El idiota del centro comercial.

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"Mi tristeza fue aumentando conforme a tu miedo.

Me sentí miserable.

Pronto dejaste de sonreírme.

Volviste a ser frío.

Intenté arreglarlo.

Pero no funcionó.

Solo te alejabas de mí.

Y me dolía.

Demasiado."

- ¡Ay!

Levanté la vista de mi lectura acariciándome la cabeza debido al impacto de un pequeño borrador que cayó justo delante de mis narices. Volteé buscando al responsable y como supuse Nick se reía burlonamente de mí junto con nuestros amigos.

- ¿Es en serio? - pregunté alzando la voz para que me escuchara desde el otro lado del salón. Total, nadie se inmutó de mi reclamo.

-Lo siento Kels, fue un accidente. Sabes que te amo. - abrió los brazos dramáticamente y me guiñó un ojo coqueto.

La única razón por la cual el libro en mis manos no está violentamente insertado en su boca, es porque es mi mejor amigo.

Regresé a mi lectura. Intentaba entretenerme ya que el profesor de física había faltado ese día, pero me era imposible debido a todo el bullicio de gente a mí alrededor. Lo cerré unos instantes y observé mi entorno frustrada sin lograr la concentración que quería.

Todos mis compañeros se encontraban charlando con sus amigos. Algunos reían tontamente, otros jugaban en sus celulares y otros, como los cavernícolas de mis amigos, hacían sufrir a los más despistados con sus "borradores letales".

Aunque no puedo negar que Nick posee gran fuerza, lo noté con el pequeño impacto. Y yo soy blanco fácil, dado que su metro ochenta le facilitaban acertar a su objetivo.

Un estruendoso ruido metálico me hizo girar la cabeza en dirección a la entrada. Ceñuda y confundida porque a mas nadie parecía importarle el origen de aquel ruido, logré entender de qué se trataba; un chico cargaba entre sus brazos una mesa de estudiante. La cual es tan grande que cubrió su vista y tropezó contra el marco metálico de la puerta. Al parecer todos estaban muy ocupados en sus cosas ya que era la única intentando descifrar la identidad de aquel individuo.

El susodicho giró levemente su cuerpo para abrirse paso entre las demás personas que bloqueaban el paso y logré ver de quien se trataba.

Lo reconocí de vista porque nunca había escuchado su nombre. O probablemente sí, ya que era toda una sensación entre las féminas de aquí. Pero como verdaderamente nunca llamó mi atención no me inmuté de su nombre. Recordé que su pareja era Haley; una chica popular del otro curso. Ambos eran los querubines perfectos del instituto. Bueno, según los demás.

Honestamente no entendía que le veían a él.

De repente levantó la mirada en busca de, lo que suponía yo, algún espacio libre donde depositar su mesa. Me observó por unos instantes en los que nuestras miradas se cruzaron. De acuerdo, no podía negar que ante cualquier mujer que fuera heterosexual el chico era guapo. Pero que va, tampoco era para morirse.

Decidí cortar con el extraño e incómodo contacto visual y metí mi nariz en mi lectura.

-Vamos a ir a una fiesta el 3 del próximo mes. – anunció Nick sentándose junto a mí.

- ¿Desde cuando tienes la potestad de decidir a dónde voy?- me quejé burlonamente. Él me miró con falso disgusto.

-Kels, es el cumpleaños de James. Recuerda que tú señorita me abandonaste todo el verano. Y sus fiestas son increíbles, me debes una salida con mi mejor amiga. - me reí.

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