Llamada...

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Abrió sus ojos, los cuales había cerrado esperando un beso.

Se sorprendió y ahí me di cuenta de que me había separado un poco más brusca de lo que en realidad pretendí.

-¿Qué pasa?- Preguntó.

Mi corazón latía a mil y tenerlo a escasos centímetros con sus brazos a mi alrededor, no ayudaba.

No me sentía bien por el hecho de que conocía a Alex desde hacía un mes... Días, en realidad.

¿Y le iba a permitir que me besara sin siquiera conocernos bien?

No era correcto... ¿Pero por qué quería hacerlo de todos modos?

Mi problema es que en este tipo de cuestiones soy la chica más patéticamente tímida del mundo. Nunca he salido con un chico, nunca he tenido novio. Soñaba con eso, le añoraba y a lo largo de los años y de haber madurado, admito que seguía teniendo una idea un poco fantasiosa del primer chico con el que fuera a relacionarme.

O al menos besar.

Quería que fuera especial, con alguien que conociera perfectamente y que ese beso significara el sellar unos sentimientos que ambos compartieramos y quisiéramos exteriorizar.

Pero, era Alex.

¿Cómo siquiera llegue aquí?

Miré rápidamente el panorama buscando una respuesta para él. No podía saber lo que pasaba en mi cabeza por ese momento, seria estúpido.

Todo era perfecto, a su manera. El atardecer, la ciudad y las sombras que provocaban los altos edificios por la puesta de sol, la cálida brisa natural y refrescante que nos rodeaba, la privacidad. Y esos malditos ojos perforándome la cabeza con un gesto de duda e incluso me atrevería a decir que con un poco de preocupación.

-Es que...-llevé mis manos tras su nuca mientras buscaba una respuesta.- ¿Y si no lo hago bien?

"¿Es en serio Kelsey? No estás perdiendo tu virginidad, es solo un beso pendeja."

Él ladeó su cabeza y muy tiernamente dijo:

-¿Cómo lo sabrás si no lo intentas?

Y antes de darme tiempo de siquiera formular una respuesta me besó.

Todos esos pensamientos y dudas que formaban una nube sobre mi cabeza, se esfumaron.

Sus labios se acoplaron perfectamente a los míos; eran increíblemente suaves y sabían a una extraña combinación de menta y cigarro que extrañamente me gustaba.

Y mucho.

Me deje llevar y lo abracé más a mí. Fue tierno al comienzo, esperando que yo me adaptara. Y luego de que eso pasara, su lengua tomó lugar y me invadió. Un cosquilleo bajaba por mis piernas y se acentuó más cuando bajo sus manos y tomó mis caderas delicada pero posesivamente. Mi respiración era acelerada al igual que la suya. Y sé que esta era una escena que yo sería incapaz de montar en público.

Pero al carajo todo.

Ni siquiera me importaba si alguien lograba vernos abajo desde la calle o que Alexis entrara en cualquier momento, solo quería seguir. La sensación que me invadió al besarlo fue completamente inesperada pero excitante y mis labios solo pedían por más.

Llevó ambas manos a mis mejillas y depósito un último y tierno beso en mis labios para luego juntar nuestras frentes. Yo intentaba controlar mi respiración, y mis nervios, y mis piernas pero era más complicado de lo que creía.

-¿En serio nunca habías besado?- preguntó un poco escéptico.

Negué con la cabeza. Las palabras no lograban salir de mi boca. Mi mente estaba como en blanco en ese instante. Mi único punto de enfoque eran aquellos desquiciadamente ojos verdes y de como los tenía tan cerca.

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