3. Eren "Mujeriego" Jaeger

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Eren "Mujeriego" Jaeger


Levi. A

Solté el suspiro número mil del día, me sentía irritado con todo este circo estúpido de jugarle al travestí y que el tal Eren Jaeger, ni siquiera se haya acercado a mí. Jean juraba y perjuraba que pronto lo haría, que tuviera paciencia; pero paciencia era todo lo que ya no podía tener.

Estaba harto, asqueado.

Era una tortura dejar que Hanji me picoteara los ojos cada vez que intentaba delinearlos. Los ojos terminaban por arderme al final del día y ni se diga del ridículo brillo para labios que tenía embarrado en mi boca. No se conformaban con eso, todos los días, sin falta, mi cabello era planchado y peinado con un moño rosado.

Rosado.

¿Por qué existiendo una amplia gama de colores en el mundo, decidían ponerme un moñito rosa maricón?

Volví a suspirar, mi vida era un desastre, tenía que hacer circo, maroma y teatro para que mi mamá no descubriera las cosas que tenía que hacer para conseguir un poco de dinero; pero ya no podía arrepentirme, sólo esperaba que el muchachito ese no se acercara ni por error a mí.

Ya tenía suficiente siendo la burla de Hanji, aunque también recibí una fuerte regañada acompañada de un sermón por parte de esa desquiciada, me dijo que estaba jugando con pólvora marca Acme y que cuando me estallara en la cara, ella iba a estar ahí para reírse largamente de mí. Sabía que en el fondo estaba preocupada, incluso se ofreció a prestarme el dinero, si es que era tan necesario; pero como siempre, mi maldito orgullo ganó y ahora estaba cacheteándome por rebajarme a esto.

Azoté la puerta de mi casillero y me di media vuelta.

Fue entonces que me tope con dos enormes ojos verdes; parpadee confundido, ante lo repentino de esta situación. El chico era guapísimo —llegué incluso a pensar que el tal Eren no era ni la mitad de guapo que él— un suspiro involuntario escapó de mis labios cuando él me regaló una pequeña sonrisa tímida. Me había desecho el estúpido peinado que Hanji me había hecho y había arrojado el moño hasta lo más profundo de mi casillero. Ahora me arrepentía un poco, porque una parte de mi cabello tapaba la mitad de mi rostro y me impedía ver bien, además de que parecía emo en toda la extensión de la palabra.

—¡Hola! Me presento— Dijo de repente, extendiendo su mano hacía a mí, con la pura intención de saludarme, miré con duda su mano pero después la estreché con la mía— Tal vez no me conozcas, pero soy Eren Jaeger.

«Oh, esto se ponía interesante»

Solté su mano que había estado estrechada con la mía y abracé con fuerza los libros que había sacado de mi locker, contra mi pecho. Apreté los labios ligeramente y pensé en que ya no quería hacer esto, me sentía nervioso ante su presencia y yo era muy, muy malo mintiendo y fingiendo.

Fue entonces que Jean apareció, ahora era normal sentir su mirada vigilándome a cada rato, para asegurarse de que cumpliría con mi parte del trato. Se quedó alejado en una esquina, mirando de lo más entretenido lo que estaba a punto de suceder.

—Te conozco— Murmuré haciendo la voz lo más delgada y suave que podía, me iba a costar mucho trabajo seguir con esta farsa— No a ti precisamente, sólo tu nombre, eres capitán del equipo de fútbol soccer y popular entre las mujeres.

Al decir aquella última oración, Eren se puso tenso y torció la sonrisa que tenía en el rostro. Incluso haciendo gestos como ese se veía bien, ahora entendía porque Jean decía que todas las chicas le abrían gustosas las piernas; no iba a pasar conmigo, porque para el caso, yo era un chico.

Like a girl; EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora