Detrás de las rejas.

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Hoy, un día como cualquier otro... O eso parecía, hasta que Travis me vio besando a Ethan...

El golpe que Travis le regaló a Ethan, me atrevo a adularlo.

De inmediato me acerqué a Ethan a revisar que estuviera bien. En efecto... Su nariz estaba sangrando.

-¡ERES UN BRUTO, TRAVIS!- Grité. Él me miró enojado.

-No tenía porqué obligarte a besarlo.- negó.

Miré a Ethan, si decía que Ethan era mi novio, Travis se enviaría conmigo. Por otro lado, si le daba la razón a Travis, Ethan no me volvería a ver... Y yo por ahora no quería eso...

-Travis, Ethan y yo, estamos saliendo. Por favor, déjalo en paz... Por favor.- esto último lo dije con la esperanza que Travis no explotase...

-Oh...¿Saliendo, dices?- miró sonriendo a Ethan.- Querido Ethan ¿En qué te has metido? O más bien...¿Con quién? ¿Qué, a caso... No te contó de nuestro pequeño secreto?- lo miré suplicante, sabía a qué se refería.

-¡Travis, ya! Ethan no tiene porqué saberlo, al menos no ahora. Yo se lo diré cuando me parezca justo.- lo miré intimidante.

Se estaba divirtiendo con la situación y yo solo quería largarme.

Sonrió-¿Segura? Mira, seré piadoso, ya que somos "hermanastros"- dijo haciendo comilla en la misma.

-Mira, no quiero interrumpir, Aby.- dijo Samira.- Pero creo que se te hará tarde.- miré la hora y lo que ella decía era mentira, pero hice como si hubiera sido verdad. Después agradecería.

-Mierda, es verdad.- miré a Ethan. Seguía matando a Travis con la mirada. Travis me sonrió arrogante y salió de ahí hacia la cocina.

Le di un fugaz beso a Ethan, pero antes de irme me tomó de la cintura y me abrazó. Era una abrazo de inseguridad, así que me calcé los pantalones y afirmé el abrazo. Ahora sí era una abrazo... Uno hermoso.

-No le hagas caso, por favor.- susurré y él asintió.

- Confío en tí.- y eso hizo que esboce una sonrisa.

-Aby, odio cortar el romance, pero puedo ir contigo a baile.- sonreí hacia Samira.

-Por su puesto. Pero no puedes grabar.- la señalé seria.

-Lo prometo.- posó su mano en su pecho a lo que reí.

Salimos y en lo que caminábamos me llegó un mensaje de mi jefe diciendo que hoy no trabajaba. Que mal... Hoy tenía todo planeado.

-Veo que tu hermano está algo celoso...- la miré extrañada.

-¿Qué? Uno, es mi hermanastro. Dos ¿Por qué lo estaría?- ella rió sarcástica.

-Aby, es evidente. Viven juntos, eres muy linda, eres demasiado amable ¿Cómo no lo haría?- sonreí.

-Es lindo lo que dices... Pero aunque fuera cierto, yo estoy con Ethan, y no soy de la tipología del engaño. Eso no está en mi vocabulario.- o eso espero que siga siendo.

Llegamos a baile, Sami se llevó bien con todos a penas entró. O sea, montan así, le costó un poco entrar. Pero fuera de eso, todo bien.

-Linda, al fin llegas.- dijo con su usual todo afeminado mi profesor. Adoraba que fuera homosexual.

-Lo siento. Hubo tráfico en mi casa...- nos miramos y reímos. Sabía a qué me refería.

-Y... Cinco, seis, siete, ¡va!- y comenzamos a ensayar.

15 ensayos más tarde...

-¡Vamos! Abu ¿Qué está pasando? Vamos, coordina esos pies.- asombrosamente, era yo quien estaba fallando. Mi mente no se conectaba con mi cuerpo y eso que daba lo mejor de mí... No aguantaba.

Fui y tomé algo de agua.

-No puede ser...- decía apenada para mí.

-Abu...¿Qué está pasando?- se acercó mi profesor.

-No sé... Mis pies y mi mente no compatibilizan.- él negó, agarró mis brazos y me samarreó.

-¡Repite conmigo, linda! ¡Yo puedo!- gritaba él.

-¡Yo puedo!- gritaba.

-¡Abre los ojos, Aby! ¡Yo puedo!- los abrí y agarré sus brazos.

-¡Yo puedo!- y ahí me dejó. Si, nuestra rutina de confianza era rara, pero era nuestra y funcional.

Y fui a bailar, y decir que salió perfecto era mentir, pero si que iba de bien en mejor. Pera el final del ensayo volví mejor que nunca.

Salí, transpirada, agotada y feliz, feliz por haber bailado.

-Tu profesor está un poco... Loca.- reímos.

-Si, pero es perfecta. Una persona decidida y emprendedora.- sonreí en su honor.

-Me gustaría ir contigo...- miró para abajo.

-¡Sería hermoso!- espeté. Me encantaba la idea.

-Pero van muy avanzados...- yo negué.

-Yo entre a mitad de algún año. Y ya habían hecho la mayor parte de.ls coreografía. Obvio que tenía otros compañeros, soy de las pocas que se quedó.- recordé con melancólica aquellos días.

-oh... Entonces...¿Tengo oportunidad?- asentí eufórica.

Ya una vez en casa, comí algo y subí a mi habitación, un mensaje de Ethan me llegó, sonreí inconscientemente.

Estuvimos hablando por horas. Risas y demás salían de mí. Hablamos un rato... Unas 2 horas. Hasta que me dormí sin colgar...

"Pipipipi, pipipipi" sonó mi alarma. Me levanté contenta de la cama. No podía sacarme a Ethan de la cabeza.

Bajé y me encontré con Lily, estuve con ella antes de entrenar.

Entrene, me bañé y desayuné. Hice el desayuno junto a mi hermanita. Me encantaba estar junto a ella.

Cómo todavía era temprano fui a jugar God of Ward 4. No podía pasar un nivel y me ofrecía cambiar al modo fácil, cosa que me envenenaba.

Gané y grité un gran "¡Gané, sí, la p**a madre." Si... No me daba orgullo que me vieran jugar. Era muy impulsiva.

-Deja dormir, tus gritos se escuchan hasta arriba.- comentó somnoliento mi hermanastro.

-Buenos días a tí, Travis.- comenté sarcástica.

-¿Por qué nivel vas?- dijo sentándose a mi lado mientras se restregaba la cara. Yo miraba la pantalla.

-Por ese que estás viendo.- contesté concentrada. Él chasqueó su lengua.

-A ver, déjame. Lo estás haciendo mal.- me arrebató el joysticks de las manos y trató de pasarlo. Cómo era de esperarlo perdió. Volvió a internarlo y lo pasó con muy poca vida.

-Gracias, pero dame el joysticks.- se lo quité y volvió a robarlo.-¡Travis, dame eso!- luchaba por conseguirlo, pero era en vano...

-Solo si me das un beso.- lo miré horrorizada.

-¿Qué?¡No!- grité.

-Entonces rompe con Ethan.- eso me dejó pasmada.

-¿Cuál es tu problema con Ethan?- él dejó de pelear, al igual que yo.

-Que es un niñato, y sé que no te conviene. No te va a hacer feliz como te lo mereces.- dijo serio y sin apartar su mirada de mí...

-¿Tú qué sabes? No eres quién para etiquetar.- levantó las manos rendidos y se retiró. Justo cuando se iba, algo llegó a mi celular.

Las imágenes dicen mil palabras, decían. Pero nunca pensé que rompieran algo en tantos pedazos...

No Podemos, Somos Hermanastros... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora