No Podemos, Somos Hermanastros... [Editando]

confusiones

Gracias a Dios es viernes, Ethan no había parado de decirme que debía dedicarme a ésto, a baile. Pero ambos sabíamos en mi interior que eso no mantendría mi futuro.

Lamentablemente, estamos en épocas en las que hacer lo que te apasiona como trabajo, no sustenta el menester que tenemos en nuestras vidas.

-Oya, Aby.- dijo alguien posándose a mi lado, era Joel, venía con una amplia sonrisa.

-¿Cómo va, Joel?- sonreí con amabilidad hacia su dirección.

-Todo bien, oya, me preguntaba si...-

-¡No!- dije bromeando antes que lo dijera.

-Bueno, así ya nada...- se hizo el resentido. Lo golpeé y rió.- ¿Quieres salir?- preguntó.

-Estamos afuera.- contesté tomándole el pelo.

-¡Vamos, Aby! ¡Di que si!- hizo un puchero y puso sus manos para suplicar.

-Ya, ya, no supliques.- dije bajando sus manos.-Si, iré. Me gusta la idea.- pensé.-¿Dónde y a qué hora?- él sonrió.

-Hoy, en la calle próxima a... Sabés, pasemos por ahí, será mejor, no soy bueno con las indicaciones, probablemente te mando a un psiquiátrico.- se quedó vacilando.- aunque ahora que lo menciono, no te vendría mal...- lo golpeé juguetona.

Pasamos por ahí, era a unos pares de cuadras de mi casa. A las 23:00 abrían, lo bueno comenzaba a las 00:00 así que ya tenía planes.

Llegué a mi casa, raro hubiera sido no encontrarme con Carla, por algún motivo me molestaba que estuviera con mi hermanastro, me molestaba y me inquietaba.

-Travis.- lo llamé.

-Dime.- dijo una vez cerca mío.

-¿Quieres ir a una fiesta ésta noche?- él encogió sus hombros.

-Si, supongo. Va... Ethan.- no había pensado en eso.

-Ahora que lo mencionas, si, creo que lo invitaré.- levanté mi celular.

-Entonces no, gracias.- yo frunci el ceño.

-¿Qué?¿Por qué?-

-Porque no me agrada, y es tu amigo.- confesó.

-¿Qué? ¿Acaso yo no puedo tener amigos pero tú si "amiguitas"?- comenté haciendo énfasis en la palabra.

-No es eso, solo que a Carla no le agrada, es todo.- me enojé.

-Y un demonio, Travis. Que te den por joder.- y me marché hacia mi alcoba.

-¿A qué hora?- gritó sin mirarme.

-A las 23:00. Pero por mí ni vayas.- y seguí mi camino.

Finalicé mi clase de danza, me deleite con cada paso que realizaba, cada octava que completaba, cada truco que terminaba. Mi escape era ese, bailar. Cada cierto tiempo me pregunto, porqué no dedicarme a lo que me apasiona en vez de estar destruida en un trabajo que me mantenga encerrada el resto de mi vida solo para llegar y tener algo de comer, para así después... Volver a la misma mierda.

Llegué, me bañé y por primera vez dentro de mucho, alise mi cabello, delineé mis ojos, arqueé y pinté mis pestañas, le di color a mis labios y más vida a mis mejillas.

Se me dió por usar un labial fuerte, fuera de lo habitual.

Me coloqué un pantalón corto, tiro alto, tenía como escamas en forma de rombos, era texturado, contenía una cadena en la parte de la cintura. Me coloqué una camisa holgada con un top debajo, ya que era algo transparente, ésta la coloqué bajo el pantalón, así se luciría la cadena, y unos zapatos cómodos así podría bailar con más libertad.