hermosas pelirrojas. - Hermione rió.

- Es la maldición de los Potter - Completó sonriente la Señora Weasley.

- Ginny lleva dos noches durmiendo conmigo. - Ron iba a comenzar a protestar, pero Hermione le agarró la mano y se contuvo. - Pero, amo y respeto tanto a su hija y a su familia, que hasta que no sea mayor de edad, y estemos viviendo juntos como marido y mujer, no pienso perder la confianza que tienen de mí, ni el cariño que me han mostrado todos estos años.

- El hecho que me digan hijo - dijo Harry volteando a ver al señor Weasley, - es invaluable para mí. A pesar de no ser su hijo biológico, me han acogido como uno mas. Es por eso que les estaré eternamente agradecido.

La señora Weasley corrió llorando a abrazar a Harry, mientras Ginny se acercaba también para abrazarlo.

- Me gustaría que tan pronto como solucionemos algunas cosas pendientes, saliéramos todos de vacaciones, creo que necesito el descanso que en toda mi vida no he tenido, quiero aprovechar antes de tomar alguna decisión sobre lo que haré con mi vida para relajarme. - Continuó Harry. Todos lo miraron expectantes. - Ahora que se que tengo una propiedad en la playa, me gustaría ofrecerla a ustedes para que la usen cuando lo deseen. El primer uso que quiero hacer, es como les decía que fuéramos todos algunos días a relajarnos un poco para tratar de tomar las mejores decisiones.

La familia le sonrió en silencio. - Claro que aceptamos tu propuesta pero debemos planificar bien las cosas, hijo - Respondió el señor Weasley rompiendo el silencio. - Primero debemos verificar en que estado se encuentra y como tu dices terminar de organizar y solucionas algunos pendientes - Agrego Hermione.

Ya tranquilos todos, Ginny, Hermione y la señora Weasley comenzaron a preparar el desayuno mientras Harry, Ron y el señor Weasley ponían la mesa. A lo lejos se observaban varias lechuzas que volaban directo a la Madriguera. Ron se apresuró a abrir la ventana y todas entraron. A Harry le dio una punzada al recordar a Hedwig, y se prometió que iría por otra lechuza ese mismo día.