Edward se bajó del auto casi corriendo mientras daba grandes zancadas hacia la casa de Emma. Tenía un gorro de pana y lentes de sol, rogando que nadie lo reconociera. Tocó el timbre repetidas veces, mirando nerviosamente hacia los lados, esperando a que nadie lo viera.
Emma lo había visto por el hueco de la puerta y apretó los labios. Se alejó un poco de la puerta, oyendo los timbres ser tocados miles de veces. Quiso llorar, quiso llorar. Sorbió su nariz impidiendo las lágrimas.
- Emma, soy yo- le decía Edward tras la puerta-. Ábreme por favor, por favor. Tengo que hablar contigo.
Emma cerró los ojos con fuerza, las lágrimas bañando sus mejillas llenas de colorete. El lápiz de sus ojos ahora estaba siendo desbordado y formaba líneas negras en sus pómulos.
- Emma, por favor- le rogaba Edward-. Emma, te lo pido. Ábreme, la gente puede reconocerme pronto…
La puerta se abrió de inmediato y él entró rápidamente. Emma cerró con agilidad la puerta y caminó hasta la cocina, ignorando completamente a Edward que le hablaba.
- Emma, lo lamento, por favor. Perdóname. Yo…yo no quería que esto pasara. Fui un idiota, un grandísimo idiota. Un patán…Emma escúchame- y seguido de esto agarró su mano pero ella se giró hacia él, soltándose de su agarre de forma brusca.
- ¡No me toques!- chilló ella, furiosa y destrozada-. ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¿Cómo, Edward? Yo…yo confiaba en ti. Yo creía en ti. Creí que estaríamos unidos y que esto sería como un abrir y cerrar de ojos…
- Emma, yo…
- No me interrumpas- le desafió ella alzando su dedo-. Edward…no sé qué te sucede. Me duele decirlo y en especial; admitirlo pero…has cambiado. Ya no eres el mismo desde que saliste del país. Eres otro, eres el Edward que jamás creí que yo conociera…y que me lastimaría…
- No, Emma, déjame explicarte…
- Los diarios ya me dieron una muy buena explicación- le refutó ella, irónica.
- Ellos son unos mentirosos Emma y lo sabes- le recordó Edward.
- ¿Y esta foto miente?- le cuestionó Emma, cogiendo el periódico matutino encima de la mesa y mostrando la primera plana.
La foto era clara y no era editada. Allí se veía a Edward, su boca metida en la de la chica rubia y su mano apretando su trasero. Edward se quedó estático.
- ¡Responde!- exigió ella sacudiendo el periódico en su cara-. ¿Esta foto miente?
- Yo…- decía Edward con voz quebrada.
- ¡Tu nada!- le calló Emma tirando el periódico al suelo, las lágrimas comenzaban a salir a borbotones-. ¡Me engañaste con una…con una cualquiera! ¡Yo creí que tenías dignidad! Edward…me hiciste una promesa antes de que te fueras ¿Aún la recuerdas?
Edward miró a Emma. Su carita empapada de lágrimas le hacía encoger el corazón. Quería abrazarla pero sabía que ella lo rechazaría, simplemente no era el momento. Comenzó a recordar la promesa, estaba seguro de haberle hecho una pero…no la recordaba. ¿Por qué no la recordaba? Fue en el aeropuerto pero…simplemente no recordó lo que dijo. Emma al ver su expresión meneó la cabeza con indignación.
- Te la voy a recordar- le dijo ella limpiándose las lágrimas-. “Yo, Edward Christopher Styles no me meteré en problemas, ignoraré los malos comentarios y jamás olvidaré a Emma Cristina Russel”
Edward escuchó con atención cada una de esas palabras. Eran como cuchillas frías y afiladas clavándose en él, pero las merecía. Había roto una promesa a la persona que más amaba en el mundo, y además de eso, su corazón.
- Fue una promesa- le dijo ella con voz quebrada-. Una promesa es una promesa ¿no es así? A unos meses de haberte ido ya no me llamabas, no me escribías. Yo gastaba mi renta en ti, yo estaba preocupada por ti- Emma comenzó a llorar de nuevo-. Tenía que pedirle a tu madre o a Gemma noticias sobre ti…sobre mi novio.
- Emma, tu sabes que mi teléfono esta chiflado y…
- ¿Y tu móvil es el único que hay en el mundo?- le cuestionó ella con brusquedad-. No existe el de Andy, el de Louis, el de Niall, el de Paul Edward, el de Paul…
- Yo…- decía Edward, comenzaba a llorar. No tenía argumento alguno.
- No, Edward- le detuvo ella-. Esto…yo…- se pasó las manos por los cabellos y luego se limpió las lágrimas-. Esto tiene que terminar.
El rizado sintió como el mundo automáticamente se le vino abajo. Su tripa sentía escalofríos con esas sencillas palabras que pondrían fin a una amorosa relación de un año y cuatro meses. Supo entonces lo idiota que había sido. Había lastimado a quien más amaba y había roto muchas promesas. Este no era Edward.
- No, no- rogó Edward arrodillándose a sus pies, llorando-. No por favor, Emma, mi amor…
- No, Edward- le reprendió ella con el corazón en la mano-. Esto no va a funcionar. Me engañaste y rompiste una promesa. Estoy segura que ya has roto varias…
- Emma, por favor- lloraba Edward, un profundo dolor en su pecho y los gemidos se hacían más fuertes-. No…yo…yo puedo arreglarlo…
- No será ahora- le dijo ella con semblante duro y frío. Edward estaba impactado con su comportamiento-. Vete.
- Emma…
- ¡Vete!- chilló ella-. ¡Vete, por favor!- gritó llorando con más fuerza.
Edward se levantó del suelo, arrastrando sus pies. Las lágrimas que caían de sus mejillas se acumulaban en su barbilla y estas mojaban el suelo. Se puso de nuevo los lentes y antes de que abriera la puerta, se quedó estático frente a esta y miró a Emma de soslayo.
- Lo siento- articuló con voz quebrada, antes de salir.
Al cerrar la puerta, Emma, que estaba apoyada sobre una pared, dejó salir todo ese dolor contenido durante la presencia de Edward y se dejó caer, cubriendo su rostro entre sus manos.
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Woooooow, Emma nunca olvidó su promesa :O y Edward...Edward si. Oh, Dios. Estoy segura que algunas llorarán con este cap. por cierto, Gracias por los votos en el capi anterior! Muuuuuchas gracias bellas :D espero que les haya gustado este tambien :) por cierto, una chica me dijo si podía considerar hacer un maratón. La oferta suena tentadora así que...Maratón de The Styles Twins: Against Destiny si el capítulo llega a los 75 votos. Las quiero! Kisses!
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The Styles Twins: Against Destiny (EN EDICIÓN)
FanfictionHarry es famoso. Edward es un abogado. Un nuevo Tour, una nueva experiencia, un nuevo temor. El destino jugará en su contra y ellos deberán permanecer juntos para enfrentarlo, pero, las reglas del juego podrían cambiar tal que ellos podrán unirse o...