No te metas en mis asuntos.

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Salimos del colegio, al salir no encontraba a Ethan, ya que no tenemos los mismos horarios. En eso siento unas manos grandes que cubren mis ojos.

-Bonita falda.- susurran a mi oído, se perfectamente que es Ethan. Creo que voy a comprar otro pantalón. Es el séptimo comentario que recibo sobre la falda.Los otros los recibí de unas compañeras.

-Gracias Ethan, pero prefiero no ser secuestrada.- dije graciosa dándome vuelta para verlo. Él rió. "Que blancos dientes" pensé.

-Ok, ok ¿Vamos?- yo asentí y nos fuimos.

-No, no, no. es por aquí.- indicaba al caminar.

-Discúlpame.- dijo él.

-No te preocupes.- respondí sonriendo.-¿Ahora si me vas a contar?- él asintió.

-Bueno, empiezo... Me mudé a Chile, ahí estuve como... 2 años y medio. Nos cambiamos a Paragüay, ya que a mi padre lo volvieron a transferir. resulta que mi mamá lo encontró engañándola con su secretaria. Mi madre se divorció de él y nos vinimos a vivir de nuevo aquí. Lo ridículo que es mi padre no te lo puedo explicar... ahora le llora a mi madre. Pero trato de que ella no caiga en sus juego. Bueno, allá practicaba basquet.- como mi hermanastro, pensé.- era ala, ya habíamos llegado a los nacionales. Me emocioné, lástima que no pude jugar...- se quedó callado mirando al suelo.

-si te hace sentir mejor, aquí tenemos equipo de basquet.- sonreí. Él me miro también con una sonrisa y, supongo que por impulso o emoción, me abrazó.

-lo siento, lo siento, lo siento.- se disculpo soltándome con cuidado. Yo reí y negué con la cabeza.

-no te preocupes.-

-¿Y... qué hay de ti?¿Por qué ahora tienes hermanastro?- dijo él curioso. 

-Hermanastros.- corregí.-Bueno, digamos que después de que te fuiste mi madre...- no podía terminar la frase, supongo que por el hecho de que todavía no lo acepto.

-No lo digas, ya entendí. De verdad lo siento mucho- dijo él.-pero...¿cómo?- supe a qué se refería de inmediato.

-Cuando dio a luz a mi hermana menor... pasó.- dije melancólica.- espero ser mejor que una madre para ella. Y que no se sienta culpable por la muerte de nuestra madre. es tan dulce, tan inocente... por ahora.- comenté y reímos.

-Hablando de hermanos... mi padre me dio uno.- yo lo miré horrorizada.

-¿Cómo- Exclamé. Él rió.

-Cuando se acostó con su secretaria... bueno, ya sabes. El nene tiene 1 año y un par de días.- me quedé boquiabierta.-¿Y tú qué haces?- preguntó.

-Pues... danza, como toda la vida, con la diferencia que ahora hago voley. Y es increíble, pero me encanta el voley. Soy titular.- sonreí orgullosa. Él me miró con una ceja arqueada.

-El voley es fácil.- comentó y yo lo miré enojada.

-¿Cómo que fácil? cuando estés en un partido jugando, vienes y me cuentas.- el rió.

-Ya veremos, cuando juegues a un partido de basquet y no sepas que hacer.- me desafió.

-Yo quise meterme a basquet, pero no me gustó.- hice una mueca recordando ese día.

-¿Ésta es tu casa?- dijo él sacándome de mis pensamientos. Miré y si, efectivamente, habíamos llegado.

-¿Cómo lo supiste?- pregunté.

-Es que vi a unos chicos entrando y uno de ellos te saludo, pero no lo viste.- ah, ya entendí.

-Bueno, espero que te guste mediatardar.- dije yo.

-¿Qué es mediatardar?- preguntó.

-Perdón, tomar la merienda. Es que siempre lo digo así, es una palabra de mi diccionario.- reímos. 

-Si, me gusta "mediatardar"- comentó haciendo comillas en la palabra desconocida.

Entramos y mis hermanos, mas mi hermanastro menor, como de costumbre vinieron todos a saludarme. En cambio Travis se acerco con una manzana, me miró, miró fulminante a mi amigo Ethan, mordió la manzana y se fue. Yo quedé con cara de "¿y a ése que le pasa?"

-Bueno, se ve que están felices de verme.- dije después de ver que no paraban de saltar a mi alrededor.

-¿Quién es el, Aby?- preguntó Matt.

-Un viejo amigo, Ethan. Ethan, ellos son mi hermanos, y el es mi hermanastro menor, Santiago.- Los presenté uno por uno y después fui a preparar algo para tomar. Hice unas chocolatadas para mis hermanitos y para Ethan y yo, licuado de banana... creo que le debí preguntar si le gustaba. Va, es un deportista, seguro le va a gustar.

Llamé a mis hermanos a la cocina para que tomen su merienda y yo me fui a la sala a tomar licuado con Ethan.

Pasamos la tarde charlando, fue muy entretenido. Me mostró una imitación del pato Donal que me hizo llorar de risa. Tenía un sentido del humor muy particular. Cuando se hicieron las 20:00 Ethan se fue a su casa. Lo acompañé hasta la puerta.

-¿Seguro que sabes como llegar?-pregunté. Él dijo que si, que no me preocupe, me saludo con un beso en la mejilla y se fue. Me dejó plasmada ahí. Mirando como se iba "que lindo" pensé y cerré la puerta. Suspiré.

-¿Ahora me dirás quién era él?- dijo Travis seriamente.

-¿Debería?- él asintió.-Un amigo.-

-¿Y qué hacían exactamente?- preguntó.

-Charlar.- dije ya exasperada.

-¿Cómo se conocieron?- ya me estaba cansando.

-No tengo que darte explicaciones.- respondí.

-Debes hacerlo.-

-¿Por qué?- dije elevando la voz.

-Porque no me agrada.- respondió del mismo modo.

-Me tiene que agradar a mi no a ti.- ataqué.

-Solamente quiero cuidarte.- elevó más la vos.

-¡Pues no te metas en mis asuntos!- respondí y me fui a mi habitación a cambiarme. Me coloqué un pantalón, ancho, deportivo gris, un top deportivo violeta con franjas de tigre celeste y unas zapatillas de hip-hop negras con blanco. Salí a la cochera y me puse a hacer ejercicios. eso al menos me tranquilizaba. Al terminar, no había transpirado casi nada. A penas unas gotas en la cara, así que solo lavé mi cara y partes íntimas. Después de eso fui a hacer la cena. Aun con la misma ropa con la que entrené. Cené, en silencio, mirando a la nada. De vez en cuando miraba a mi hermanita para ayudarla a comer, ya que a veces hace enchastres. Terminamos y me dispuse a lavar los platos. Mis hermanos fueron a jugar a la play, mi hermanita a armar un rompecabezas y Travis... se quedó sentado, mirándome... incomodándome.

-¿Lo haces a propósito?- soltó de la nada.

-¡Qué cosa?- dije extrañada.

-Vestirte así, provocarme.- dijo como si nada. Yo lo miré asombrada. Nunca fueron esas mis intenciones. Toda mi vida he hecho lo mismo. Claro, ahora no somos los mismos integrantes, vivo con un adolescente. Supongo que deberé adaptarme al cambie.

-A su vez el deberá adaptarse a mis costumbres...- 

-¿Qué dijiste?- preguntó.

-Nada, estaba analizando.-

-¿Me vas a contestar?- preguntó.

-Nunca te quise provocar. No se si te acuerdas que he vivido así por más de 3 años. Casi toda mi vida. Deberás adaptarte a mis costumbres como yo al cambio.- Repetí lo que había pensado.

Él se levantó en un repentino movimiento de la silla y me acorraló en la alacena. No sabía que hacer, estaba estática, mis hormonas elevadas. Miré sus labios, mi corazón latía a mil...

-Ya no se que hacer, Aby...- susurró.

-Entonces no hagas nada...- respondí del mismo modo. Él comenzó a acercarse, casi no había espacio. Con una mano tomó mi cintura, su mano estaba tibia, pero mi cintura estaba tan caliente que no se notaba tanto. Ya no quería moverme, si, no quería...


No Podemos, Somos Hermanastros... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora