Mi Bestia -Frerard-

Diecinueve.

Capítulo especial, narrado por Gerard.

Trate de tomar aire, todo el posible.

Mi cuerpo se estremeció, posando mis manos encima de mi cabeza y tratando de no golpear esta contra la pared.

--- Hijo, por favor tienes que...

--- Donde está!?

--- Eso es lo que tratamos de averiguar.--- Ray me veía nervioso y preocupado. Sé que igual estaba mal.

Sé que desquitarme con todo el mundo no era la mejor solución, pero, habrían de entenderme.

El amor de mi vida había sido secuestrado.

Simplemente no podía pensar.

--- Ya he hackeado las cámaras de seguridad del centro comercial. Sería más fácil si nos das una hora aproximada en la que Frank se ha ido de casa.--- Bob mantenía la mirada fija en mí, con las manos en la laptop, pero yo solo podía enloquecer aún más.

--- Se supone que tú tenías que cuidarle!!--- Fui hasta el tomándolo de la camisa y levantándolo de aquella silla cómoda en la que seguro estaba, azotando su cuerpo contra la pared.--- Donde estuviste cuando esto sucedió!?.... Donde está Frank y mi bebe!!?

--- Basta Gerard!--- Mikey me había tomado del brazo tratándo que soltase al rubio pero estaba seguro que estaba a punto de matarle, pues mis manos ya habían viajado hasta su cuello, apretándole de tal modo en el que ahora su cara se tornaba roja.--- El no tiene culpa y lo sabes!

--- Donde está!?--- Pero no quería escuchar.

--- Gerard!!--- Ahora oía de lejos a mi padre, pero seguía sordo.--- Gerard suéltale.... Le vas a matar, hijo.--- Oscuridad.--- Frank no querría que vuelvas a hacer la misma bestia de antes, Gerard. Frank odiaría esto.--- Entonces lo sentí. Aquello salado que bajaba sin mi permiso por mis mejillas, cayendo con fervor.

Solté a Robert y entonces sentí por primera vez lo que era estar de rodillas en el suelo frío.

Donde estaba!?...

Quien ha sido!?...

Como habían osado a tocar a mi pequeño avellana y mi bebe!?...

--- Gee. Mírame Gee.--- Mi hermano sostenía mis hombros, tomando mi cabeza para así acomodarla en su pecho.--- Estoy aquí hermano. Estamos aquí. Frank está bien, Gerard. Quien sea quien se lo haya llevado, pagará muy cara las consecuencias.--- Negué.

Era mi culpa.

Mi estupida lengua.

Le había hablado a mi castaño de una forma demasiado grosera y altanera.
Había visto como su pequeño cuerpo se había intimidado ante mi, como cada extremidad suya se estremecía.
Sus ojos me lo dijeron. Y sé que aunque haya sido un instante, hubo miedo en ellos.

Soy un idiota.

Debí de haber llamado a mis hombres para que lo buscasen, pero quise darle su tiempo.

Su tiempo para estar enojado y que se tranquilizara, su tiempo para que supiera que había sido un estupido cabeza de mierda que solo quería su protección.... Que necesitaba su perdón.... Que como siempre, necesitaba a mi domador.

Jamás le hubiera hecho daño, no de nuevo, y él lo sabe.

Simplemente lo amo.

Desde la primera vez que le vi....

Cuando entre al comedor aquel día hacía ya casi un año. Sus avellanas me hipnotizaron. Con esa tez suya coloreada y ese cuerpo bién estilizado, Dios, él era perfecto.