Like a girl; Ereri

16. Una feliz segunda oportunidad

Una feliz segunda oportunidad

[Levi. A]

Volví después de un rato con la hamburguesa para Eren y un par de bebidas para los dos, él estaba revisando su celular esperando que Mike o Erwin le devolvieran el texto y lo sacaran de la escuela, pero al parecer ambos seguían ocupados, sobraba decir que Eren parecía molesto con toda esta situación y hasta cierto punto comprendía el por qué, era como si todo su trabajo se viera reducido a un tobillo lesionado, o en el peor de los casos, fracturado.

Realmente esperaba que no fuera lo segundo.

Tomé asiento a lado de él y de inmediato le tendí la hamburguesa con un zumo de naranja, lo acepto de mala gana pero en cuanto abrió la grasosa comida, fue como si una diminuta parte de felicidad volviera a sus ojos, no tardó en darle una gran mordida y saborearla como si no hubiera un mañana, me alegraba que al menos le fuera de utilidad para subirle un poco el animo. Eren era así, podías hacerlo feliz con pequeños e insignificantes detalles.

—Te lo pagaré cuando venga Erwin.— Aseguró después de un rato en el que se dedicó a comer con ganas.

—Duh, dije que te lo compraría, ¿eso qué te da a entender, Jaeger?

Crucé los brazos y me sentí levemente ofendido por ésta tontería, debía admitir que yo también tenía la guardia alta, esperando a que de pronto a Eren se le alborotara y empezara a gritar que me fuera de ahí, él, en cambio, suspiró pareciendo casando de está situación.

—Ya— Asintió suavemente.— Esta bien, ya no quiero pelear.

—Tienes razón, yo tampoco quiero pelear— Admití casi en un susurro, le miré de reojo sin estar completamente seguro de lo que iba a hacer a continuación.— Entonces, ¿crees que ahora sí podamos hablar como personas civilizadas?

Me miró con seriedad y torció un poco los labios, parecía cansado de poner resistencia y estarme evadiendo, alzó una ceja y volvió a suspirar antes de decir:

—La hamburguesa fue una especie de soborno, ¿cierto?

—No...— Terminé por decir, pero Eren seguía mirándome con suspicacia, haciéndome entender que no lo engañaba ni un poco.— Bueno, quizá... sólo un poco.

Bajó la mirada al blanco suelo y se mordisqueó los labios, parecía indeciso y eso sólo me daba a entender que había logrado derrumbar sus murallas, por lo que si se daba la oportunidad, sería completamente sincero en todo.

—No vas a dejarme en paz, ¿verdad?— Negué enseguida y él puso los ojos en blanco, después volvió su mirada hacia mí y me miró atentamente.— Bueno, di lo que tengas que decir, pero de cualquier forma, las cosas entre nosotros no volverán a ser como antes, ¿estás consciente de eso, no?

Por supuesto que estaba consciente de eso, no necesitaba que Eren me lo aclarara, pero escucharlo de su propia boca fue más doloroso que si me lo repetía a mí mismo, o si me lo decía Hanji.

—Lo sé perfectamente— Apreté un poco los labios y luego suspiré dejando caer mis hombros, sintiendo que el peso del mundo sobre ellos ya se había vuelto insoportable.— Pero antes, ¿prometes que escucharás todo lo que tengo que decir?

Él asintió, en su rostro no había nada más que una seriedad que me causaba escalofríos.

—Lo haré, te escucharé al final, sólo si prometes que dirás la verdad.

—Lo prometo— Ante mi respuesta tan sincera, Eren pareció ceder un poco más y con un gesto me dio a entender que a partir de ese momento tenía su total atención.— No me hice pasar por Rivaille porque creyera que era gracioso, o porque apoyara a Jean... en realidad yo ni te conocía...