No Podemos, Somos Hermanastros... [Editando]

3 años después.

Salí del entrenamiento, la agencia tenía propio gimnasio y me habían agendado un entrenador personal. Ya llevaba 3 años y era bastante conocida en la ciudad.

Esa noche tenía una cena con mis padres, con Travis y mis hermanos. Supuestamente era para celebrar que solo me quedaba un año para recibirme de profesora de baile y que mi campaña para ayudar a mujeres estaba floreciendo.

Gracias al modelaje podía ocupar la publicidad para hacer conocer mí proyecto a voces.

Me dirigí al baño del gimnasio y me di una larga ducha. Salí y me puse ropa cómoda. Salí de ahí y me fui hacia mi casa en bicicleta. Si, tenía un auto, pero siempre prefería una manera más productiva de moverme.

Antes de ir a mi casa, quise llevarle flores a mi madre.

-Hola, mamá...- comencé a hablarle a la lápida que tapaba el cuerpo donde alguna vez vivió su alma...

-Wow... Tengo que contarte tanto...¿Por dónde empezar? Empecemos por Matthew... Está en su etapa adolescentes, no se aguanta ni a él mismo... Lily está más preguntona que nunca, niño que se le cruza, niño que le gusta... Nos salió algo complicada la niña.- reí para mis adentros. Y bueno... El mayorcito ya entró a la facultad ¿Puedes creer que ya nos presentó a la novia? Después de tantas decepciones amorosas... La encontró. Al igual que yo, mamá...-una lágrima resbaló por mi ojo.- te perdiste tanto...

Luego de mi charla con mamá, decidí dirigirme a mi casa de una vez.

Llegué, abrí la puerta, pero en casa no había nadie. Miré la nota que había sobre la encimera.

Mientras la leía, tomé un vaso de agua.

"Querida madame. Le propongo un juego."

Sonreí mientras leía.

"Como sabe, ahora no me encuentro en casa. Su misión es verme en el restaurante italiano a las 21:00 de la noche. Espero con ansias su llegada.

P.D: utiliza el vestido que dejé en la habitación.

Mis ojos se abrieron con diversión mientras leía. Mí novio estaba algo loco.

Llegué a la habitación y ahí estaba. Un hermoso vestido azul, largo y su torso era brillante. En vez de mangas se aferraba al cuello y su espalda era descubierta. Simplemente, hermoso.

Estaba acompañado de unas sandalias blancas que se amarraban a los tobillos.

Impaciente me senté frente al espejo y comencé a peinarme. Tenía suerte de haber cuidado de una hermana a la que siempre le gustó verse bien.

En estos momentos ella seguramente estaba cenando o ya dormía... La extrañaba mucho...

Sin querer una lágrima escapó de mí, había pasado tanto estos últimos años. Y yo estaba tan feliz...

Por primera vez pude asumir que no me faltaba nada, ni amor, ni familia, nada.

Salí de mis pensamientos y comencé a cambiarme, una vez lista me miré al espejo, estaba muy coqueta.

Agarré la cartera, la llave y me dirigí al restaurante.

Al llegar mi familia se encontraba sentada. "Que raro" pensé. No creí que estuvieran ellos, y mucho menos mis hermanos.

-¡Hola! ¿Qué hacen aquí?- sonreí extrañada.

-Travis nos invitó.- contestó mi suegra/madrastra, llevándose su copa mientras sonreía.

-¿Y Travis?- no hubo respuesta.

Una pequeña melodía comenzó a sonar en la puerta.

No puede ser... Era nuestra canción.

Despacio me dí vuelta. Ahí estaba, con un traje y con su perfecta sonrisa adornando.

Una banda sonaba detrás de él, componiendo la mejor melodía que alguna vez pude escuchar. Me había quedado helada.

No era ni nuestro mesiversario, ni nuestro aniversario. No era mí mí cumpleaños ni ninguna fecha especial. Me temía la mejor sorpresa.

-Abigail.- en ese momento comencé a temblar. Todas las mesas habían volteado a mirarnos.- desde el momento en que me miraste, noté que eras diferente. Tu pasión por el arte, tu manera de pensar, tus metas... Todo eso me llamó la atención de ti. Y con el tiempo ví que la magia fue creciendo, que ya no solo admiraba eso en ti. Admiraba todo, tus rasguños, tus heridas, tus idioteces, tus "imperfecciones". No podría imaginar un mundo si no estás en mi vida, con todos tus defectos.- se arrodilló.-Aby ¿Harías los honores a éste pobre idiota de casarte conmigo?- una lágrima se resbaló de mi ojo derecho. Con mis manos tapé mí boca, no tenía nada por decir, solo asentí.

Travis se paró. Estaba temblando, pero aún así me puso el anillo.

*Travis POV'S*

Finalmente me había decidido a declararme hacia Aby. Pero declararme de forma matrimonial.

Estaba oculto tras la sala con los músicos. Los cuales me habían costado un ojo de la cara... Pero todo lo valía por ella.

Ella llegó... Me quedé en shok, me quedé mirando lo hermosa que estaba y lo bien que hacía lucir cada prenda.

Me quedé viendo su sonrisa, su cara de confusión, su alegre mirada.

Y ahí entré, con la melodía a mis espaldas, con mí corazón bombeando a mil por hora.

Y lo dije.

-Abigail.- comencé a relatar. Nadie existía a nuestro alrededor.- desde el momento en que me miraste, noté que eras diferente. Tu pasión por el arte, tu manera de pensar, tus metas... Todo eso me llamó la atención de ti. Y con el tiempo ví que la magia fue creciendo, que ya no solo admiraba eso en ti. Admiraba todo, tus rasguños, tus heridas, tus idioteces, tus "imperfecciones". No podría imaginar un mundo si no estás en mi vida, con todos tus defectos.- me arrodillé, con las manos temblorosas, con el corazón en la boca.- ¿Harías los honores a éste pobre idiota de casarte conmigo?- sus manos cubrieron su boca, y en un gesto, dijo que sí.

Feliz me paré, y aún con mis manos temblorosas, coloqué su anillo.

Me abrazó y todos en la sala se volvieron reales, comenzaron a aplaudir.

La noche pasó, mí sonrisa nunca se fue. Estábamos felices, enamorados, juntos.

Verla ahí, verla feliz... No quería otra cosa en este mundo. O quizás sí, pero en ese momento no lo sabía.

Mí vida con ella no era perfecta, pero era la que yo más amaba.

(Unos meses más tarde)

*Aby Pov's*

La fecha ya había sido puesta, la boda organizada, la luna de miel planeada.

Ese era mi momento, nuestro momento.

Sostenía el brazo de mi padre con fuerza, como si no quisiera soltarlo, como si aquello fuera un paso para dejarme ir y ser