Ay, Alex...

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Todo el domingo estuve recibiendo mensajes ocasionales de Alex a distintas horas.

Cualquier cosa era un tema de conversación para él y era increíble como congeniábamos en casi todas exponiendo opiniones y sin la necesidad de colocarnos a la defensiva o insultarnos como antes.

Excepto que a mí no me interesaba mucho la política, que era justamente su pasión. Y a él tampoco era que le encantara la psicología, que no era mi pasión, pero si lo que más me gustaba. Entonces intentábamos no debatir esos temas y no nos molestaba. Siempre podíamos hablar de otras cosas.

Me enteré de algunas cosas sobre él; trabajaba con un tío en un buffet de abogados como ayudante principal en los casos, se encargaba del papeleo y ganaba un dinero extra que le servía para gastarlo en sus cosas personales. Lo único que le frustraba, era que no podía intervenir en los casos. Pero lo bueno era que a veces le pedían su opinión y más de una vez ayudó a ganar uno que otro caso con sus pruebas y sus testimonios.

Eso era bastante impresionante.

Vivía con su papá. Su mamá vivía al otro lado de la ciudad, no muy lejos de donde yo vivía. Se habían divorciado cuando él era muy joven. No tenía hermanos, pero me dejó confundida ese dato, ya que a veces me hablaba de un tal Roberto y se refería a él como su hermano.

Luego le preguntaría.

Se ejercitaba casi todos los días en un parque cercano con sus amigos y le gustaba mucho el Trap y el hip hop. También su hermano - no hermano lo había incentivado a desarrollar este amor por el fútbol americano. Nunca se dedicaría a ello como una carrera pero claramente era una de las cosas predilectas e imprescindibles en su vida. Su meta era ingresar a uno de los equipos de más relevancia a nivel estatal llamado "Los Lycans". Era el equipo favorito de su hermano y Alex soñaba más allá de solo disfrutar ellos a través de una pantalla; él deseaba con todas sus fuerzas ser parte del mismo. Mientras tanto, se encontraba a mediado de las pruebas físicas y de entrenamiento para elegir a los diez mejores jugadores ingresados en el equipo de "Los Orkos". Por los momentos competía contra 30 participantes más y, para su buena suerte, se mantenía en el puesto número nueve. Si lograba mantenerse entre los diez primeros ingresaría al equipo.

Dentro de todo, Alex me parecía un chico normal, trabajador y emprendedor. No veía nada fuera de lo común en él. Ahora empezaba a dudar acerca de las personas y sus rumores.

Si tengo que admitir que él era una persona complicada. Tenía unos ideales y unas formas de pensar extrañas y a veces contrarías a las mías. Era muy liberal pero a la vez muy cerrado. Y era sumamente difícil hablar de asuntos sentimentales de cualquier índole con él. No le gustaba exteriorizar ese tipo de cosas, y cuando lograba hacerlo era él el que tomaba la iniciativa. Siempre le dejaba continuar e intentaba no interrumpirlo porque al parecer se daba cuenta del tipo de tema que estaba tocando y prefería cambiarlo y no tocarlo más.

A medida que iba entrando en confianza me contaba algunas cosas personales, pero hasta cierto punto que no excedía. Dudaba que estuviera saliendo con alguien ya que su foto de perfil seguía ahí. Y obviamente sus intenciones conmigo eran para otra cosa.

Lo que más me gustaba de él, era su trato hacia mí, me estaba encariñando. Era comprensivo y agradable conmigo. No me había vuelto a ofender y en cambio se preocupaba por mi cuando me sentía de mal humor o sin muchos ánimos. Solo que cuando hablaba con él, yo me terminaba animando nuevamente.

Le conté sobre mi: estuvimos hablando casi toda la noche, e inclusive sintonizamos el mismo canal para ver una película animada que transmitían. Era divertido, como si estuviéramos en el mismo sitio los dos.

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