Like a girl; Ereri

9. Algo que decir

Algo que decir

「Eren. J」

Estiré los brazos con bastante pereza haciendo que mis huesos crujieran y un bostezo escapara de mis labios, ese había sido el último examen de la temporada, ahora sólo me quedaba como prioridad entrenar muy duro con todo el equipo para el torneo que estaba próximo a llegar. Ser el capitán de un equipo de cualquier deporte en grupo, era bastante tedioso y difícil, la gente suele poner mucha presión y expectativas en tu persona, sabes que incluso tu equipo va a estar esperando que los dirijas de la manera correcta para que puedas llevarlos a la victoria. Siempre pensé que era una gran carga para alguien tan irresponsable como yo, pero ahora... bueno, las cosas son un poco más diferentes, quiero realmente esforzarme y empezar a tomar en serio la responsabilidad que conlleva ser el capitán del equipo de fútbol de la escuela.

Rivaille era la responsable de este gran cambio, siempre estaba motivándome —a su peculiar manera— de que entrenara más duro, que me esforzara más en el campo y que empezara a tomarme las cosas en serio porque había un grupo de chicos que confían plenamente en mí. Por eso, ahora quería esforzarme el triple de lo que solía hacerlo porque quería que esa enana se sintiera orgullosa de mí, que cuando fuera a verme a los partidos pudiera decir sin pena alguna que venía a apoyarnos, sin importar el resultado final. Hice una almohada con mis brazos sobre la dura mesa y recargué mi cabeza sobre ellos soltando un suspiro, pensando en todas las cosas buenas que iban a sucederme de ahora en adelante.

Tenía mucho sueño, últimamente me había desvelado mucho en estudiar como loco para pasar los exámenes y no tener problemas con el club de fútbol, pero además, también para poder pasar tiempo con Rivaille y no haciendo los extraordinarios. El salón comenzaba a vaciarse poco a poco, por lo que el único sonido que llegaba a mis oídos era el de la suave y acompasada respiración de Armin que se encontraba sentado a un lado de mí leyendo una revista de chismes que Annie cargaba en su mochila. Me sorprendía que una persona tan culta como él, se entretuviera leyendo escándalos de la farándula. Aunque si lo pensaba mejor, últimamente estaba actuando demasiado raro alrededor de mí y sobre todo de Rivaille.

Siempre que Rivaille se acercaba a nosotros, Armin bajaba la mirada y fruncía los labios, como si no soportara en absoluto su presencia; cuando intentaba hablar de ella y lo que pasaba, él siempre cambiaba el tema o cosas así. Ni se diga de Rivaille, a quién una vez le había preguntado si tenía algún problema con Armin y ella sólo respondió que se debía a que sus personalidades simplemente chocaban mucho porque eran demasiado diferentes. Yo no era tan tonto como creían y me daba cuenta a la perfección que ambos huían el uno del otro, me molestaba no saber que ocurría entre ellos e incluso Annie tampoco estaba enterada, pues ella creía firmemente que Rivaille quería quitarle a su novio... debía ser eso o que simplemente ambos estaban metidos en un problema aún mayor. La rubia estaba bastante recelosa últimamente y ya que lo menciono, yo también estoy bastante seguro de que algo grave debió de haber ocurrido entre ellos.

Tal vez de eso iba a hablarme hoy Rivaille, o ¿escondía más secretos?

Volvía bostezar y esta vez llevé la mirada a Armin y aún medio adormilado me atreví a insistir una vez más que era lo que sucedía entre él y Rivaille que ni siquiera podían mirarse a la cara. Quería aclararle que no sólo me tenía nervioso a mí, sino que también a Annie.

—Oye, Armin..

Me acomodé mejor entre la rara almohada que había hecho con mis brazos, él quitó la mirada de la revista y enfocó toda su atención en mí con una amable sonrisa. Hoy, a comparación de otros días, lucía bastante feliz.

—Dime, Eren.

—¿Qué fue lo que ocurrió entre tú y Rivaille?— Me incorporé en la silla, mirándolo con bastante seriedad— Y ni se te ocurra cambiar el tema, incluso Annie anda de paranoica.