inesperado.

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Volvimos a mi casa, el viaje fue silencioso e incómodo, lo único que se escuchaba eran mis hermanos.

De vez en cuando miraba a mi hermano, él iba con un semblante serio, el cual cambiaba al ver a su hermanito.

¿Qué hice yo para que me odie de un momento a otro? Bha... No lo necesito, total, no siento amor hacia él, es más un cariño.

Entré y subí a mi habitación, gracias a Dios no tenía tarea.

Me tiré en mi cama, mi cuerpo se sentía tan cansado... En éstos momentos de aburrimiento me gustaría poder encontrar una amiga...

Mi celular sonó, sin ver quién era contesté.

-Halo.- contesté.

-¡Aby!- contestaron aturdiendome.

-¿Ethan?- mi palpitar se aceleró por algún motivo.

-¿Qué pasó, bonita?- sonreí a su comentario.

-No mucho, acabo de llegar, estoy exhausta...- hablé.

-Oh...¿Querrías juntarte conmigo?- me levanté de la cama.

-Si, si ¿Por qué no?- el rió.

-Esperame, te busco en 20 minutos.- y colgó.

Vi el reloj y me dirigí al baño para higienizarme y poder cambiarme. Se me hacía linda la idea de salir con él... Pero por algún motivo no se me hacía cómodo.

Tomé aire, cogí mi mochila con las cosas que por lo general cargaba (o sea 4 pelagatos) y bajé a esperarlo.

La puerta sonó, abrí despacio y lo vi a él. Cuando cheque atrás venía en una moto. ¡Genial! Amo las motos, las amo. Cada que puedo conducir una la conduzco.

-Hola, bonita...- saludo él con una sonrisa. Esa sonrisa era imposible de no imitar.

-Hola...- contesté algo tímida.-¿Iremos en la moto?- pregunté ocultando mi emoción.

-De hecho... No.- sonrió.- planeaba que fuéramos caminando, así el ruido no nos interrumpe.- le devolví la sonrisa.

-Bueno¿Qué esperamos?- agarró su mochila con entusiasmo, pero lo detuve.-¿Quieres guardar tu moto en mi garaje?- le ofrecí, pero negó y le puso un tipo de correa a un poste.

-Ahora sí ¿vamos?- me agarró la mano y mi piel se erizó. Yo asentí.

El camino fue entretenido, un perrito que estaba por el camino se nos encariñó y nos seguís para todos lados, parábamos en vidrieras, Ethan se detuvo un par de veces a ver unos pájaros (los cuales por lo general no se ven en Seattle)

-Veo que te gustan.- comenté.

-¿A ti no?- preguntó con la vista clavada en los pájaros. Asentí, pero no me veía.

-Si, pero no a tal extremo.- me devolvió la mirada y sonrió.

-¿Puedo hacer una cosa?- preguntó inseguro.

-Si ¿Por qué no?- de repente se acercó a mí, se quedó pausado a unos centímetros de mis labios con su mano en mi cintura. Estaba nerviosa, muy.

-Ahora sí...¿Puedo?- su aliento chocó contra mí. No respondí, fui yo quien se acercó a él a darle el beso que ambos esperábamos.

No podíamos pasarnos de la raya, estábamos en la calle... Se sentían tan suaves sus labios, tanto que me dejé llevar por el impulso de morderlo. Él se quejó y so sonreí.

Paramos de besarnos y nos vimos atentamente... Sin poder dejar de sonreír. No sabía exactamente lo que pasaba por mi mente en ese momento, pero si algo tuve en claro es que me gustó ese beso, al igual que él.

No pude evitar sonrojarme.

-Aby, en verdad me gustas...- dijo el colocando su frente con la mía. Me quedé sin palabras.

-Ethan, yo... No es que no me gustes, si no todo lo contrario, pero... O sea,e atraes y eso, pero...- él volvió a callarme con un beso, solo que éste era suave, como si hubiera sabido que iba a callarme.

-No voy a presionarte. Es más...- se alejó de mí y caminó.- voy a esforzarme porque te enamores.- sonrió y extendió su mano. Sonreí de lado con timidez. Suerte con eso, Ethan...

-No quiero que te desilusiones... Me gustas, pero no soy de esas que se enamoran fácilmente.- él asintió. Se veía la esperanza en sus ojos...

Seguimos caminando, llegamos a una plaza, justo al lado había una heladería, y me pareció buena idea ir por un helado.

Pagué el helado y me acerqué a mi acompañante, se lo extendí y él me miró incrédulo.

-¡No!¿Por qué? Se supone que eras mi cita...- lo miré con confusión.-Lo siento... Es que se supone que yo debía pagar tu helado.-

-¿Qué? Ahora soy yo quien está confundida. No por ser hombre debes pagar mi parte.- me defendí y lamí mi helado.

-No, eso se llama ser caballeroso.- sonrió arrogante, yo por mi parte le propiné un golpe pequeño.

-Ethan...¿Por qué eres así?- pregunté de la nada.

-¿Así cómo?- cuestionó.

-Tan bueno conmigo.- lamí mi helado.

-¿La verdad?- asentí.- no sé, simplemente confío en quienes son de verdad bueno. Contigo siento que nunca voy a caer, que si me necesitas, voy a estar y viceversa.- tomó aire.- como si fueras esa persona que no importa cuales problemas tenga... Su alma seguirá siendo gentil.

Me quedé perpleja, sin saber qué decir... Simplemente, lo abracé.

La tarde transcurrió, yo volví a mi casa y él a la suya.

Lo raro vino cuando entré.

-Espero que la hayas pasado bien.- comentó Travis con su mirada sombría. Mi piel se erizó.

-Muy bien, gracias.- contesté cortante. Dejé mi mochila y quise subir, pero pisando el segundo escalón, me arrepentí y bajé a buscar un vaso de jugo. Sentía la mirada penetrante de Travis. Sentía el impulso de estar bien con él, pero mi orgullo no me dejaba.

Al fin terminé mi jugo, quise salir de la cocina, pero él estaba ahí parado, en la puerta. Avancé hasta ella y me quedé para en frente suyo.

Nos desafiamos con la mirada, unos segundos duró esa batalla, en la que sin querer me dejé llevar por sus ojos. De un golpe se apartó de la puerta, dejando mi paso libre.

No sé si él quiso que escuchará lo último, pero me dejó tan perpleja que casi no dormí.

-Ojala te des cuenta quién estuvo antes para tí...-

Ya no te entiendo, Travis...

HOLA, BONIT@S!! ESPERO EL CAP LES HAYA GUSTADO. ESPERO QUE NO SE ENOJEN, HE ESTADO OCUPADA Y NO HE PODIDO ACTUALIZAR. EL SIGUIENTE CAP SE VIENE UN POCO MÁS PICANTE DE LO ACOSTUMBRADO.

No Podemos, Somos Hermanastros... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora