Perdóname

2.1K 137 25
                                    

-          Liam ¿Dónde está esa carne?- pregunto Andy poniéndose un delantal de Batman frente a la gran parrillera plateada, listo para cocinar-. Tengo hambre, hermano.

-          Ya voy, ya voy- se escucho decir al castaño en la cocina.

Apenas habían llegado de Estados Unidos, Liam y Andy se organizaron para hacer una parrillada. Según el rubio, nada era mejor que una buena carne hecha en casa junto a tu mejor amigo…aunque seguía dolido por la pérdida del otro. Andy se puso un gorro blanco, simulando ser un chef. Sonrió con suficiencia. Procedió a coger la espátula, la miró por unos segundos antes de lanzarla al aire y atraparla, pero se le resbaló de las manos y se agachó rápidamente para cogerla y limpiarla con su delantal, como si nada hubiera pasado y a comenzar a encender la gran parrillera. Esta, luego de unos minutos, encendió. Liam dejo la carne ya sazonada sobre la mesa de su balcón.

-          Wow hermano- le dijo Andy maravillado- Esta parrillera es la parrillera.

-          Lo sé- le dijo Liam con suficiencia-. Aquí hay varias opciones de cocción: al punto, cocido, muy cocido, o semi crudo.

-          Wow- exclamo de nuevo Andy, mirando a la maquina con asombro-. Descuida hermano, el chef Andy hará la mejor parrillada del mundo.

-          Eso llevas diciendo desde hace media hora- le dijo Liam haciendo una mueca burlona.

-          Eso es por qué se te olvido comprar la carne antes- le recordó el rubio.

-          Okey, okey tú ganas- le dijo Liam alzando las manos de forma inocente-. Iré a preparar un par de pasapalos.

Andy cogió una carne de hamburguesa y la puso sobre la plancha, humeando al instante. El carbón ardía con el fuego abrasador, y gracias a la avanzada tecnología de la parrillera, en menos de cinco minutos Andy ya había hecho 3 carnes bien cocidas y sabrosas. El olor era simplemente delicioso. Andy cogió una carne con una servilleta para probarla, y mientras masticaba se deleitaba con su creación.

-          Demonios- exclamo dichoso-. Hermano, esta es la mejor carne que he probado....y que he hecho en años.

-          ¿De verdad?- pregunto Liam desde la cocina-. Excelente.

-          Tienes que probarla- le dijo el rubio viendo hacia la puerta corrediza.

Un gran error. No debió distraerse. Nunca debió hacerlo. Si supiera que esa pequeña distracción seria su fin, nunca lo hubiera hecho. Una chispa, una pequeña chispa salto de la parrillera. Parecía una pequeñísima estrella fugaz surcando el patio. La chispa, al tocar la madera extrañamente mojada, se convirtió en un mar de llamas.
Andy giro debido al repentino cambio de temperatura y ruido. Un mar de llamas rojas y abrasadoras lo estaba envolviendo, y el fuego parecía aumentar a cada segundo. Intentaba salir, pero era imposible.

-          ¡Liam! Liam!- chillaba Andy desesperado, las llamas quemando su cuerpo, intentando cubrirse.

Liam se apresuro en salir por los ruidos de su amigo. Su corazón dio un vuelco. Su balcón estaba ardiendo, pero lo peor no era eso: su amigo, su mejor amigo estaba ahí.
Tenia que hacer algo, actuar con rapidez. Siempre quiso ser el héroe, recordó una vez que si alguna vez no era cantante quería ser bombero para salvar la vida de alguien. Esta era su oportunidad. 

-          ¡Andy, aguanta amigo!- le gritaba Liam.

El castaño corrió hacia la cocina y busco en su lavandero una manta que estaba aun húmeda. La cogió y se cubrió con ella, como una capa protectora. No lo pensó un instante antes de saltar al feroz círculo de llamas. Debía salvar a Andy. Llego hasta él que estaba hecho una bolita en el suelo, acurrucado y no lograba oírlo. Liam quería llorar. Cubrió a su amigo con la manta y saco fuerzas de donde no tenía para levantarlo y salir de ahí. Llegaron hasta la sala, donde Liam dejo a su amigo en el sofá. Andy tosía frecuentemente y su cara estaba un poco dañada y muy roja. Liam sentía algo que le quemaba la piel. Tenía unas pequeñas llamas consumiéndole la camiseta y las apago rodando por el suelo. Había un olor en particular que le llamó la atención: acero, plástico. Levanto la vista hacia su balcón. Las llamas comenzaban a sobrepasar la línea entre el balcón y las puertas corredizas de vidrio. Liam reacciono de inmediato, su cerebro diciéndole que tenía que proteger a su amigo. Cerró las puertas corredizas y sus manos se quemaron un poco por lo caliente del vidrio. Se quejó por el dolor. Buscó su móvil para llamar a los bomberos. La tos de Andy no lo dejaba concentrarse. Liam solo estaba junto a él, vigilándolo.

The Styles Twins: Against Destiny (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora