CAPITULO 34 Abandono.

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---Yokozawa---

Me siento tan impotente, no puedo tranquilizar mis nervios, quiero poder resolver las cosas lo mejor posible pero... no quiero que a Kioshi le hagan daño.

Quiero llorar, quiero gritar y sacar este dolor que tengo, es mi hijo, yo...

Debo rescatarlo, si yo fui el que le hizo daño a ese tipo debo liberar a mi hijo, a pesar de todo el mal que hizo Kioshi es muy importante para mí, no puedo dejarlo.

Camine hacía la habitación de nuestro hijo y lo vi durmiendo en la cuna.

-Usui, -acaricie su mejilla- mi hermoso hijo, de haber sabido que tendría que irme y dejarlos, hubiera hecho miles de cosas para hacerlo más felices.

No quiero perderlos...

No quiero dejarlos...

Camine de nuevo a mi cama y me recosté acurrucándome en los brazos de Kirishima.

-Solo por hoy, déjame estar en tus brazos Zen.
-Osito, ¿pasa algo? –bostezo mientras abría los ojos.
-Z-Zen. –murmure.
-¿Tuviste un mal sueño?

No pude más y lo bese.

-Hazme tuyo. –susurre con un sonrojo en mis mejillas.
-¿Eh? –se sorprendió.
-Quiero ser uno contigo.
-Vaya, -sonrió- me encanta cuando mi osito tiene la iniciativa.
-E-Es porque te amo idiota. –me sonroje.
-Lo sé. –tomo mi mentón y me beso.

Lentamente metió su mano bajo mi camisa haciéndome soltar un suspiro.

-Me encanta tus reacciones.
-B-Baka.
-LO sé.
-M-Mañana, -susurre- s-salgamos como familia.
-Es una excelente idea, -sonrió- podemos pasar temprano por Hiyo y salir antes de que entre a la oficina.
-Sí.

Empezó a besar mi cuello dejando algunas marcas en él mientras acariciaba mis pezones.

-Ahhh, -gemí- Z-Zen.
-Estás muy provocativo.
-Ahhh, gemí- te amo.
-No más que yo.

Se colocó arriba de mí quitándome mi ropa hasta dejarme desnudo.

-No me canso de la vista que tengo.
-Cállate. –desvié mi mirada.
-Ese es mi osito gruñón. –beso mi frente.

Empezó a lamer mis pezones mientras comenzaba a acariciar mi miembro. Los chupo y mordisqueó haciendo que no pudiera controlar mis gemidos.

-Ahhh Z-Zen.
-Aquí estás muy animado. –sonrió.

Tomo mi miembro y comenzó a masturbarme. Me beso apasionadamente y luego bajo hasta mis piernas donde lamió la puntita.

-Ahhh. –gemí.

Lo metió a su boca y yo trate de apartarlo.

-E-Espera.
-No lo haré, -me miró con lujuria- quiero darle otro hermanito a nuestros hijos.
-Ahhh n-no e-espera...

Metió un dedo a mi entrada mientras me aferraba a las sabanas.

-B-Baka n-no al mismo tiempo.
-Se ve que lo disfrutas.
-Muérete.
-También te amo.

Sentí otro dedo moverse en mi interior.

-Ahhh n-no más.

Siguió lamiendo mi miembro hasta que no pude más y me corrí en su boca.

-Delicioso, -sonrió- pero aun debo prepararte.

Respire profundamente y lo mire.

-Hazlo.
-¿Eh?
-Mételo por favor.
-Pero aún...
-Te necesito. –susurre.
-No me culpes sino puedes caminar mañana. –coloco la punta de su miembro en mi entrada.
-Te amo Zen.
-Yo también, no sabes cuánto.

Entro de una embestida en mí recargándose en mi cuerpo.

-Ahhhh, -gemí- Z-Zen.
-¿Duele?

Mordí mi labio.

-No, -lo bese- no duele.
-Te amo Takafumi, eres lo más importante para mí, -me abrazo- que haría sin ti.

Mi corazón empieza a latir deprisa, y siento un gran dolor, lo amor, quiero quedarme con él pero...

Me aferre a su espalda cuando comenzó a moverse.

-Z-Zen, -gemí- t-te amo.
-Y yo a ti. –beso mi frente.

Me beso apasionadamente mientras se movía lentamente, haciéndome sentir tantos espasmos de placer.

De un jalón hizo que me colocara arriba de él y comenzó a mover mis caderas de arriba hacia abajo haciendo que fueran más profundas.

-Ahh Z-Zen n-no tan...
-Bésame Takafumi, dime cuánto me amas.

Me recargue en sus hombros y lo besé, él acariciaba mi espalda tocando cada parte de mi piel, prendiéndome con cada caricia.

Quería memorizar cada tacto, cada beso, cada palabra...

Puesto sería la última...

Me tomo de la cintura y empezó a moverme de arriba hacia abajo.

-Ahhh T-Te amo. –gemí.
-Y yo a ti.
-M-Me vengo.
-Y-yo igual. –jadeo- Te llenaré con mi semen para que quedes embarazado de nuevo.
-I-Diota ahhhhh.

Me corrí en nuestros vientres y él dentro de mí.

-Fue muy placentero. –comento.
-Baka.
-¿Otra ronda? –sonrió.
-No, -lo mire- solo quiero dormir en tus brazos.
-Sí mi amor.

Me quede dormido en sus brazos tan cálidos y protectores.

Si pudiera estar con él para siempre...

A la mañana siguiente nos bañamos y cargue a nuestro hijo, salimos de la casa y fuimos por Hiyo a la casa de su amiga.

Al llegar me dijo que si después de dar el paseo podría volver, por lo cual aceptamos.

Fuimos a un restaurante familiar y pedimos un desayuno delicioso.

-Me gusta cuando salimos en familia. –sonrió Hiyo.
-Y yo más. –comento Zen.
-Tengo una linda familia. –comente.

Nuestra convivencia fue la mejor, pero...

El tiempo ose había acabado.

Acompañamos a Zen a su trabajo y pasé a dejar a Hiyo con su amiga. Tuve que pedirle a la mamá de su amiga si cuidaba a Usui por mí, por lo cual acepto.

-¿A dónde vas mamá? –pregunto Hiyo.
-Debo realizar unas compras y Usui apenas se durmió.
-Está bien, yo también lo cuidaré.
-Lo sé.

Abrace fuertemente a Hiyo.

-Te adoro Hija.
-Y yo a ti. –sonrió.

Besé la frente de Usui y me dirigí a la casa. Al llegar tome una maleta y eche la ropa que tenía a la mano, tome mi dinero que guardaba para emergencias y mi pasaporte.

Tome una hoja y una pluma para dejarle una nota a Zen. Me quite mi anillo de compromiso y de matrimonio y los coloque en la mesita con la nota.

Mire el departamento una vez más.

Mis lágrimas comenzaban a caer sin poder detenerlas.


-Lo siento, pero debo salvarlo, cuida de nuestros hijos Zen.

Tome un taxi rumbo al aeropuerto.


Soy lo peor...

Pero...

¿Qué otra cosa puedo hacer?

Destino Incierto (Kirishima x Yokozawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora