Veinte.

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Fue como si un gran alivio me recorriera el pecho en aquel momento.

Sentí como el aire a mis pulmones regresaba enseguida, olvidándome por completo del dolor que me estaba matando.

"No hay mucho tiempo." Escuche a Richard hablar, conforme se acercaba a mí y me tomaba de los brazos para así enderezarme, logrando una mueca de dolor en mi.

"No le toques!!" Mi bestia gruño, yendo directamente a nosotros y tomándome brusco pero a la vez delicado con mi persona, separándome del albino.

Este río viéndonos incrédulo.

"Yo le salvé la vida, Gerard." Recordó.

"Cuál es tu precio?" Replicó mi pelinegro. Sonreí. Sabía bien que algo así estaba detrás del hecho de que siguiera con vida.

Richard no lo negó. Frunció los labios dispuesto a hablar.

"Mi vida y... Algún puesto muy cómodo en tu cartel." Gerard ni se inmutó.

"Primero tendrás que ayudarme a salir de aquí y decirme dónde está mi hija." Entonces fue en ese momento en el que me aferré con fuerza al pecho de la bestia. Las palabras aún me salían atrofiadas.

"Bandit...." Pero aún así lograba entenderme de alguna forma. Gerard me miró triste acariciando mi mejillas.

"Lo sé, amor. Lo sé." Negué.

"Mi bebe... Mi... Mía... Dámela!..." Había empezado a llorar. Podía sentir el temblor en mis extremidades, tocándome el vientre que me dolió tal desgarro a penas y Gerard me cargo.

"Te la regresare a salvo, confía." Dijo seguro. Le vi perdido para luego cerrar mis ojos. Volvía la sensación de desfallecer. "Que le sucede?" Preguntó alarmado.

"Ha tenido un parto complicado."

"Que tan complicado?"

"Felicity le ha abierto sin anestesia. Ha experimentado un dolor sumamente traumático, y tardará un poco en curarse." De nuevo sentí como era depositado en el colchón abriendo así de nuevo mis orbes y agarrándome al brazo de la bestia.

"No te vayas!!..." Mi voz había salido como un gruñido. Uno demasiado agudo y cortante. Sus ojos verdes me examinaron a simple movimiento, volviendo a verme fijo y sonriéndome débil.

"Haz algo." Le dijo al albino. Este suspiro.

"Le he costurado la herida y dado demasiados analgésicos. No puedo hacer más, a menos de que tengas un hospital a tu disposición, que es lo que ahora necesita pero primero debemos salir de aquí con tu hija."

"Frankie..." Gerard tomó aire y luego me tomo de las mejillas juntando nuestras frentes." Amor... Tienes que ser fuerte y aguantar esto." Sentía poco a poco mis temblores parar. "Recuperaremos a nuestra bebe y podremos ir a casa..."

"Bandit..." Susurre. "Se llama Bandit.... Ganaste la apuesta..." Me encogí de hombros como pude sonriendo débilmente. Gerard negó riendo a penas asintiendo después.

"Lo sé." Me miró a los ojos tratando de transmitirme seguridad. "Lo sé. Ahora iremos por Bandit y te llevaré en brazos y tu aguantaras, amor. Tienes que ser fuerte y aguantar hasta que salgamos de aquí, puedes hacer eso por mi?" Cerré los ojos.

Mentiría si no dijera que me quería morir. El dolor era demasiado y solo quería arrancarme todo lo que ya Richard me había puesto encima.

Insoportable.

Solo asentí.

Entonces empezó la lucha.

Gerard me sostuvo lo más delicado posible en brazos y así salimos de lo que vi según era un sótano.

Mi Bestia -Frerard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora