La chica del mostrador

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Harry bajó del tour bus dando un bufido. Se arregló su abrigo negro antes de entrar a la tienda de la estación de gasolina. El lugar parecía un pueblo fantasma, típico a esas altas horas de la noche. Harry sacudió sus rizos y los peinó con la mano. Acompañado de Paul, fue a comprar unos bocadillos. El lugar era pequeño pero no asfixiante. Estantes rojos colocados formaban estrechos pasillos llenos de varias golosinas, artículos de higiene y revistas. Algunas luces blancas parpadeaban y al fondo estaban las neveras donde residían las gaseosas y jugos. Harry hechó un rápido vistazo y se introdujo al segundo pasillo, donde compraría unas galletas. Mientras debatía entre cual marca y sabor comprar, había visto a la chica del mostrador. Rubia, cejas castañas y medianas pero bien cuidadas. No era muy alta pero tampoco baja. De contextura delgada, tenía un gorro de lana gris que cubría su cabeza y vestía un abrigo de blue jean con una camiseta roja que decía en el logo bordado del lado derecho “Thoma´s Place”, el nombre de la estación de servicio.

Había estado murmurando cosas extrañas hacia un mono de felpa que tenía por allí, y luego comenzó a tararear canciones que Harry apenas lograba oír. La radio tenía un volumen bajo, cuando ella se queda quieta, oyendo con atención la canción trasmitida, y sube el volumen. Una sonrisa se curvó en los labios de los ojos esmeraldas cuando reconoció la melodía: Back for you.

La chica movía las manos como si tocara la batería, además también movía la cabeza, sacudiendo su larga cabellera rubia. Sus enormes ojos azules se cerraban casi todo el tiempo, sintiendo la música. Ella parecía no darle importancia que un cliente estuviera allí.

Harry la contemplaba en el pasillo cercano hacia ella, pero se movió de sitio y se situó en uno diagonal hacia el mostrador, haciendo un espacio entre los objetos para verla con más discreción. No cantaba mal, pero tampoco era un artista. En los coros ella cantaba un poco más fuerte, y daba vueltas alrededor, haciendo que algunos artículos se cayeran y ella recogía con rapidez y seguía danzando. Harry disimulaba su risa bajando la mirada, pero no duraba más de diez segundos sin volver a verla. En la parte del coro final, Harry se acerco lentamente hacia ella con dos cajas de galletas con chispas de chocolate y capuchino en polvo para preparar. Se preguntaba si lo reconocería al verlo. Ella imitó el estribillo a todo pulmón, sin darse cuenta de que Harry Styles la estaba observando de cerca, para luego dar; más bien, hacer un “intento” de pirueta de bailarina, porque cayó al suelo llevando consigo un par de revistas. Harry se asomó para ver si se hallaba bien y enseguida ella se levantó, maldiciendo en voz baja. Ordenó las revistas que se cayeron, casualmente eran del mundo del espectáculo y en una de ellas estaba Harry de portada.

La chica se acomodó unos mechones antes de que se diera cuenta que debía atender a su cliente.

-          Oh, Hola- dijo con simpatía.

-          Vengo a pagar esto- susurró Harry, poniendo los artículos sobre la superficie plana.

-          De acuerdo.

Tecleó el precio de los objetos en la caja registradora y se volvió hacia el ruloso.

-          Diez dólares con tres centavos- sentenció, metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo de jean.

Harry alzó un poco las cejas con discreción y sacó su billetera de sus bolsillos traseros, buscando el dinero. Paul se hallaba a unos metros de él, vigilando la zona. Harry dejó los billetes en el mostrador.

-          Gracias- dijo ella. Guardó el dinero y dio el cambio. Colocó los artículos en una bolsa transparente y Harry la cogió.

Ella le dio la espalda un momento para coger un poco de chicles sabor a fresa. Harry no sabía por qué seguía allí. Ella se volvió para sorprenderse un poco por su presencia.

The Styles Twins: Against Destiny (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora