(En multimedia Kelsey Miller)
-¿Kesley?
Levanté la mirada hacía la preocupada voz de mi madre. Estaba hinchada y roja de tanto llorar, venía seguida de mis abuelos abriéndose paso entre los policías.
Yo seguía en un estado de shock por lo cual mi mirada carecía de emoción alguna.
Fue hasta que ella me abrazó con todas sus fuerzas que me permití botar una solitaria lágrima.
-Mi bebé...- se lamentó mi madre.
Mi abuelo colocó una mano sobre mi cabeza acariciándola y mi abuela, al soltarme mamá, se lanzó sobre mí llorando a moco tendido.
-¿Estas bien? ¿Esos malditos te hicieron algo? Oh por Dios, mira tu rostro, esta morado.- se refirió a la cachetada.- Que malditos hijos de... son unos desgraciados.
-¡Teresa!- le reprendió mi abuelo, ella nunca de los nunca maldecía.
-¡Pero es que mírala!
Mientras esos dos argumentaban como usualmente hacen, mamá se agachó a mi lado mirándome con el ceño fruncido. Acarició mi mejilla y yo tenía la vista perdida en un punto. Solo tenía cabeza para recordar los acontecimientos de hace unas horas y para comprender que para mí mala suerte no había sido un sueño, sino algo real y fuera de mi comprensión.
-¿Kels?- me llamó ella. A pesar de escucharla era como si estuviera muy lejana a mí. Como un eco que se desvanecía en el aire.
-La señorita Miller se encuentra en estado de Shock.- apareció la oficial que me estuvo cuidando desde que atraparon a Lars.- Es normal.- le dio una sonrisa tranquilizadora a mi familia.- No ha hablado desde que la trajimos, tiene algunas heridas, nada grave. Debemos hacerle unas preguntas pero preferimos esperar un lapso de tiempo hasta que el trauma por el que atraviesa se disipe un poco.
-¿Y el muchacho?- preguntó mi abuelo.
-¿Alex Fletcher?
Inmediatamente miré a la oficial. No recordaba donde estaba él, juro por todos los cielos que las últimas cinco horas que han transcurrido se han eliminado de mi memoria. Mi conmoción se debía a que retazos de esos recuerdos aparecían a momentos y yo intentaba captarlos.
-Él está bien, una bala rozó su brazo izquierdo y tiene múltiples heridas, pero ya tomamos las medidas requeridas para tratarlo. Está siendo interrogado. Estamos muy orgullosos de él.
¿Orgullosos de él?
-¿Cuándo podemos verlo?- el tono de mi madre sonaba molesto y finalmente emití una palabra.
-Mamá.- la miré uniendo mis cejas, ella se volteó sorprendida hacía mí. Negué con la cabeza en señal de que lo dejara así y no hiciera una escena.
-Saldrá en unos momentos. Veo que estás hablando preciosa, ¿Cómo estás?- se dirigió ahora a mí.
Ella había sido increíblemente atenta y cuidadosa conmigo. En los retazos de mi memoria aparecía ella cuidando que me atendieran debidamente y asegurando mi estado. Estaba inmensamente agradecida con la morena; ella ya debía rozar los cuarenta años y me trato como si fuera su propia hija.
Le regalé una sincera y diminuta sonrisa y agradecí en voz baja. La oficial asintió satisfecha con su cabeza y se alejó de nosotros.
Mi familia me observó intranquilamente y me di cuenta que hasta me había colocado de pie. Tragué saliva y volví a sentarme.
-¿Quieres hablar?- preguntó mi abuelo apacible.
Negué con la cabeza.
Escuchamos la puerta de nuestra izquierda siendo abierta y un vendado Alex salía de allí acompañado de dos señores con traje. Un pequeño parche cubría su mejilla derecha y esporádicos hematomas se esparcían por sus brazos y rostro. Se estaba acomodando la venda del brazo, donde recibió el disparo, cuando levanto su vista a mí mi corazón se desbocó.
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Drug
RomanceLa vida siempre se conforma por varios factores, y personas especifica y delicadamente elegidas por nosotros. Decidimos quienes componen nuestra felicidad, a quien amar y darle un sitio en el corazón que, ademas de regalárselo para cuidarlo, te brin...